La búsqueda de Fabiana Cari, perdida por dos noches y tres días en las serranías de ese municipio, colocó en la agenda política una demanda atendida muy superficialmente por distintas administraciones. ¿Cómo generar condiciones de seguridad destinadas a ciudadanos salteños que desarrollan actividades al aire libre por senderos de montaña? ¿cómo gestionar los riesgos ineludibles asociados a esas prácticas? El rescate de la montañista Analía Ibáñez, perdida por los filos del Cerro Pacuy (municipio de Campo Quijano) en agosto de 2020, y el último desenlace con final feliz ocurrido durante la semana, comparten un mismo contexto: la pandemia.

Hasta hace pocos años, las líneas divisorias entre turistas y vecinos no existían. Tampoco los funcionarios del área se intersaban en el tema. Lo cotidiano indicaba otras tendencias. “El furor por correr aumenta año tras año a un ritmo exponencial, reflejado no sólo en la marea de corredores que copan los espacios públicos”, advertía la antropóloga Nemesia Hijós en un trabajo de 2017.

Por si fuera poco, la digitalización y sus tecnologías descentraron una pieza clave: el conocimiento de caminos y senderos dejó de ser potestad exclusiva de guías especializados o baqueanos. Ese saber experto se horizontalizó y antiguas formas de aprendizaje in situ mutaron. Desde el 4G, cualquier persona con alguna habilidad o curiosidad tecnológica puede relevar información disponible en la nube. Youtubers en la web o videos compartidos en redes sociales colaboran en un primer aprendizaje. Se suma la cartografía que construyen distintas aplicaciones y permiten simular mentalmente experiencias iniciales. En Wikiloc, la más conocida y etiquetada, sus usuarios no sólo comparten recorridos y experiencias por senderos. También comparten sus migas de pan, es decir, el rastreo digitalizado de sus propias huellas mientras paseaban.

Ni Analía Ibañez Sierra, montañista experimentada, ni Fabiana Cari Segovia, estudiante de geología, pecaron de ingenuas o improvisadas. Perdieron su grupo, la senda y se desorientaron. Las dos vivieron momentos traumáticos con desenlaces felices. Incluso en el relato más fresco, Fabiana contó a la prensa local que llevó zapatillas de repuesto y tuvo la precaución de mantenerse cerca del cauce de los arroyos. Sin embargo, ambas comparten un sobrevuelo de temas pendientes que desataron sus búsquedas. Cada episodio visibilizado por la prensa local, mostró también problemas que aún no encuentran soluciones razonables en plazos razonables.

¿Regulación? ¿control?

El martes, minutos después de finalizado el rescate en San Lorenzo, el ministro de Seguridad de la provincia, Juan Manuel Pulleiro, alzó la bandera e hizo pública la necesidad de generar un marco regulatorio. El jueves por la mañana se reunió con representantes de la Asociación Salteña de Trail Running, miembros del grupo de rescate del Club Amigos de la Montaña, el vicepresidente y otros socios del Club de montaña Janajma, parte del cuerpo de rescate de la policía de la provincia, y funcionarios de la Agencia de Información de Políticas Públicas que depende de la Coordinación de Enlace y Relaciones Políticas, a cargo de Pablo Outes. Escuchó posiciones y propuestas que cada invitado compartió en la mesa de diálogo.

Uno de los temas novedosos fue la socialización de una aplicación en desarrollo por la Agencia bajo la órbita de Outes. Su director ejecutivo, Carlos Alberto Lucca, explicó a Salta/12 que se encuentra en una etapa inicial. “La semana que viene definimos el proyecto y la arquitectura interna de la futura aplicación. Después avanzaremos. Nosotros desarrollamos Salta Covid que se inició con una etapa de consultas, igual que este caso”. Explicó que orientan la aplicación a todos aquellos que practican actividades al are libre, un abanico que incluye caminatas, trekking en media y alta montaña, running, bicicletas, y motos.

La idea de una herramienta de trackeo digital y registro de caminantes que incluya avisos de alerta y búsqueda también surgió como solución intermedia entre los rescatistas voluntarios y montañistas que participaron del rescate de Analía Ibáñez. Salta/12 charló con ellos a fines de agosto de 2020. En ese momento, las opiniones giraron en torno a uno de los puntos críticos: ¿regular para prohibir y controlar o para estimular? Muchos se mostraron radicales y en contra de que Gendarmería o la Policía de la provincia controle sus ascensos por media y alta montaña.

Parte de esa entrevista transcurrió sobre las regulaciones. La montañista y docente de plástica Julieta Balza, comentó que en Chile solicitan “una declaración jurada que llenás con tus datos, saben que vas a ir a la montaña y así llevan un control. No me parece mal, nunca me limitaron. Es un formulario. A veces te lo piden a veces no, dependiendo a qué montaña vas. Esto se da por la demanda que hay. Si vos tenes cincuenta personas subiendo por fin de semana, tenés que llevar un registro”. Otro de los montañistas nombró al pasar experiencias en Mendoza y Bariloche con la aplicación Tracks Safety

Juan Fernández, Ceo de la aplicación, explicó a Salta/12 desde Santiago de Chile que trabajan con el gobierno de la provincia en función de un proyecto que desarrolla un privado. “Con el gobierno de Salta gestionamos que el mensaje que genera nuestro alerta automático llegue directamente a los servicios de emergencia”. Carlos Lucca aclaró que la aplicación que desarrolla el gobierno con las carteras de Seguridad y Deportes, no se relaciona con la iniciativa privada.

Gestionar la libertad

Un marco regulatorio despierta expectativas y abre distintas lecturas. Ocurre que, de modo genérico, las actividades en montaña se dividen entre baja, media y alta. Luego, vienen los niveles de dificultad, según el relieve de cada trayecto o circuito. La demanda de caminatas por senderos de baja y media montaña se disparó desde la pandemia y la flexibilización de los periodos estrictos de cuarentena.

“Coincido con vos que es necesario respetar la libertad de la personas”, opinó Santiago Godoy, diputado provincial por Capital (FdT). “Una ley me parece imposible. Esto es un acto típicamente administrativo: la señalización de lugares turísticos es para que las personas puedan gozar de la naturaleza con alguna libertad”, sentenció. Leandro Isola, de la Asociación Salteña de Trail Running, opinó que “privar es la última de las opciones. La señalización es fundamental. Es sencillo de hacer y un mecanismo super básico. A eso se le puede agregar aplicaciones, folletería, y guardaparques. Pero si la señalización no está hecha, el resto no sirve”.

Carlos Torino, presidente del Club de Montaña Janajma, explicó que “la evolución de las actividades en ambientes de montaña viene de la mano del crecimiento. En Argentina, provincias como Mendoza, Santa Cruz o Córdoba ya han pasado por el proceso en el que estamos nosotros ahora. La pregunta es si vamos a cometer los mismos errores que cometieron otros, o vamos a adoptar posiciones que ya funcionan en el resto del mundo. Nosotros no inventamos nada”. El montañista se refería a las polémicas abiertas en Cuyo y la Patagonia Andina donde la regulación de senderos aparece asociada a los protocolos de Parques Nacionales. “Cuando nosotros pagamos una entrada en El Chaltén (Santa Cruz) pagamos un equipo de rescate profesional”, explicó.

Para Torino, entre los equipos de rescate locales hay muchos voluntarios que no cumplen con los requisitos necesarios. Los escenarios y los rescates se convierten en un caos donde los pocos profesionales se pierden en la gran masa de voluntarios. “Lo de Analía fue un caos y lo de Fabiana fue aún mayor. En los parques nacionales del sur hay profesionales polivalentes que son deportistas de elite y también médicos o pilotos que conocen el ambiente. Durante el rescate, el helicóptero de la provincia sobrevoló la zona y le voló el techo a la única paisana que vive en esa zona de los cerros”.

Horacio Cornejo, director de la Facultad de Turismo de la Universidad Católica de Salta (UCASAL), opinó que “la gente tiende a pensar que en los cerros no vive nadie, entonces se larga a caminar o a correr sin pensar que esa gente desarrolla un estilo de vida diferente al nuestro. Es un encuentro que es necesario preparar”. Cornejo, que fue ministro de Turismo y emprendedor de turismo aventura, reflexionó en retrospectiva. “Nunca tuvimos tanta comunidad local que se anima a los cerros. Antes la gente le tenía mucho respeto, hoy es distinto e impresionante. Además, nunca hubo tanta gente con tan buen estado físico. El covid fue un acelerador de procesos que se venían desarrollando”.

Hasta marzo de 2020, senderismo y caminatas recreativas eran prácticas asociadas exclusivamente al turismo. Muchos salteños observaban las montañas con la lógica de mejor lo lejano o exótico. Hoy, la orden del turismo de proximidad o cercanía cambió el paradigma. “La pandemia ha hecho tomar conciencia de las oportunidades recreativas cercanas, creo que es algo bueno que nos dejará mas allá de todo”, cerró Adriana Otero, vice decana de la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue (Patagonia Norte).