La resistencia de las comunidades originarias, sobre todo del Pueblo Wichí, a la atención sanitaria se origina en una falta de entendimiento. Eso es lo que se interpreta de la conversación con el cacique Celedonio Torres, de la Comunidad Wichí de San Luis, en el municipio de Santa Victoria Este, del departamento Rivadavia.
Tras el fallecimiento de una criatura de 1 año y 10 meses por deshidratación, el miércoles último, la explicación desde el Hospital de Santa Victoria Este apuntó a la resistencia de los progenitores a que sus hijos sean derivados a otras dependencias del sistema sanitario. “Hay muchos chicos con deshidratación y bajo peso. Y hay mucho problema en el Hospital en el caso de niños que están derivando a Tartagal”, dijo el referente indígena. Su reclamo sobrevino por su situación particular, dado que el domingo su nieto, de un año y cuatro meses, fue trasladado al Hospital de la ciudad cabecera del departamento San Martín, en donde quedó internado.
La madre del nene, la hija de Torres, es menor de edad (tiene 15 años), por lo que fue el cacique quien dio la autorización para derivar al niño, que presentaba vómitos y diarrea. “Y cuando es así, el chico un ratito no le aguanta ¿no?”, explicó sobre la razón que lo llevó a autorizar que lo llevaran al Hospital de Tartagal. El jueves su hija le indicó que el nene fue aislado por sospecha de covid-19. “Entonces acá (en SVE, a los chicos derivados) les hacen los análisis pero no nos dan los resultados de lo que tiene el chico”, cuestionó el cacique. Contó que una vez que socializó su situación, más de una familia le indicó que sufre la falta de información cuando los niños son derivados al Hospital tartagalense. “Entonces no entendemos, y es una preocupación”, añadió.
Otro tema que planteó fue la ausencia de novedades respecto de los anuncios del gobierno provincial de que se iba a hacer un Centro de Recuperación Nutricional en SVE. “Decían que iba a ser en junio o julio y estamos viendo que por ahora no hay nada”, agregó.
“No es que no queramos” que los chicos sean trasladados y que recuperen, afirmó. Dijo que lo ocurre es que surgen problemas porque perciben discriminación y maltrato, además de la falta de información sobre la atención de los chicos en los hospitales, dijo que por eso hay resistencia a ir a los hospitales. Añadió que es cierto que hay mujeres que se escapan del Hospital y se esconden en el monte, y lo explicó sobre todo en la dificultad de los operadores sanitarios para comunicarse con ellas, que al no comprender lo que se requiere de ellas ni los tratamientos que se les indican a sus hijos, escapan. Y muchas veces, en esos casos, "cuando encuentran al chico, ya está mal y se lo llevan”, a veces usando la fuerza pública, lo que genera otra razón para que las mujeres originarias traten de alejarse de los dispositivos de la salud pública, con lo que esa acción no hace más que alimentar un círculo de desentendimientos.
Por otra parte, Torres sostuvo que hay retrasos en la entrega de los módulos focalizados. El jueves “recién hicieron (entregaron) la partida que no completaron del mes pasado y en este mes todavía no están haciendo la partida”, agregó.
“Es mentira que hubo atención”
Por su parte, el presidente de la Unión Autónoma de las Comunidades Originarias del Pilcomayo (UACOP), Abel Mendoza, denunció que el problema que se presentó con el bebé que falleció por deshidratación en Pozo La China fue la falta de agentes sanitarios en esta como en otras zonas de Santa Victoria Este.
“Estuve con los familiares y denuncié, pero es mentira que fue asistida” la criatura, dijo.
En el mismo sentido, Mendoza negó las declaraciones del gerente del Hospital victoreño, Ariel Sosa, sobre el seguimiento del pequeño fallecido al afirmar que tanto en esa comunidad como en otras no hay atención sanitaria. Afirmó que por eso los chicos terminan siendo atendidos cuando su cuadro de salud es ya muy grave. Es lo que pasó con el niño de casi 8 meses, de la Comunidad Tierras Indígenas, que falleció ayer con un cuadro de bajo peso y deshidratación.
Una mesa multisectorial
El coordinador de la Mesa Interministerial, el secretario de Deportes Marcelo Cordova, fue consultado por Salta/12 ante la preocupación manifestada por Torres. En principio, aclaró que el niño fallecido de Pozo La China tuvo ese problema por causas ajenas a la falta de agua, dado que afirmó que en “la comunidad tiene agua”. Por otro lado, aseguró que el nene recibía atención de salud en la zona donde vivía.
Cordova reconoció que frente a la resistencia de los habitantes originarios a acceder al sistema sanitario, se termina “en una judicialización y actuación policial, porque no nos quieren entregar a los niños. Y debemos mediar con los caciques en algunos casos”.
En cuanto a la falta de entendimiento entre las comunidades y los operadores del sistema sanitario, afirmó que son 150 los acompañantes familiares que están en las comunidades de los tres departamentos del norte (Orán, Rivadavia y San Martín), incluidos en la emergencia sanitaria a causa de las muertes de niños por causas evitables. Entre ellos “hay un grupo para hospitalizados”, que están al tanto de la situación de quienes llegan a una internación desde las comunidades.
A ello el funcionario agregó que en el Hospital de SVE hay un facilitador que habla el idioma wichí, y en Tartagal, otros 6: uno que habla chorote y otros 5, wichí. Córdova afirmó que con ellos intermediando “se les da contención desde el Hospital y se les explica cuál va a ser el ingreso”, y añadió que estos agentes “están bastante capacitados y cuando llegan las familias, deben dirigirse a ellos”.
Indicó que recurrentemente viaja a SVE como coordinador de la Mesa, y que hace poco tiempo estuvo en la comunidad de Torres para entregar “dos rollos de plástico para cambiarle los techos a la comunidad”.
En cuanto al Centro de Recuperación Nutricional para SVE, afirmó que se están elaborando los planos y gestionando los fondos para construirlo “durante este año”.