Luego de abandonar la terapia intensiva del Sanatorio Los Arcos, Víctor Hugo Morales rompió el silencio y habló con detalles sobre su internación luego de contagiarse de coronavirus y sufrir una neumonía bilateral. Si bien el viernes ya había tenido participaciones en su programa de AM750, este lunes regresó a la conducción.
En una extensa entrevista concedida a sus compañeros de La Mañana, Morales habló sobre su cuadro de salud, reflexionó sobre sus días internado y explicó cómo fue convivir con la enfermedad. "El coronavirus es un monstruo devastador", aseguró.
"Hubo un momento en el que me pregunté cosas, miedos. Nunca tuve una plena conciencia de lo mal que estaba. Yo no supe tanto de mí hasta que ya la cosa estaba un poquito más controlada", relató.
"El coronavirus te lleva por delante, te lleva puesto. Es muy grave. Estoy devastado, lo que ha sucedido con mi cuerpo y con mi energía es durísimo", sostuvo, y lamentó que haya miles de personas "que fueron arrojadas a la muerte".
"Desde el primer momento que sentís algo raro con la voz empezás a temer. Lo que pasa es que la voz no te sale", graficó.
Las reflexiones de Víctor Hugo Morales
Víctor Hugo agradeció al equipo de salud y médico que lo atendió: "Hay una maravilla que son les enfermeres. Permiten las cargas de alivio. Tu energía no te da para ir al baño, te llevan amorosamente de la mano. Les debo mucho a los enfermeros, me sentí protegido, acariciado".
"El trabajo (de los profesionales de la salud) es doloroso, porque me doy cuenta que es una batalla minuto a minuto, con gente que está semanas intubada", agregó, y alertó la gravedad de la situación: "No hay camas, la actividad privada está desbordada. La situación es límite, tremenda, estos 15 días son fundamentales para ver si los números bajan".
Preocupaciones, el deseo de un asado y una canción de Joaquín Sabina
Víctor Hugo contó que una vez que reciba el alta, tiene deseo de "comer asado de costilla. Necesito el olor del asado, estuve sin olfato y es una sensación terrible". Además, dijo que espera poder salir a caminar por Buenos Aires y que desea ir a comer a un restaurante de San Telmo.
Además, expresó su preocupación por la ocupación de las camas de terapia intensiva. "No hay camas, la actividad privada está desbordada. La situación es límite, tremenda, estos 15 días son fundamentales para ver si los números bajan".
Finalmente, el conductor y periodista se despidió con el deseo de escuchar un clásico del cantante español Joaquín Sabina: a tono irónico, pidió que suene "Quién me ha robado el mes de abril", en referencia a que durante las últimas semanas permaneció internado y aislado.