Los organizadores del Oscar deben estar añorando aquellos tiempos en los que las preocupaciones pasaban por la duración de la ceremonia, el rating y las omisiones en el In memoriam. La 93° entrega de los premios de la Academia de Hollywood –pautada para este domingo 25 a las 22, con transmisión por TNT y TNT Series desde las 21– se realizará más de dos meses después de su fecha original y en un contexto inédito en sus casi cien años historia, con el foco de atención puesto no tanto en las minucias del star system como en el estricto cumplimiento de los protocolos sanitarios y en la manera de sortear las enormes dificultades logísticas de un evento planetario de estas características. Un desafío similar al de todas las entidades vinculadas al quehacer audiovisual que entregaron estatuillas durante la pandemia, desde el Emmy de septiembre hasta el Bafta del último fin de semana, que hicieron del Zoom un actor más importante que cualquiera de los galardonados. Pero aquí será distinto.
Oscar con barbijo
La Academia tomó nota de la frialdad que transmiten los agradecimientos a la pantalla de un celular y cómo esto impactó directamente en los alicaídos números de audiencia de las ceremonias previas. Pero también sabe que amuchar cientos de personas provenientes de todo el mundo -varias mayores o con factores de riesgo- en un teatro cerrado durante casi cuatro horas es, desde marzo del año pasado, una bomba de tiempo. La solución a esta encerrona fue diseñar una dinámica por la cual la gala se dividirá en tres ciudades y cuatro sedes: dos en Los Ángeles, una en Londres y otra en París. Los productores Steven Soderbergh, Stacey Sher y Jesse Collins ya avisaron a "aquellos que no puedan asistir por problemas de horario o debido a la inquietud por viajar, que no habrá opción de conectarse por videollamada”. “Haremos todo lo posible por brindar una velada segura y en persona para ustedes y para los millones de seguidores en todo el mundo", dijeron en un comunicado.
En Los Ángeles estarán a disposición el histórico Dolby Theatre y la Union Station, una estación de tren construida en 1939 en lo que hoy es centro de la ciudad y con amplios espacios al aire libre para albergar a los invitados que, mientras se publican estas líneas, y siguiendo el pedido del presidente de la Academia David Rubin, cumplen con diez días de aislamiento previo. Si bien se desconoce la letra chica del esquema organizativo, se sabe que hasta allí irán los músicos a cargo de interpretar en vivo cada una de las cinco nominadas del rubro Mejor Canción. Desde ya que todos deberán asistir con barbijo. Y a olvidarse de las fiestas posteriores. La elección de las ciudades europeas se debe a que este año una cantidad importante de invitados con residencia en esos lugares. Carey Mulligan, Emerald Fennell, Daniel Kaluuya, Anthony Hopkins, Vanessa Kirby y Sacha Baron Cohen, entre otros, tienen domicilio en Londres, mientras que el director Florian Zeller (El padre) y otros seis ternados comparten ciudad con la Torre Eiffel.
A eso se sumó que las restricciones para viajes impuestas por los gobiernos nacionales complicarían cualquier intento de cruzar el Atlántico. El portal Variety, basándose en fuentes de la Academia, confirmó que la sede londinense será el complejo principal del British Film Institute. Cada nominado podrá llevar solo un acompañante –con diez días de aislamiento si vive fuera del Reino Unido– y que ambos deberán tener dos test con resultado negativo. Del otro lado del Canal de la Mancha la acción se concentrará en el estudio del Canal Plus y, a diferencia de Londres, no habrá acompañantes.
Nómadas, guionistas y juicios
En medio de este caos, habrá una premiación. No es la primera vez que la ceremonia del Oscar se realiza a estas alturas del año. El récord se dio entre 1930 y 1932, cuando fue en noviembre y se premiaron películas de esa misma temporada. Desde entonces penduló mayormente entre fines de marzo y mediados de abril, para luego adelantarse hasta los últimos días de febrero. Hay que retroceder hasta el 26 de abril de 1990 para encontrar la última vez que la última gala fue realizada con el calendario tan avanzado. En aquella ocasión Conduciendo a Miss Daisy fue la más ganadora, con cuatro estatuillas, seguida por Tiempos de gloria, con tres, y Nacido el 4 de julio, Mi pie izquierdo y La serenita, con dos. Todo parece indicar que también imperará la repartija. Y no solo en términos de división aritmética de premios entre las más nominadas de la noche, un grupo encabezado por Mank, de David Fincher, con diez, y un segundo lote con seis, en el que están Judas and the Black Messiah, de Shaka King; Nomadland, de Chloé Zhao; El juicio de los 7 de Chicago, de Aaron Sorkin; Minari, de Lee Isaac Chung; El padre, de Florian Zeller, y El sonido del metal, de Darius Marder.
El recorrido, por orden de importancia, debería arrancar con el rubro más importante, Mejor Película. Pero el 2021, queda claro, es distinto. Una buena porción de la atención estará en el apartado Dirección, donde, por primera vez en la historia, habrá dos mujeres compartiendo terna. Aunque a sus dirigentes les encante decir lo contrario, la Academia siempre fue una cuestión de hombres. Y de blancos. Apenas cinco directoras habían conseguido hacerse un lugar hasta 2021, y solo Kathryn Bigelow se llevó la estatuilla por Vivir al límite (2008). Cinco en 92 años: una cada 18 años. Los electores tomaron nota de la flagrante omisión de Greta Gerwig por Lady Bird en 2020, y ahora constituyeron un quinteto bien variado. A Chloé Zhao (Nomadland) y Emerald Fennell (Hermosa venganza) se sumará esa sorpresa fuera de todos los cálculos que fue el danés Thomas Vinterberg (Otra ronda), un norteamericano hijo de inmigrantes chinos -Lee Isaac Chung- y otro estadounidense de pura cepa como David Fincher.
Este rubro será, además, un enfrentamiento entre novatos y veteranos. Al primer bando pertenecen Zhao, que hasta ahora tenía solo dos largos previos, y la también actriz Fennell (interpretó a Camilla Parker Bowles en la serie The Crown), que con Hermosa venganza debutó en la realización. Chung, por su parte, irá por la consagración en su cuarta vez en la silla plegable. Enfrente tienen directores experimentados, aunque sin ningún Oscar en su haber. Allá por los ’90, Thomas Vinterberg fue uno de los impulsores del movimiento Dogma 95, pero recién ahora, a sus 51 años, debutará en la gala más importante de la industria por partida doble, ya que Otra ronda figura entre las cinco contendientes a la estatuilla a Mejor Película Internacional. Fincher, en cambio, sabe de qué se trata el Oscar, dado que ya había estado antes por La red social y El curioso caso de Benjamin Button. Pero difícilmente la tercera sea la vencida.
Chloé Zhao viene teniendo una temporada de ensueño, imponiéndose a sus compañeros en todas las galas. Es así que hoy se codea con personajes de la talla de Barbra Streisand: luego de la premiación de fines de febrero son las dos únicas mujeres con un Globo de Oro a Mejor Dirección, un logro que la actriz y cantante consiguió en 1983 por Yentl. Por si fuera poco, la realizadora nacida en China tuvo un último fin de semana arrasador haciendo doblete en el DGA otorgado por el Sindicato de Directores y el Bafta. El primero es uno de los barómetros más fieles del paladar académico, ya que este rubro del Oscar es votado únicamente por los miembros pertenecientes a esa rama, muchos de cuales también forman parte del Sindicato. El doble carnet explica por qué solo cuatro veces en los últimos veinte años no hubo coincidencia entre el DGA y la Academia en Mejor Dirección. Con los triunfos entre sus colegas y en tierras británicas se convirtió en la segunda mujer en recibir ambos premios. La anterior, como ella, también lo hizo el mismo año, y luego se llevó el Oscar. Se trata, claro, de Kathryn Bigelow.
La hegemonía de Zhao reduce al mínimo la posibilidad de un batacazo en este rubro, aunque sí podría haber sorpresas en Mejor Película. Chances escasas, pero chances al fin, dado que Nomadland –que narra el recorrido de una mujer por el interior profundo de Estados Unidos luego de perder su trabajo y a su marido– ha ganado en los Globos de Oro, el Critics’ Choice, el Bafta y el influyente PGA del Sindicato de Productores, que coincidió con el Oscar 21 veces en sus 32 años de historia. La mancha fue la estatuilla a Mejor Elenco –la más importante– en el SAG del Sindicato de Actores, que terminó en manos de El juicio de los 7 de Chicago. Si bien es el único antecedente a favor de la película de Aaron Sorkin –que propone un paralelismo entre los conflictos raciales contemporáneos y las irregularidades de un famoso proceso judicial de 1968–, no sería la primera vez que la gran favorita pierde el Oscar ante una tapada que solo llegaba con el SAG bajo el brazo. Ocurrió en 2005, cuando Secreto en la montaña había hecho el mismo camino que Nomadland (PGA, Globo de Oro, Critics’ Choice y Bafta) pero se quedó con las manos vacías ante la sorprendente Vidas cruzadas.
¿Y Mank, que con diez nominaciones debería rankear alto los pronósticos? Lo único que tiene a favor el último largometraje del director de Pecados capitales y Zodíaco es una historia centrada en las vicisitudes de Herman J. Mankiewickz durante el proceso creativo del guion de El ciudadano, con lo que eso implica para una asociación que, como la Academia de Hollywood, suele mirar con mayor beneplácito las películas vinculadas con el cine. Pero hasta ahora solo ha cumplido el triste deber de ser la más nominada y perder crónicamente ante sus rivales. En los Globos de Oro, por ejemplo, aspiraba a seis estatuillas y se fue con cero. En los Critics’ Choice, 12 nominaciones y un solo premio por Diseño de producción. Igual en el Bafta, donde se impuso en un rubro sobre seis posibles. Mank tampoco tiene chances del “premio consuelo” de Guion Original, ya que ni siquiera fue nominada (teniendo en cuenta lo ocurrido en el Writers Guild Awards del Sindicato de Guionistas, Hermosa Venganza debería ganar el de Guion Original y Borat Subsequent Moviefilm, el de Adaptado). La única esperanza estadística tanto para Mank como para el resto de las nominadas viene del Bafta: hace seis años que no hay coincidencia en la estatuilla más importante de ambas premiaciones.
Premios póstumos y diversos
Los cuatro rubros interpretativos, como suele ocurrir, se dividen entre aquellos ya prácticamente liquidados y otros con crédito abierto para la sorpresa. Entre los primeros están los dos masculinos. Imposible saber qué hubiera ocurrido si Chadwick Boseman no hubiera muerto el año pasado a raíz de un cáncer de colon, pero lo cierto es que el protagonista de Pantera Negra es el séptimo actor nominado de manera póstuma, en este caso por su protagónico en La madre del blues. Y todo indica que será el tercero en ganarlo luego de Peter Finch en 1977 y Heath Ledger en 2009. Boseman encadenó triunfos en los Globos de Oro, el Critics’ Choice y el SAG, que a lo largo de su historia ha premiado a 47 actores y actrices que semanas después se llevaron el Oscar. Su única derrota fue en los Bafta ante Anthony Hopkins por su desgarradora interpretación de un padre preso de la senilidad en El padre, aunque lo de “derrota” es relativo porque ni siquiera estuvo ternado. Muy difícil que haya sorpresas aquí y en Reparto, ya que Daniel Kaluuya, a diferencia de Boseman, ha ganado su categoría en todas y cada una de las ternas de la temporada por su papel en Judas and the Black Messiah.
El Oscar 2021 puede ser el segundo que termine con los actores negros celebrando, luego del doblete de 2004 de Morgan Freeman en Reparto (Million Dolar Baby) y Jammie Fox en Protagónico (Ray). Para salpimentar aún más la gala de diversidad, entre las damas es muy probable que triunfe una actriz surcoreana. Se trata de Yuh-Jung Youn por Minari, que con el Bafta y el SAG enderezó una temporada que había arrancado torcida con una llamativa ausencia en los Globos de Oro. Quien sí estuvo en los Globos –aunque perdió ante Andra Day por Estados Unidos contra Billie Holiday– fue Frances McDormand. La protagonista de Nomadland viene con presencia perfecta en las ternas de este año, pero recién se llevó su primera estatuilla de la temporada en el Bafta del fin de semana pasado, mientras que el SAG a Actriz Principal había sido para Viola Davis por La madre del Blues. Entre ellas tres, Vanessa Kirby por Fragmentos de una mujer y Carey Mulligan por Hermosa venganza dirimirán una de los rubros más abiertos de una noche que, aunque con barbijos, distancia y alcohol en gel, intentará recuperar el lustre dorado de antaño.