Las advertencias de los terapistas y médicos de los distintos centros de salud porteños no fallaron: el índice de ocupación de camas de terapia intensiva en la Ciudad de Buenos Aires llegó al récord de 71,7 por ciento y se prevé que la cantidad de enfermos graves siga en aumento debido al impacto de la segunda ola.
Ni en el peor momento de la pandemia, durante 2020, se llegó a esa cifra. El 13 de agosto de ese año, el tope había llegado al 69 por ciento de las 450 camas disponibles. La misma cantidad de camas que en la actualidad.
Los datos oficiales del Ministerio de Salud porteño precisaron que, esta vez, de esas 450 camas de Unidad de Terapia Intensiva (UTI) en hospitales públicos, 323 están ocupadas.
El dato redobló las alertas rojas que ya se habían encendido cuando las prestadoras privadas de salud informaron que la ocupación de camas en ese sector había trepado por encima del 95 por ciento.
Además, la cifra récord del 71,7 por ciento supera al promedio nacional de ocupación de camas, que es del 65,5 por ciento, según los datos que maneja el Ministerio de Salud de la Nación. A la vez se acerca al porcentaje del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que es del 75,4 por ciento.
El propio ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, había admitido que la velocidad de contagios, producto de la aparición de las variantes de Manaos y del Reino Unido, agravaba la situación. “Tuvimos una curva tremendamente acelerada”, dijo en su última conferencia de prensa.
Ayer, delegados gremiales de ATE en el Hospital Rivadavia informaron que la situación había “colapsado” debido a la cantidad de internados por covid-19 y que ya no había camas de terapia intensiva disponibles.
Algo similar había ocurrido en el Hospital Fernández, donde las autoridades –que se habían pronunciado en contra de las últimas restricciones adoptadas por el gobierno nacional- decidieron cerrar un sector clave de la guardia para destinarlo a la atención exclusiva de casos de coronavirus.
La medida que ya se tomó en todos los centros sanitarios públicos y en parte de los privados fue suspender cirugías programadas que puedan requerir la internación prolongada de los pacientes. El objetivo es liberar camas para que la atención de los casos de coronavirus no llegue al punto de tener que elegir a qué pacientes se los atiende y a cuáles no.
A pesar de que el gobierno porteño insiste con sus medidas aperturistas y no ceja en la presión por el aumento de la circulación social con la vuelta de las clases presenciales, la ciudad acrecienta día a día, y con cifras récords, la cantidad de contagios.
La Capital Federal sigue siendo el segundo distrito con más contagios en todo el país. Si bien durante la semana pasada el total de casos se mantuvo cerca o por encima de los 3 mil, ayer se la cifra fue menor: 2.489 nuevos contagios. Pero la curva sigue en aumento.