“Les trabajadoras y trabajadores de la cultura escénica porteña necesitamos de trabajo registrado para sobrevivir y exigimos la inmediata puesta a disposición de fondos extraordinarios que permitan cumplir con las medidas sanitarias”, expresa la carta abierta dirigida al ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, que la Asamblea Permanente de las Artes Escénicas difundió este jueves a través de sus redes sociales. El colectivo se organizó hace algunos meses y el 1º de abril se reunió frente al Teatro San Martín para reclamar condiciones laborales dignas. Frente a la dramática situación que el sector atraviesa debido a una precarización histórica y a las nuevas medidas por la suba de contagios, se decidió difundir el petitorio para juntar firmas. En pocos días, además, se presentará un pedido formal de reunión a las autoridades del Gobierno de la Ciudad.

“Todavía no es un espacio organizado, por eso nos gusta decir que estamos en estado de asamblea permanente. Hay muchas organizaciones que vienen trabajando temas específicos con una estructura más orgánica en sus formas de decisión, pero este colectivo reúne a personas que participan de otras organizaciones y otros sueltos, como en mi caso. Me parece que –a diferencia de otras organizaciones– lo que siempre falta es un enfoque sobre el artista precarizado sin contrato ni sala. Ahora está circulando la carta para juntar firmas; la idea es que adquiera volumen y la comunidad escénica se entere. Y en estos días se va a entregar el pedido de reunión formal al Ministerio de Cultura”, puntualiza a Página/12 el director Juan Pablo Gómez.

La actriz Ivana Zacharski forma parte de la agrupación Actuemos –que viene organizando asambleas desde el inicio de la pandemia– y también integra la Comisión de Acción Urgente de esta Asamblea: “La convocatoria fue una reacción a la idea nefasta que tuvo Jorge Telerman (director del Complejo Teatral de Buenos Aires) al convocar una supuesta ‘alianza’ con el teatro independiente, con contrataciones desde el Estado a salario cero y yendo a bordereaux como si se tratara de una cooperativa. En respuesta, se conformó la primera Asamblea Permanente de las Artes Escénicas frente al Teatro San Martín con una gran convocatoria de 300 compañerxs”.

Gómez define la gestión porteña como “una gestión muy preocupada por la medición y las repercusiones”. Frente a ese escenario, explica que la comunicación debe tener una doble vía: por un lado, “los canales oficiales porque es el camino que nos interesa transitar pero, por otro, sabemos que están muy atentos a las redes y ese es el otro camino”. “El hecho de que la comunidad manifieste su desagrado en la arena pública, en redes sociales o en la calle, permite que las autoridades retrocedan con medidas como las que intentó implementar Telerman, que suponen institucionalizar y legalizar la precarización por parte del Estado”, declara.

Ante la consulta de este diario, el Ministerio de Cultura porteño respondió con un listado que incluía algunas de las políticas culturales que se llevaron a cabo durante la pandemia, pero no respondió nada sobre los reclamos concretos por parte de la comunidad escénica. El listado menciona programas de 2020 como el Plan de Ayuda Económica para la reactivación de las industrias creativas, la exención de ABL, nuevos créditos del Banco Ciudad, convocatorias de diversos espacios culturales oficiales; y otros de 2021 como la plataforma Impulso Cultural, el relanzamiento de la web Cultura en Casa o diversas coproducciones. Sin embargo, ese cúmulo de datos no da cuenta de la situación concreta que viven actualmente lxs trabajadorxs de la cultura.

“Lo que reclamamos es salario digno o compensación salarial de emergencia: se trata no sólo de la supervivencia para que sigan existiendo las artes escénicas, sino también de las condiciones de vida. Esto se dijo muchas veces, pero la pandemia reveló un estado de precarización que viene desde siempre y que actualmente nos mantiene unidos en estos reclamos”, señala Zacharski. Y Gómez agrega que entre los principales temas de discusión que se consensuaron en esta segunda asamblea virtual, figuran la precarización laboral por parte del Estado, la situación de monotributistas y la relación entre los teatros públicos porteños y lxs artistas.

“Otro tema es la selección de directores de teatros públicos, que no se realiza por concurso y genera pequeños feudos con curadurías arbitrarias. Nos interesa discutir todo eso y ya hay un sector trabajando en crear un observatorio de políticas públicas para pensar estos temas”, cuenta Gómez. Además, en esas reuniones se debatió sobre las ganancias de las OTT y la transmisión de contenido teatral en plataformas virtuales: “Hay muchas cosas que se pueden discutir hacia adelante y me parece que el gobierno porteño siempre retacea las discusiones reduciéndolas a una cuestión de ‘te elijo o no te elijo’. Creo que la comunidad tiene que volcarse a plantear temas más ambiciosos para pensar la actividad y salir de la lógica de los reclamos por subsidios. Tenemos que empezar a ser más ambiciosos en lo que respecta al financiamiento de una cultura tan rica como la de Buenos Aires”, destaca.

La carta pública ya cuenta con más de 800 firmas que incluyen a grandes referentes del teatro como Mauricio Kartun, Cristina Banegas, Ricardo Bartis, Analía Couceyro, Rafael Spregelburd, Pompeyo Audivert, Rodrigo de la Serna, Lorena Vega y Valeria Lois, entre otros. La Asamblea propone dos cuestiones concretas para paliar la situación actual: por un lado, la constitución urgente de un fondo excepcional que permita otorgar subsidios de desempleo hasta que se pueda retomar la actividad; por otro, la implementación de un circuito virtual con obras, clases y talleres a través de las plataformas públicas vigentes.

“Está la urgencia de compañerxs que no tienen para comer en un momento de cese total. Las ayudas son insuficientes por todos lados porque la situación es muy acuciante, pero las ayudas del gobierno porteño no han sido insuficientes sino inexistentes. Si el gobierno de la Ciudad quiere salvar la escena hacia el futuro, tiene que poner a disposición un fondo extraordinario ahora para que la gente no se vaya a trabajar a Rappi, que ya lo está haciendo”, señala el director. En relación a su condición de trabajadores, Zacharski sostiene: “Es difícil porque siento que no somos considerados trabajadores. Tenemos un sindicato que estaría bueno que se involucre en la lucha, pero no tenemos un lugar de trabajo como una fábrica o una escuela”.

La dramaturga Andrea Garrote, que integra la Colectiva de Autoras y fue una de las oradores en la primera asamblea, dice: “La situación epidemiológica nos impidió seguir juntándonos de manera presencial, pero la idea es tener un espacio para encontrarnos y tratar de mantener vivo el tejido social que hace que las artes escénicas en esta ciudad tengan un valor y una fuerza. Hay muchos compañeros angustiados porque están sin poder trabajar ni hacer lo que han decidido como apuesta para sus vidas. Ser artista hoy es una apuesta”. Con respecto a la idea difundida sobre el regreso de los teatros antes de estas medidas, Zacharski sostiene: “Es mentira porque hay muchos espacios que cerraron por no poder sostener el alquiler o hacer la inversión necesaria para funcionar en pandemia”. La actriz explica que este reclamo está dirigido a Ciudad pero también se está hablando de elevar un pedido a Nación, y asegura: “Estamos en todo nuestro derecho de reclamar y por eso lo hacemos”.

* El comunicado completo puede leerse aquí.