La Sala 7 de la Cámara Nacional en lo Criminal decidió rechazar ayer el pedido de anulación de la defensa de un hombre acusado de violar a una nena, quien argumentó que la información por la que fue imputado la brindó un obispo con el que se había confesado, de modo que no se respetó el secreto de confesión. El cura le habría dicho a la madre de la víctima lo que el imputado admitió en el confesionario, y fue ella la que hizo la denuncia ante la justicia. Voceros del tribunal indicaron que continuar con el proceso judicial no implica ninguna irregularidad, “toda vez que la denuncia inicial fue concretada por la madre de la menor damnificada”.
En la confesión con el obispo, el imputado reconoció haber abusado sexualmente de la niña, reiteradas veces, en la casa en donde vivían los tres. El obispo comunicó esto a la madre de la niña que, una vez enterada, presentó la denuncia ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación. Frente a esta situación, la defensa del imputado solicitó la anulación del sumario, con el argumento de que las actuaciones judiciales se promovieron a raíz de la violación del secreto de confesión por parte del obispo.
Los camaristas Mariano Scotto y Mauro Divito resolvieron no dar lugar al planteo de nulidad, “sin perjuicio de las consecuencias de orden religioso” que puedan caer sobre el obispo. La decisión se tomó en virtud de que, según los camaristas, la revelación de lo confesado sirvió para evitar la eventual reiteración de los ataques sexuales. Para el tribunal de segunda instancia, continuar con el proceso judicial no implica ninguna irregularidad, “toda vez que la denuncia inicial fue concretada por la madre de la menor damnificada”. “El asunto debe resolverse desde una perspectiva legal, incluso admitiendo que el obispo hubiera violado las reglas de sigilio propias de su iglesia al transmitir lo que supo”, argumentaron Scotto y Divito.
En diálogo con PáginaI12, el abogado de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina, Carlos Lombardi, afirmó que “el secreto de confesión está dentro del orden de los secretos profesionales”, y opinó que “desde el punto de vista civil o penal, el secreto profesional puede ser levantado por la justicia”. De todas formas, Lombardi advirtió que “habría que ver la jurisprudencia en otros casos”, para determinar si la decisión del tribunal es legítima.