Desde París
La primavera, el calendario escolar y la cercanía de las vacaciones del verano han sido aliados naturales del gobierno francés en la gestión de la pandemia en las escuelas. Las clases primarias y en los jardines de infantes ya reabrieron sus aulas este lunes 26 de abril luego de tres semanas de cierre. La fecha coincide con adelantos alentadores formulados por los responsables políticos sobre una serie de anuncios destinados a aliviar el confinamiento vigente, y ello a pesar de que la configuración no ha evolucionado mucho: el virus preserva sus capacidades de extensión.
A finales de marzo, ante la progresión imparable de la pandemia, sobre todo en el medio escolar, el presidente francés, Emmanuel Macron, decidió decretar un confinamiento global de Francia que incluía un toque de queda a partir de las 7 de la tarde, el cierre de todos los negocios no esenciales, así como la suspensión de las clases entre el 3 y el 23 de abril. De hecho, la interrupción de la enseñanza propiamente dicha sólo fue efectiva durante una semana, las otras dos durante las cuales la enseñanza no funcionó correspondieron a las vacaciones de Pascuas. En el momento del anuncio presidencial y pese a los protocolos sanitarios estrictos Francia había debido cerrar 11.272 establecimientos escolares a raíz a la propagación del virus y sus variantes en escuelas primarias y bachilleratos.
Los porcentajes de la expansión del virus no son en nada alentadores y tampoco hay un consenso firme en torno a la pertinencia del reinicio de las clases desde este lunes y la etapa posterior, es decir, la reapertura de los bachilleratos a partir del tres de mayo. El gobierno mantiene así su disciplina del aguante para evitar “un pozo de aire educativo” y apuesta por el funcionamiento de la enseñanza durante las pocas semanas que quedan hasta las vacaciones.
De aquí a la interrupción del verano hay un poco menos de dos meses de cursos y el Ejecutivo, pese a la aprensión de los padres y a las recomendaciones de los científicos, sigue fiel a su estrategia de paralizar la enseñanza lo menos posible. Según datos de la Unesco, Francia es el país europeo que menos cerró sus escuelas entre marzo de 2020 y marzo de 2021:10 semanas de interrupción total contra 28 en Alemania y 47 en Estados Unidos. Esta breve etapa que va hasta el mes de junio estará acompañada con estrictas medidas sanitarias, del incremento de la campaña de vacunación y del despliegue de un operativo de auto pruebas que deberán realizarse alumnos y profesores. El objetivo consiste en que se lleven a cabo unas 600 mil pruebas por semana para detectar el virus de aquí a mediados de mayo. El gobierno también advirtió que todo establecimiento escolar donde se detecte un caso de infección cerrará sus puertas. La vacunación se ha visto entorpecida por la masiva desconfianza que inspira la vacuna anglo sueca de AstraZeneca. La gente la rechaza y hay muchos consultorios médicos que no saben qué hacer con ella. El Ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, se vacunó con la fórmula de AstraZeneca para vencer la resistencia de buena parte de la sociedad. 14 millones de personas ya fueron vacunadas, de las cuales 5,7 millones ya recibieron la segunda dosis. Pese al confinamiento en vigor y la campaña de vacunación, las cifras son pésimas.
Hay actualmente 6.000 personas internadas en los servicios de reanimación, un porcentaje al que se llega por primera vez desde el primer confinamiento de 2020. El pico de 7.000 pacientes en estado grave del año pasado no se alcanzó, pero sí se está por encima del pico de 4.900 personas que se registró durante la segunda ola del otoño. Pese a estos datos negativos, Macron se apresta a intervenir para anunciar el calendario que regulará la reapertura “de ciertas terrazas (bares y restaurantes) y espacios culturales prevista para mediados de mayo” (Gabriel Attal, portavoz del gobierno). El mismo Macron explicitó ayer que se trata de un proceso por etapas: “está la etapa del tres de mayo, habrá la de mediados de mayo y, pienso, habrá una alrededor de principios de junio. (…) Cada una de estas etapas dependerá de los resultados obtenidos”. Macron confirmó que respetará su compromiso de abrir las terrazas de bares y restaurantes a mediados de mayo. La siguiente medida que se espera es que el jefe del Estado modifique el horario que rige el toque de queda (19 hs) que el mismo consideró “demasiado temprano”. La primavera y el verano aportarán un soplo de libertad parcial, incluso si la pandemia no afloja el vigor de su asfixia.