La orquesta del Real Concertgebouw de Amsterdam, el cellista Janos Starker o, más cerca, la Budapest Festival con dirección de Ivan Fischer, la Sinfónica de la Radio de Baviera, con Mariss Jansons en el podio, Joyce Di Donato y, por supuesto Daniel Barenboim son apenas algunos de los músicos que llegaron a Buenos Aires gracias al Mozarteum Argentino. Pero esa es apenas una parte de la historia. Porque también está allí esa clase magistral que Barenboim dio en 2010, en el Gran Rex y con entrada gratis, explicando y dirigiendo Derives I y II de Pierre Boulez. O el Abono de la Juventud, que a precios bajísimos permitió asistir a sus conciertos a varias generaciones de menores de 25 años. O las becas. Para intérpretes y compositores. En 65 años de trayectoria, la vida musical de esta ciudad resulta sencillamente inimaginable sin ellos.
Esta semana, y por partida doble en más de un sentido, el Mozarteum inicia su temporada 2017. Hoy, en el Teatro Colón, tocará la Orquesta de Cámara de Munich, con Veronika Eberle como solista de violín. Interpretarán la Sinfonía Nº33 en si bemol mayor, K. 319 y el Concierto para violín y orquesta Nº4 en Re mayor, K. 218 de Wolfgang Mozart, Andante lírico para cuerdas, de Max Reger, Hirta Rounds para cuerdas, de David Fenessy y la Sinfonía Nº45 en Fa sostenido menor, Hob. I:45 “Los adioses” de Franz-Joseph Haydn. El miércoles 26 tocarán la Sinfonía Nº 33 y el Concierto para violín y orquesta K219, de Mozart, piezas de Fritz Kreisler y la Sinfonía Nº5 en Si bemol mayor, D.485, de Franz Schubert. Pero ese mismo día a las 13, iniciando los Conciertos del mediodía de este año –y también ese agradecible doble perfil del Mozarteum–, habrá un grupo argentino y especializado en música contemporánea, Música Quantica, con dirección de su fundador, Camilo Santostefano, e intepretando The Desert Music de Steve Reich
“Nuestra figura tutelar sigue siendo Jeanette Arata de Erize”, dice Gisela Timmermann, actual Directora ejecutiva del Mozarteum. “Ella fue la que arrancó y le dio otro perfil y otra conexión con la sociedad a lo que hasta ese momento era una sociedad de investigadores especializados en la obra de Mozart. Empezó desde la nada, con conciertos en museos y en casas particulares. Y ella fue quien tuvo la idea de las transmisiones televisivas. Y de los Abonos para la Juventud y los Conciertos del mediodía. Fue muy avanzada para la época. Y yo fui espectadora mucho antes de imaginarme que formaría parte de esto. Recuerdo, por ejemplo, un concierto del mediodía con los Solistas de Zagreb donde no cabía un alfiler. O Pablo Casals en el Colón. Yo tendría unos 16 o 17 años y para entrar a ese concierto me hice pasar por una inglesa que no hablaba castellano. Cuando Jeanette conoció la historia, mucho después, se rio pero, sobre todo, valoró mi iniciativa.”
El ciclo del Mozarteum continuará el 8 y 9 de mayo, con la presencia de uno de los mejores grupos italianos de música barroca, la Orquesta Barroca de Venecia que, junto con la mezzosoprano Romina Basso, dedicará sus conciertos a la obra de Antonio Vivaldi. Y el 22 y 23 de ese mes quien actuará será el notable pianista Javier Perianes, que interpretará el Allegretto en Do menor, D. 915 y la Sonata Nº21 en Si bemol mayor, D. 960, de Franz Schubert, Homenaje para “Le tombeau de Claude Debussy” y la Suite de El amor brujo, de Manuel De Falla, además de composiciones de Claude Debussy e Isaac Albéniz. La Kammerakademie Potsdam, con dirección de Trevor Pinnock y la actuación del célebre flautista Emmanuel Pahud como solista, actuará el 12 y el 14 de junio y el 6 y 7 de agosto estará la
Orquesta del West-Eastern Divan, dirigida por Barenboim y con Kian Soltani como solista de cello, haciendo Don Quijote, de Richard Strauss, y la Sinfonía n° 5 en Mi menor, Op. 64, de Piotr Ilich Tchaikovsky.
“Aprendí a pensar conciertos junto a Jeanette”, cuenta Timmermann. “Programar en una institución como el Mozarteum –resume-– es tratar de brindar un amplio panorama de músicas para distintos gustos pero con un similar concepto de calidad”. Uno de los atractivos de este año será el trío que conforman la violinista Carolin Widmann, Marie Elisabeth Hecker en cello y Martin Helmchen en piano. Bautizado como Trío Osmanthys, ofrecerán dos conciertos, el 28 y el 30 de agosto, con obras de Lili Boulanger, Johannes Brahms y Maurice Ravel. La Amsterdam Sinfonietta, junto con el Coro de Cámara de Holanda, con dirección de Candida Thompson y Peter Dijkstra, tocarán en el Colón el 11 y el 13 de septiembre interpretando obras de Nut Nystedt, Johann Sebastian Bach, Dmitri Shostakovich, Gabriel Fauré y Arvo Pärt. El violinista Ray Chen, junto con Julio Elizalde en piano, actuará el 18 y 21 de septiembre y la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse, dirigida por Tugan Sokhiev y con Bertrand Chamayou en piano y Lucienne Renaudin-vary en trompeta se presentará el 23 y el 25 de octubre. El cierre será con la multipremiada Cappella Mediterranea, que dirige el argentino Leonardo García Alarcón, haciendo L’Orfeo de Claudio Monteverdi.