Diane Lane está sentada en la oficina de su abogado en Los Angeles durante la entrevista por Zoom. Ella no dice por qué está en ese lugar, pero está de muy buen ánimo mientras la conversación salta de Kevin Costner (su coprotagonista en Déjalo ir, estrenada el jueves en Flow) a Rob Lowe, James Gandolfini (estuvo con él en la película para televisión Cinema Verité) y Mike Keigh (es fan del veterano director británico, aunque lamentablemente nunca trabajó con él). "¡Me lo paso hablando sobre otros para evitar hablar sobre mí", se ríe de un modo que sugiere una maestría en el arte de la evasión de las entrevistas.
Lane, de 55 años, quizá no sea tan famosa como Nicole Kidman o Meryl Streep, pero ha conducido una elegante carrera de cuarenta años en el negocio. En su adolescencia, trabajó dos veces con Francis Ford Coppola, en La ley de la calle y Los marginados. Más tarde, obtuvo una nominación para el Oscar por el drama sobre infidelidad Desengaño. Y más tarde aún, interpretó a Martha Kent, la madre adoptiva de Superman, en El hombre de acero, su segunda incursión en las películas basadas en comics después de la adaptación de El juez (1995).
Es una sobreviviente nata, una actriz que sigue siendo demandada pese a la naturaleza voluble de Hollywood. En una entrevista hace varios años, le dijo a este cronista: "Siempre vivo de liana en liana en la jungla". ¿Todavía es así la situación? "¿Creés que tengo un plan maestro para el resto de mi vida, más allá de mi carrera?", dice. "Esa es la analogía del negocio. Porque es una cosa a la vez. Es un paso por vez en la vida, si estás caminando, y una noche de sueño por vez. Y -afortunadamente en mi profesión- es un trabajo por vez".
El período de aislamiento inducido por la Covid ha sido difícil para ella. "No recibí esa gratificación propia de los mamíferos que normalmente recibo cuando trabajo con otros", dice. Incluso peor es lidiar con los santurrones que se las saben todas. "Este es el asunto sobre este período extraño. La gente dice '¿Qué hiciste con tu aislamiento? ¿Escribiste la Gran Novela Americana? ¿Empezaste a pintar? ¿Hablás un idioma más? ¿Podés cocinar comidas nuevas? ¿Qué tenés para mostrar?' La gente está obsesionada con esa mentalidad, especialmente en Estados Unidos".
Lane no aprendió japonés ni cómo cocinar omelet noruego. Simplemente miró un montó de tele. "Sin vergüenza y con gratitud, porque había mucho que me había quedado sin ver y esta es mi profesión", explica. "Necesito estar más al tanto del talento joven que sale, y los maravillosos nuevos directores y programas que la gente ama y que yo no había podido ver. Digo, hay muchísimo. ¡Downton Abbey! ¿Podés imaginarte? Todavía no vi Downton Abbey. Así es lo atrasada que vengo. Necesito otra década para ponerme al día".
Afortunadamente, en 2019 filmó Déjalo ir, una ingeniosa adaptación de la novela de Larry Watson (de 2013) que se aparta de la comodida doméstica del terreno del neo-western. Ella y Costner interpretan a Margaret y George, una pareja de Montana que lleva muchos años de casada, cuyo hijo muere en un extraño accidente. Más tarde, su nuera vuelve a casarse con un bruto y él se la lleva junto con el nieto de ellos a su casa familiar de Dakota del Norte, manejada con puño de hierro por la madre de él (una sofocante Lesley Manville).
Como una mezcla entre La violencia está en nosotros y El clan Barker, la película más tarde da un giro inesperado pero satisfactorio, cuando la disputa de sangre entre familias se vuelve realmente sangrienta. "He interpretado muchos papeles -explica Lane-, pero lo que amé sobre ella fue que es una madre formidable". En Estados Unidos, Déjalo ir se convirtió en un éxito inesperado con 10 millones de dólares de recaudación -notable si se tiene en cuenta lo difícil que es para el público ir al cine en medio de la pandemia. "Estuvimos primeros en la taquilla en Estados Unidos", asegura la actriz.
Aunque Lane nunca ha escrito, dirigido o producido en su carrera, sí ayudó detrás de escena en este caso llevándole el guión a Costner, con quien había trabajado con El hombre de acero. "Quizá la gente tiene acceso más fácil a mí que a Kevin", dice con una mueca. Costner enseguida estuvo de acuerdo en coprotagonizarla. "Él quería que yo estuviera primera en los créditos. Dijo 'Esta es tu película' y es muy generoso por eso. Es un hombre de verdad". Aunque es verdad porque Margaret es la que lidera, es casi inédito que una estrella masculina sea tan progresista.
"Él es un caballero", asegura Lane. "Este tipo lo ha hecho todo, visto todo, estado en todo. Hay una razón por la que es una leyenda andante, viviente, que respira. Y él tiene eso. Así que, ¿qué necesita acopiar? Kevin no es nada tacaño". Eso hubiera sido impensable en los '80, cuando la actriz estaba empezando. "Tiene que ver con la edad. Es una elegancia que viene con haber vivido. En los '80, yo no hubiera podido trabajar con personas con semejante elegancia habitualmente. Estaban más cerca de mi edad".
A su favor, la carrera de Lane ha evolucionado muy elegantemente con el paso de los años; raramente ha pasado períodos fuera de la pantalla. Pero, ¿siente que Hollywood todavía es un lugar que discrimina a los mayores? "Ya no lo sé, porque yo ya tengo esta edad", explica. "Miro alrededor y me doy cuenta de que el cuerpo votante de estas entidades que entregan premios es primariamente de gente mayor. ¿Qué nos dice eso? ¿Qué terminará significando eso? ¿Cómo se puede considerar eso? ¿Es algo que deba ser considerado? ¿Es esta una carrera de galgos? Este es el lugar donde el arte y el comercio se chocan entre sí. Así que podríamos analizar el tema todo el día".
La conversación vira a temas sobre la industria. ¿Alguna vez sufrió que le pagaran mucho menos que a sus coestrellas varones? "Oh, bueno, si alguna vez escribo un libro, eso va a ser un capítulo", dice de modo críptico. "Mientras tanto, no voy a tocar esa papa caliente porque no tengo redes sociales y no quiero unirme a las filas de los hashtags sobre cosas que pueden volverse en mi contra, pero simplemente diré que admito tu pregunta. Tengo experiencia en el asunto. Y estoy agradecida de estar trabajando en una industria que está aumentando su apreciación de las mujeres".
Si Lane alguna vez escribe una autobiografía, habrá historias para contar. Se ha casado y divorciado dos veces, ambas con actores. Primero con Christopher Lambert, la estrella de Highlander, y luego con Josh Brolin, de quien se separó en 2013. Su hija Eleanor, de 27 años, de su matrimonio con Lambert, ha comenzado a actuar. Lane le dijo hace poco a un reportero: "Estoy feliz de que haya esperado a estar lista en sus propios términos, porque yo fui secuestrada". Se refería a su propia entrada al negocio. Su padre, Burt Lane, era un actor y coach de actuación que la crió solo después de divorciarse de la madre de Diane, la cantante y modelo Colleen Farrington.
Al actuar desde los 6 años, trabajó junto a Laurence Olivier en Un pequeño romance cuando tenía 13; "un viaje muy intenso y memorable", en particular porque Olivier dijo que ella era la próxima Grace Kelly. Para el momento en que hizo La ley de la calle y Los marginados, ella trabajaba con una generación de adolescentes aspirantes a estrellas: Tom Cruise, Matt Dillon, Mickey Rourke, Nicolas Cage y Rob Lowe. "Éramos esa rara mezcla de hiper inseguros e hiper arrogantes, lo cual es totalmente apropiado para esa edad".
Puede que Lane no haya forjado franquicias multimillonarias como lo hicieron Cruise y Cage, pero es parte del universo DC Comics desde El hombre de acero. Hace poco volvió a encarnar a Martha Kent en la nueva versión de La liga de la justicia de Zack Snyder, la película de ensamblaje de superhéroes que originalmente fue terminada por Joss Whedon cuando Snyder fue forzado a dejar el proyecto por cuestiones personales. Tras la presión de los fans, Snyder juntó todo el material que había filmado y que Whedon había desechado, y lo editó en forma de una película de cuatro horas.
Lane también pasó por dos semanas de cuarentena en Canadá para filmar Y: The Last Man, una serie post apocalíptica de FX en la que interpreta a una congresista. "¡Hay una pandemia involucrada!", dice. "Mi Dios, la vida imitando al arte imitando a la vida imitando al arte". Finalmente, de regreso a los sets, Lane recibió la "gratificación de mamífero" que estaba buscando. Parece aliviada, aunque falta para que vuelva la "vieja normalidad". "Vamos a pasar este tiempo juntos", dice. "Vienen mejores días".
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.