Las candidaturas a los premios Oscar 2021 incluyen un hecho infrecuente: la elección de un actor fallecido en los rubros dramáticos. Se trata de Chadwick Boseman, a quien el reconocimiento póstumo le llega por su rol en La madre del blues, de George C. Wolfe. Ahí compone un trompetista díscolo que integra la banda de Ma Rainey, pionera del blues. La decisión es tan excepcional que solo fue merecida antes por otros seis actores, todos varones. El gesto suele combinar el reconocimiento genuino a la labor de los fallecidos con la intención deliberada de generar un momento de alta tensión emotiva durante la ceremonia de entrega. Pero, ¿quiénes son los actores que precedieron a Boseman en esta particular categoría?
El más reciente, y tal vez por eso el más recordado, es el australiano Heath Ledger, fallecido en enero de 2008, quien un año más tarde no solo fue reconocido con una nominación, sino que además terminó recibiendo el Oscar gracias a su magnética interpretación del Guasón en El caballero de la noche, de Christopher Nolan. Ledger había sido nominado apenas tres años antes como protagonista de la también recordada Secreto en la montaña, dirigida por el taiwanés Ang Lee. Pero Ledger no fue el único de este grupo, tristemente selecto, en llevarse el premio después de muerto.
El británico Peter Finch, que también murió un mes de enero pero de 1977, es recordado por la efectiva elegancia con que solía interpretar a los personajes que le encomendaban. Imposible olvidar sus trabajos en The Trials of Oscar Wilde, donde interpreta al gran escritor irlandés, o el protagónico de Dos amores en conflicto, por el que recibió su primera nominación en 1972. La segunda le llegó poco después de muerto, por el rol principal en la recordada Poder que mata, de Sidney Lumet, clásico del cine ambientado en el universo del periodismo.
En 1985 otro inglés fue nominado en el rubro de Mejor Actor de Reparto tras su muerte. Se trata de Ralph Richardson, quien recibió su segunda candidatura en esta categoría por su trabajo en Gresystoke, la leyenda de Tarzán, donde interpreta al abuelo noble del hombre mono. Richarson había recibido la primera 35 años antes, por su labor en La heredera, de William Wyler.
La década de 1990 también tuvo su candidato póstumo. Se trata de Massimo Troisi, actor italiano que se volvió inmortal interpretando a Mario, un cartero al que el poeta Pablo Neruda le ayuda a escribir cartas románticas para seducir al amor de su vida, en la emotiva El cartero, de Michael Radford. Por ese papel, Troisi fue nominado en el rubro protagónico en 1995. Pero además recibió una segunda candidatura post mortem, ya que también fue uno de los responsables de adaptar El cartero de Neruda, novela del chileno Antonio Skármeta en la que se basa la película, cuyo libreto integró la categoría de Mejor Guión Adaptado.
Spencer Tracy es una leyenda del Hollywood clásico, que recibió nueve nominaciones en su carrera, todas como actor protagónico. Tracy ganó el premio dos años consecutivos: en 1938 por Capitanes intrépidos y en 1939 por Con los brazos abiertos, donde interpretaba al cura Flanagan, uno de sus personajes icónicos. La última nominación llegó tras la muerte, en 1968, por¿Sabes quién viene a cenar?. Ese clásico del cine sobre la segregación racial en Estados Unidos fue dirigido por Stanley Kramer.
Queda para el final el auténtico mito de los reconocimientos póstumos en Hollywood: James Dean. Muerto de forma trágica en un accidente de autos en 1955, a los 24 años, él fue el único de esta lista en recibir dos nominaciones post mortem como actor protagónico. La primera fue en 1956, por Al este del paraíso, y la segunda por Gigante, incluida entre los candidatos de 1957. Contrario a lo que podría pensarse, Dean no recibió nominaciones por su trabajo en Rebelde sin causa, el título por el que más se lo recuerda y que también fue estrenado tras su muerte.