Luego de dos intentos frustrados, finalmente comenzó ayer viernes el juicio contra el sacerdote Juan de Dios Gutiérrez. Esta vez declaró la sobreviviente, su hermana melliza y su mamá, Alejandra Carrizo. El presbítero, quien había anunciado que hablaría, se negó a declarar, aunque su abogado, Orlando del Señor Barrientos, dijo que tal vez lo haga en otro momento del proceso. El debate se reanudará el próximo lunes.

Teniendo en cuenta que por tratarse de un delito de instancia privada el debate se llevó a cabo a puertas cerradas, sólo se conoció lo que contaron los abogados y Alejandra a la salida del debate.

Manifestando un profundo dolor y con la garganta anudada la mujer habló con la prensa: “Ya pudo declarar mi hija, hemos dicho la verdad de hace seis años. Tengo mucho dolor porque nos ha costado mucho y por fin nos pudo escuchar el tribunal. Es muy duro. Ahora está mi otra hija declarando. Sé que Agustina lo pudo lograr y hacer. Yo he podido decir toda la verdad desde 2015 que pasó y no ha sido fácil. Así como ven estuve adentro, pero sabía que tenía que hacerlo”, dijo con la voz entrecortada.

Alejandra señaló que cuando su hija declaró, Gutiérrez fue retirado de la sala, pero no así cuando lo hizo ella. “Me dio náuseas y me descompuso, pero le pude decir todo y lo más importante que le quería decir fue que mis hijas no eran huérfanas como les dijo. Yo soy su mamá y su papá también está. Él le hizo creer que ella era huérfana para ocupar el lugar de padre hasta que la abusó. Seis años me guardé la posibilidad de decir eso”, contó.

Por su parte, la abogada representante de las sobrevivientes, Silvia Barrientos, contó que fue muy doloroso el momento que se vivió dentro de la sala pero resaltó que las tres, a su forma, fueron muy valientes. “El fiscal (Miguel Mauvecín) les hizo preguntas a las tres y yo también. Y escucharlas cuando les preguntaron los miembros del tribunal si tenían creencias religiosas fue muy fuerte. Alejandra dijo que 'ahora no' y juró por su vida. Agustina, también con mucho dolor dijo que 'estaba confundida', mientras que Flor, aseguró: 'ahora no tengo'”.

En tanto, el defensor, presentó un pedido de nulidad del acta de elevación a juicio ya que, a su entender, correspondería calificar el hecho con la figura de abuso sexual gravemente ultrajante y no la de abuso sexual con acceso carnal. No obstante, eso se decidirá al final del debate.

El lunes y bajo la modalidad virtual, se espera que declaren testigos de Belén. Entre ellos, un joven a quien Gutiérrez también le decía que él era su padre. También lo harán los sacerdotes Víctor Vizcarra y Delgado. En tanto, podría hablar también el psicólogo que señaló en su informe que el sacerdote era manipulador, narcisista y con una personalidad de rasgos psicopáticos.

La denuncia fue radicada el 23 de octubre de 2015 en el departamento Belén. En ella constaban las manipulaciones y sometimientos que el sacerdote, entonces responsable del grupo juvenil de la Iglesia Nuestra Señora de Belén, cometía en perjuicio de la adolescente de 15 años.

Tras 6 años de dilaciones, por presiones del Obispado de Catamarca, finalmente pudo comenzar el juicio oral.