El Papa Francisco reafirmó en una carta dirigida a los participantes de la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno que la inmunización extensiva contra el Covid-19 debería ser considerada un "bien común universal".
Jorge Bergoglio reclamó más solidaridad entre los países para garantizar una distribución equitativa de las vacunas contra la Covid-19, "no basada en criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, especialmente los más vulnerables". Al mismo tiempo, pidió la renegociación de la deuda de "los países más necesitados".
El escrito fue enviado a Rebeca Grynspan Mayufis, titular de la Secretaría General Iberoamericana, e incluye un saludo a todos los participantes de la Cumbre que se desarrolla en Andorra. El encuentro debía celebrarse en 2020 pero fue pospuesto debido a la pandemia.
"La pandemia no ha hecho distinciones y ha golpeado a personas de toda cultura, credo, estrato social y económico", remarcó el Papa, al tiempo que indicó que "todos conocemos y hemos sentido la pérdida de alguna persona cercana que ha fallecido por el coronavirus, o que ha sufrido los efectos del contagio".
En otro pasaje, Francisco elogió "la ardua labor de los médicos, enfermeros, personal sanitario, capellanes y voluntarios que, en esos difíciles momentos, además de tratar a los enfermos, con riesgo de sus vidas, han sido para ellos el familiar y el amigo que les faltaba".
También afirmó que son "particularmente bienvenidas las iniciativas que buscan crear nuevas formas de solidaridad a nivel internacional, con mecanismos dirigidos a garantizar una distribución equitativa de las vacunas, no basada en criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, especialmente de los más vulnerables y necesitados".
Asimismo, el Papa señaló: "De esta pandemia tenemos que salir mejores".
Francisco y la deuda
En cuanto al peso de la deuda, Bergoglio pidió la "renegociación de la carga de la deuda" para "los países más necesitados" y reclamó una "férrea voluntad política" para "cambiar las cosas" a nivel mundial.
"Particular consideración se debe otorgar a la necesidad de reformar la arquitectura internacional de la deuda, como parte integrante de nuestra respuesta común a la pandemia", señaló el Papa en la carta.
"La renegociación de la carga de deuda de los países más necesitados es un gesto que ayudará a los pueblos a desarrollarse, a tener acceso a las vacunas, a la salud, a la educación y al empleo", consideró en un pasaje. Destacó que "tal gesto debe ir acompañado por la puesta en práctica de sólidas políticas económicas y por una buena administración que llegue a los más pobres".
Francisco, que hace una semana se encontró en Roma con el ministro de Economía argentino Martín Guzmán, subrayó "la urgencia de tomar medidas que permitan el acceso a una financiación externa, a través de una nueva emisión de Derechos Especiales de Giro, llamando a una mayor solidaridad entre los Países".
Esa iniciativa, para el Papa, debe contemplar "que los fondos sean destinados para impulsar y alentar el desarrollo económico y productivo, con el fin de que todos puedan salir de la actual situación con las mejores posibilidades de recuperación".
"Nada de esto será posible sin una férrea voluntad política que tenga la valentía de decidir cambiar las cosas, principalmente las prioridades, para que no sean los pobres los que paguen el costo más alto de estos dramas que están golpeando a nuestra familia humana", reclamó el líder de la Iglesia Católica.