El conflicto por las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires, que desconoce el DNU presidencial por la pandemia, también traba otras definiciones políticas en el Congreso. El ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, había avanzado en las conversaciones con los distintos bloques parlamentarios en la Cámara de Diputados para acordar la postergación del calendario electoral por “única vez” frente a la pandemia y realizar las PASO y la elección general en septiembre y noviembre, en mejores condiciones climáticas y mientras se incrementa la inmunización de la población con la llegada de más vacunas. Pero ahora el interbloque macrista de Juntos por el Cambio –que tenía diferencias internas sobre la postergación electoral— se abroqueló con el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y dice que no dará una respuesta hasta que la Corte Suprema se expida sobre el decreto de Alberto Fernández. Aunque se acortan los tiempos para la posible postergación, en el bloque del Frente de Todos insisten en buscar un “acuerdo amplio” para llevarla adelante, mientras la mayoría del resto de los bloques opositores se inclinan por la suspensión de las primarias.
La decisión de la bancada macrista trabó las conversaciones que iban a continuar esta semana y que el ministro del Interior había acordado con todos los bloques en busca de consensos sobre un borrador que les había presentado: la propuesta consiste en que las PASO se hagan el 12 de septiembre y las generales el 14 de noviembre; por “única vez” ante el incremento exponencial de los contagios que produce la segunda ola del coronavirus.
Pero JxC decidió ahora dejar en manos de la Corte Suprema cualquier decisión política que luego vaya a adoptar. “La semana que viene podrían avanzar ya en la ley de postergación, pero hoy no hay clima para eso. Hay que esperar a la Corte”, respondieron desde el interbloque opositor ante la consulta de Página/12.
El ala dura de la coalición macrista volvió a imponerse por sobre los “moderados” y blindar la posición de Larreta, que se aferró a una decisión de un tribunal de la Ciudad que ordenó garantizar las clases presenciales, que desoye a la justicia federal y desconoce el DNU presidencial. Antes del conflicto, las opiniones internas en JxC sobre la postergación de las elecciones estaban divididas. El alineamiento con la desobediencia del distrito insignia del macrismo postergó por ahora ese debate.
En tanto, desde el oficialismo insisten en la necesidad de alcanzar “un acuerdo amplio” para la postergación electoral. “Lo cierto es que la realidad sobre la pandemia supera cualquier otra situación”, dijeron a este diario desde el bloque del Frente de Todos para fundamentar la necesidad de correr el calendario y de avanzar con la discusión en el marco del Congreso que es el que tiene que definir el tema a través de una ley.
En el bloque del FdT prima la idea de la postergación electoral y por ahora no se propone avanzar con el resto de las bancadas en la Cámara baja. En especial, porque entre ellos la mayoría de las posiciones es por la anulación de las Paso. Incluso varios de ellos presentaron proyectos en ese sentido.
En la reunión que de Pedro y el FdT mantuvieron con el resto de los bloques opositores en la Cámara baja, todos mostraron su preocupación por la situación sanitaria, aunque dividieron opiniones a la hora de sostener sus propuestas. Dentro del interbloque Federal, los diputados cordobeses que responden al gobernador Juan Schiaretti insistieron en realizar las PASO con la implementación de la boleta única.
Desde el interbloque Federal para el Desarrollo que preside el mendocino José Luis Ramón expusieron su proyecto de “suspensión” de las primarias previo informe del Ministerio de Salud sobre la marcha de la pandemia. El santafesino Luis Contigiani se pronunció a favor de la prórroga, su coprovinciano socialista Enrique Estévez también propuso la utilización de la boleta única y desde el FIT se pronunciaron por la “eliminación” de las PASO.
El debate por ahora sigue postergado mientras los tiempos se acortan ya que para cumplir con las definiciones de la Cámara Nacional Electoral, cualquier modificación del calendario electoral deberá ser aprobada por el Congreso antes del diez de mayo.