Todos los años hay rubros interpretativos que parecen liquidados desde antes de arrancar la ceremonia y otros que sostienen el suspenso hasta el momento de la apertura del sobre. El de Reparto Masculino de los premios Oscar 2021 pertenecía al primer bando. Tal como se esperaba, el británico Daniel Kaluuya cumplió con los pronósticos unánimes que lo señalaban como ganador por su trabajo en Judas y el mesías negro, de Shaka King, una recreación del enrevesado proceso de infiltración del FBI de un delincuente en el Partido Pantera Negra para recopilar información sobre su presidente Fred Hampton.
Mientras encabezaba el Partido afroamericano, Hampton logró una alianza con distintos sectores en lucha, incluyendo hispanos y blancos, para conformar la organización política Rainbow Coalition, hasta que fue asesinado en 1970. Menuda responsabilidad para Kaluuya interpretar a quien considera un referente indiscutible de sus ideales. Es un rol que he calado hondo en su sentido de pertenencia con sus orígenes de hijo de padres inmigrantes ugandeses, tal como ha contado en varias entrevistas. “Siempre he hecho cosas en la comunidad en la que crecí. Si la policía paraba a mis amigos para revisarlos, yo siempre me quedaba ahí, vigilando que se fueran sanos y salvos. El poder de las comunidades locales y de los pequeños gestos es lo que te va a permitir construir algo más grande. La unidad también te da poder. La clave es encontrar valores comunes en gente que aparentemente no se tiene ningún afecto”, reflexionó en una entrevista con el medio español La Vanguardia.
Para el actor no es nuevo vincular lo político con el trabajo. No por nada es recordado por sus trabajos en el episodio Quince millones de méritos de Black Mirror (el de las bicicletas fijas y el reality musical) y en la fábula racial entreverada en un relato de suspenso ¡Huye!, por la que había sido nominado en la apartado masculino protagónico de la gala 2018, donde cayó ante Gary Oldman por La hora más oscura. Su revancha llegó rápido. Difícilmente alguien se haya sorprendido cuando se anunció que Kaluuya se llevaba el Oscar a Mejor Actor de Reparto, imponiéndose en una terna en la que estaba –en un acto de justicia poética– su compañero de elenco Lakeith Stanfield, que hace del infiltrado.
La falta de sorpresa se justifica por el extraordinario recorrido que tuvo durante una temporada de alfombras rojas de Hollywood que, si fuera como un partido de fútbol, hubiera terminado con él yéndose con la pelota bajo el brazo. A diferencia de 2018, cuando sus nominaciones fueron puramente testimoniales, ahora se llevó todo, desde el Globo de Oro y el Critics Choice hasta el Bafta británico, el SAG del Sindicato de Actores y, la cerecita, su primer Oscar. Con este encadenamiento de estatuillas, Kaluuya se convirtió en el 38° intérprete en culminar su recorrido por las premiaciones de manera invicta, sumándose así a lista integrada por, entre otros, Joaquin Phoenix (Guasón), Brad Pitt (Había una vez…en Hollywood), Leonardo DiCaprio (El renacido), Julianne Moore (Siempre Alice), Daniel Day-Lewis (Lincoln y Petróleo sangriento), Philip Seymour Hoffman (Capote) y Julia Roberts (Erin Brocovich).