La discusión sobre el espionaje durante el macrismo volvió explosivo el último plenario del Consejo de la Magistratura, donde se terminó aprobando un repudió a la inteligencia ilegal sobre magistrados durante el gobierno de Mauricio Macri sin el aval de los representantes de Juntos por el Cambio.
La cuestión llegó al Consejo después de que la Asociación de Magistrados y la Junta de Tribunales Orales Federales (JUTOF) repudiara el espionaje sufrido por los jueces que juzgaron a Milani en La Rioja, Julián Falcucci, Jaime Díaz Gavier y Enrique Lilljedahl. En el Consejo, el juez Juan Manuel Culotta reclamó que también se contemplara la situación de la jueza del Chaco Zunilda Niremperger.
Los cuatro jueces habían sido espiados por el Servicio Penitenciario Federal (SPF), según reconstruyó la justicia federal de Lomas de Zamora. En el caso de los jueces del caso Milani, fue incluso el exjefe de inteligencia del SPF Cristian Suriano que reconoció que recabó información sobre ellos, pero la justificación fue desopilante: Lo había hecho para explicarles a los represores presos por qué el exjefe del Ejército había sido beneficiado por la justicia.
El diputado de Juntos por el Cambio Pablo Tonelli tomó la delantera para objetar el comunicado de repudio que había redactado el presidente del Consejo, Diego Molea. La principal discusión pasaba por si se reconocía que hubo espionaje e intrusión en ámbitos privados. "No se condice con lo que está en la causa", lanzó Tonelli.
--¿Qué duda hay de que hubo espionaje ilegal? Llamemos a las cosas por su nombre -- estalló el juez Alberto Lugones, que, junto con Culotta, refrendaron la redacción de Molea.
Tonelli insistía que, en realidad, lo que había sucedido es que "perfilaron" a los jueces. "Como a mí me perfilaron en esa causa, les puedo contar cuál es la perfilación que hicieron", saltó la diputada de Consenso Federal Graciela Camaño, que es víctima en el expediente que hasta este jueves tramitó en Lomas de Zamora. Enumeró que la seguían, que se apostaban en la puerta de su casa o del Congreso y que incluso le sacaron fotos en la panadería. "Yo me pregunto si eso no es espiar mi vida y mi privacidad qué es".
El comunicado se aprobó finalmente con los votos del oficialismo y el apoyo de Lugones, Culotta y Camaño. Como Tonelli seguía protestando, Camaño aprovechó para quedarse con la última palabra: "Yo lo entiendo al doctor Tonelli porque es su gobierno el que hizo esto".