No es el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) pero tampoco está para mirar la “segunda ola” con los brazos cruzados desde la orilla: en esta primera mitad de abril, Mar del Plata experimenta un crecimiento del 70% en los contagios de coronavirus pero lo que más preocupa es la sobrecarga que ya empieza a acusar parte del sistema de salud, donde las internaciones aumentaron más de un 210%.
Con un promedio de 109 infectados por día, la ciudad había transitado marzo con absoluta tranquilidad, a tal punto que en el mes solamente se acumularon 3.374 nuevos casos, la cifra más baja desde agosto. Pero en lo que va de abril, la tendencia general se revirtió de manera brusca y da cuenta de un aumento del 114%: en 16 días se reportaron 3.386 enfermos, lo que se traduce en un ritmo de 212 diagnósticos positivos cada 24 horas.
¿Qué impacto tuvo Semana Santa en este saldo global? Estudios de la Región Sanitaria VIII a los que accedió Página/12 muestran que durante la semana epidemiológica 13 – entre el 28 de marzo y el 3 de abril– General Pueyrredon sumó 949 infecciones por covid-19 mientras que la semana siguiente –entre el 4 y el 10 de abril– el salto de la curva fue considerable y escaló a 1.607 contagiados.
Y son estas cifras las que alteran parte de la razón y la incidencia, los indicadores que considera la Nación y la provincia para determinar el “riesgo epidemiológico”. La razón de contagios, es decir, el coeficiente que resulta de dividir el número de casos confirmados acumulados en los últimos 14 días y los acumulados en los 14 días previos, debe ser inferior a 1.20: en Mar del Plata aumentó en la última semana a 1.81. Y la incidencia, que es cuando el número de casos confirmados acumulados de los últimos 14 días por 100 mil habitantes es superior a 150, ya es de 733 casos.
A pesar de que el Gobierno de Axel Kicillof mantuvo a la ciudad en “fase 4”, en la administración de Guillermo Montenegro reconocen que con la evidencia de las últimas estadísticas el riesgo pasó de “moderado” a “alto” por lo que esperan que en los próximos días finalmente se produzca el retroceso a la “fase 3” y se deban implementar algunas medidas más duras, como cerrar casinos y bingos, prohibir actividades deportivas (los gimnasios seguirán habilitados) y limitar la actividad de bares y restaurantes hasta las 23 en vez de a la medianoche.
Desde un principio el intendente se mostró disconforme con las nuevas restricciones, en sintonía con la postura que adoptó para este momento de la pandemia el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, pero nunca puso en duda su cumplimiento. “Es una norma y hay que acatarla”, repite Montenegro, evitando caer en mayores polémicas con la provincia.
Pero no son las únicas diferencias que enfrenta la gestión del jefe comunal del PRO. Los cruces más álgidos, de hecho, se produjeron con los efectores privados de la salud. Es que en la municipalidad entienden que, a este ritmo, el aumento de contagios está lejos –por ahora– de llevar al sistema local a una situación de colapso pero en las clínicas no comparten el diagnóstico y son cada vez más insistentes con las advertencias.
La decisión de los directivos de la clínica Pueyrredon, uno de los establecimientos marplatenses más importantes, de colgar el 9 de abril un cartel –que persiste hasta esta fecha– sobre la Avenida Colón para dar cuenta de la falta de “disponibilidad de camas de internación” fue la gota que rebalsó el vaso en la mesa chica de Montenegro. "Cómo no te vas a enojar cuando te cuelgan un cartel así sabiendo que el paciente covid representa un 20% de la ocupación total de camas. Parece que algunos estamos en pandemia y otros no”, apunta la secretaria de Salud, Viviana Bernabei.
Para sostener la postura, la funcionaria se remonta a septiembre, el mes donde más creció la covid-19 en Mar del Plata: según su mirada, con 350 casos diarios, el sistema de salud local que dispone de alrededor de 180 camas “puede estar tensionado pero no en una situación de colapso”. "En términos de pandemia, hay que ponerse los pantalones largos para ver cómo se resuelve la situación con la dotación de camas que hay, sin importar si es público o privado. Hace falta coordinación”, insiste.
Las clínicas advierten que las internaciones por coronavirus en abril “están chocando” con las que se producen por otras patologías y aclaran, al respecto, que solo se puede reprogramar el 30% de las intervenciones quirúrgicas porque “la otra mitad es impostergable”. “El sistema de salud no es un elástico; tiene sus limitaciones. Y la coordinación tiene que venir por parte del Estado”, responden en la federación que nuclea a los establecimientos y sanatorios privados.
Los números oficiales que suministra la misma secretaría no ocultan la sobrecarga que se acusa en la internación. El 1º de abril había 65 camas de cuidados intensivos ocupadas y dos semanas después son 107 las personas en estado crítico. En lo que va del mes, las internaciones por coronavirus también reflejan un incremento del 216%: hay 60 enfermos en terapia intensiva y antes había 19. Y el uso de respiradores creció casi al mismo ritmo, en un 193%: se utilizaban 14 y hoy se requieren 41 dispositivos de asistencia.
Si se traza la comparación con la peor cara que supo mostrar la pandemia el año pasado, Mar del Plata puede encontrar cierto alivio: el pico máximo de internaciones hospitalarias tuvo lugar el 20 de octubre, cuando había 125 pacientes en terapia intensiva, de los cuales 52 recibían asistencia mecánica respiratoria.
La perspectiva a futuro es que el crecimiento de casos se sostenga y, en el peor de los escenarios, se acelere aún más. Por el flujo turístico que hubo en Semana Santa, en la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) habían asegurado que se llegarían a reportar hasta 700 contagios diarios pero en la secretaría de Salud desdicen esta proyección.
“El movimiento turístico de Semana Santa se ha visto en el último fin de semana y en los casos positivos que estamos viendo hoy. Ya estamos en los siete días de aparición de síntomas. Lo que veamos a partir de ahora va a tener que ver con el comportamiento propio de la circulación que hay dentro de la comunidad marplatense”, sostiene Bernabei, quien evita la “futurología” y se mantiene al margen de cualquier pronóstico de números.
Lo concreto, por esta fecha, es que Mar del Plata tiene casi tres mil pacientes activos por covid-19 y acumula, desde el inicio de la pandemia, 49.526 casos confirmados, 45.046 personas recuperadas y 1.154 fallecimientos, según la base de datos del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (Sisa).
La esperanza: más de 100 mil vacunados
La campaña que lleva adelante la Región Sanitaria VIII, dependiente del Ministerio de Salud bonaerense, registra 100.727 personas inmunizadas contra la covid-19 en Mar del Plata y Batán desde el 29 de diciembre. De ese total, 93.684 inscriptos recibieron el primer componente de la vacuna mientras que los 7.043 restantes fueron inoculados con ambas dosis, por lo que poseen una inmunización completa.
Hasta febrero, el plan se mantuvo con un bajo ritmo de aplicaciones pero el organismo pudo revertir esta tendencia a partir del 3 de marzo, una vez que se hizo más constante la entrega de vacunas por parte de Nación y provincia. Abril, que tiene el foco puesto en los mayores de 60 años, ya se anticipa como el período más productivo en términos operativos: solamente en estos 17 días se aplicaron alrededor de 43 mil vacunas, prácticamente la misma cifra con la que cerró el mes anterior.
Mientras la campaña avanza, también crece la cantidad de inscripciones. En el último mes, se incrementó en un 24,7% el número de personas interesadas en acceder a su vacuna: actualmente hay 258.563 inscriptos en el sistema mientras que a mediados de marzo había 207.300 anotados. El grupo más demandante es, precisamente, el de los adultos de más de 60 años: en esa franja etaria, ya se constataron 52.746 pedidos de vacunación contra el coronavirus a nivel local.