La policía de Columbus, capital del estado de Ohio en Estados Unidos, mató a una adolescente afroamericana de 16 años a quien le disparó al menos cuatro veces. De acuerdo a las fuerzas de seguridad, la menor identificada como Ma'Khia Bryant había amenazado a otras dos niñas con un cuchillo. Pero su tía dijo que la adolescente había dejado caer el arma blanca al momento de los disparos. El crimen, que despertó nuevas protestas contra el racismo y la violencia policial, ocurrió apenas 20 minutos antes de que el expolicía Derek Chauvin fuera declarado culpable del asesinato de George Floyd en Minneapolis. Este miércoles el Departamento de Justicia estadounidense abrió una investigación sobre las prácticas de la policía de esa ciudad del norte del país.
Según el jefe policial de Columbus, Michael Woods, sus agentes recibieron una llamada de emergencia el martes por la tarde de una persona que temía ser atacada con un arma blanca. La fuerza de seguridad cuenta con el video de la cámara que tenía en el uniforme el policía que mató a la joven y que ya fue separado de su cargo. Para Woods el video registrado en la cámara corporal de uno de los policías muestra a Bryant con un cuchillo mientras empuja a otras dos chicas a quienes, supuestamente, intentaba apuñalar.
En el registro policial puede verse cómo un oficial da la voz de alto en tres ocasiones, saca su arma, dispara contra Bryant al menos cuatro veces y ella cae al suelo. Al acercarse al cuerpo de la adolescente se observa un cuchillo de mango negro. De inmediato, un hombre exclama: "¡No tenías que dispararle! ¡Sólo es una niña, hombre!". El agente le responde: "Tenía un cuchillo. Acaba de atacar".
Woods explicó que los oficiales llamaron a una ambulancia y empezaron a practicarle reanimación cardiopulmonar a la adolescente. El video termina en ese momento y el director policial de Columbus sostuvo que la versión completa y sin editar se mostrará más adelante. "Pensamos que era importante compartir este material con la comunidad para ser transparentes sobre el incidente", afirmó Woods.
El director de la comisaría local aseguró que las políticas del Departamento de Policía de Columbus habilitan a los oficiales a usar "fuerza mortal" para protegerse a ellos mismos o a un tercero, pero no especificó si el policía involucrado violó los estándares o las reglas sobre el uso de la fuerza.
"Basados en la filmación sabemos que el oficial actuó para proteger a otra joven de nuestra comunidad, pero hay una familia que está de duelo esta noche", manifestó el alcalde de Columbus, Andrew Ginther, y calificó lo sucedido como "un día trágico" y una situación "horrible y desgarradora".
Hazel Bryant se presentó ante el diario The Columbus Dispatch como la tía de Ma’Khia. Confirmó que la niña vivía en un hogar de crianza y tuvo una pelea con otra persona en la casa. Bryant reconoció que su sobrina tenía un cuchillo, aunque aclaró la niña dejó caer el arma blanca antes de que un oficial de policía le disparara varias veces.
Mientras las autoridades locales mostraban el video de la cámara corporal, cientos de manifestantes rebasaron las barreras policiales instaladas frente a la comisaría y se acercaron a los agentes. Muchos coreaban: "¡Digan su nombre!". En simultáneo otros aludían a la edad de la víctima exclamando: "Sólo era una niña". La policía amenazó con usar gas pimienta si se generaban disturbios.
El crimen se produjo el mismo día en que el exagente policial de Minneapolis, Derek Chauvin, fue declarado culpable de todos los cargos de los que se lo acusaba por la muerte por asfixia del afroamericano George Floyd. El Departamento de Justicia estadounidense anunció este miércoles la apertura de una investigación sobre la legalidad de las prácticas de la policía de esa ciudad.
El fiscal general Merrick Garland precisó que la investigación civil, separada de una investigación penal en curso sobre la muerte de Floyd, examinará si esta ciudad del norte de Estados Unidos aplica una "política sistemática de uso de fuerza excesiva". También investigará si la policía de esa ciudad del norteño estado de Minnesota muestra un patrón de discriminación y trato ilegal a personas con problemas de comportamiento.