La ciudad de Orán es sin duda la cuna del boxeo en el norte del país, de allí han salido y siguen saliendo grandes pugilistas, los últimos dos son justamente promesas de ese deporte, Ramón “Hormiga” Quiroga, que con 22 años ya fue medalla de bronce en los Panamericanos de Lima en 2019 y en los Odesur de Cochabamba de ese mismo año y sueña con participar de los próximos Juegos Olímpicos de Tokyo. El otro destacado es Joaquín Cruz, que con apenas 11 años ya tiene tres torneos internacionales en su haber y se prepara para ganar su cuarto trofeo.
En mayo, si la segunda ola de la covid-19 no se lo impide, viajará a Cusco, Perú, junto a su padre y entrenador, para competir en la sexta edición del Campeonato Internacional “José Sulaiman”, en honor a quien fuese presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) por más de tres décadas.
En las últimas competencias desarrolladas en Uruguay, Paraguay y Chile, Joaquín Cruz se quedó con el primer lugar de su categoría, igual que en el último torneo internacional que disputó en Bolivia apenas se levantaron las prohibiciones de circular por la pandemia. En todos se enfrentó a chicos de países de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe.
Como en Argentina aún no están autorizadas las peleas entre niños, solo se realizan exhibiciones, y el año pasado el oranense se coronó campeón virtual en un certamen organizado por Nocaut Promotions, una prestigiosa promotora internacional de boxeo y calificada por el CMB amateur.
Su padre, Roberto Cruz, entrenador afiliado a la Federación Argentina de Box, contó a Salta/12 que comenzó a entrenarlo a los 5 años y que desde los 7 compite, aunque fuera del país “porque acá no está permitido”. Eso para Roberto no es beneficioso para el desarrollo de los boxeadores locales, ya que luego se notan las diferencias con los de países como Cuba, Rusia, Estados Unidos o México, “todos los que son potencia en boxeo tienen eventos con categorías infantiles y eso se refleja en el medallero olímpico años más tarde”.
Por eso se dedica a promover el boxeo a temprana edad en todo el departamento de Orán, “es una forma de mejorar su práctica y las competencias los motivan a seguir por el camino de esta disciplina, porque si no se aburren y abandonan”, sostuvo.
Con respecto a su hijo, reconoció que se le hizo mucho más fácil no solo entrenarlo, sino también salir del país y acompañarlo al ser su tutor “y porque él está muy metido en el tema, no para de soñar”. De hecho, y por vivir en la misma ciudad que Quiroga, el niño quiere seguir sus pasos, llegar a ser parte de la selección nacional en los juegos olímpicos, “ser tres veces campeón como los grandes y después dedicarse al profesionalismo, para ser como Floyd Mayweather”.
Para el oranense de 11 años, la vida transcurre entre su familia, los entrenamientos de todas las mañanas y la escuela por las tarde en donde transita su sexto grado. Él y su padre se ilusionan con repetir un primer puesto en la competencia que comenzará el 20 de mayo en Perú, “yo lo veo muy bien, hicimos un buen trabajo y él estuvo activo en todo el tiempo de pandemia”, explicó el entrenador, y agregó que el torneo que se adjudicó en Bolivia le sirvió para saber dónde está parado.
A Cusco irá junto a una comitiva de argentinos compuesta por otros niños de Buenos Aires, Córdoba y Misiones.
“El es un nene y va creciendo”, sostuvo su Roberto, quien lo ve con una madurez boxística, “un escaloncito arriba de muchos otros chicos, eso lo hablamos con gente de México, con quienes esperamos que algún día se pueda enfrentar a otro niño, Jaír el filipino Valdéz”, sobrino del ex campeón del mundo Oscar Valdéz. “Sería muy bueno para ambos enfrentarse”, sostuvo.
El fenómeno Orán
Este medio le preguntó ¿qué se da en Orán para que salgan de allí grandes baluartes y sea una de las ciudades en donde más se practica ese deporte. Roberto Cruz contestó que, entre otras cosas, se debe a que “después del fútbol, es la actividad más elegida y practicada por la juventud, eso va generando competencia, además del acompañamiento de las escuelas y entrenadores, que después se ve en los resultados”.
Pero subrayó que falta apoyo local y provincial para que los chicos lleguen a desarrollarse, y que muchas veces todo se hace a pulmón por parte de sus familias, “los estudios para poder competir salen arriba de $12.000 y nadie te da una mano a pesar de ser un deporte de las clases más humildes”. Pero también apuntó a la distribución regional inequitativa al señalar que en Salta se concentran todas las políticas públicas, “tienen la Comisión Nacional de Boxeo, la Coordinación de la Escuelas Municipales, la Coordinación Provincial de Box, en donde está Sergio Oliver Calvet”.
Mientras que en Orán “a pesar de ser la segunda ciudad más importante, se fue quedando en el tiempo todo el apoyo”, manifestó. “Por eso se destacan los que se fueron, como Ramón (por Quiroga), que se fue a Mendoza a entrenar con Pablo Chacón”, sentenció, y culminó afirmando que “el boxeo es 3% talento, todo lo demás es trabajo duro, que se da por la insistencia, la constancia, la disciplina del joven y por el acompañamiento que tiene”. “Tenemos que mejorar la estructura, condiciones humanas y capacidad en los entrenadores hay”.