Desde Santa Fe
Al final, Omar Perotti le aceptó ayer la renuncia al subsecretario de Comercio Exterior Lucas Candioti, el funcionario que participó el fin de semana en una fiesta clandestina con más de 50 personas en el country Aires del Llano, que vio cuando lo filmaban, pero no lo importó y siguió en el baile. El gobernador no quería sacarlo del gabinete porque lo considera un “buen profesional”, le propusieron entonces que adoptara una “medida ejemplificadora”: que Candioti repare la falta con trabajos comunitarios durante tres meses fuera del horario de oficina, los sábados y domingos, y descontarle la mitad del sueldo –que ronda los 200.000 pesos- durante ese lapso. Lucas ya tiene un compromiso social porque es secretario de la Cruz Roja de Santa Fe. Y esa decisión fue la que dejaron trascender el lunes varias fuentes de la Casa Gris, que Perotti rechazaba la renuncia –a pesar de que el ministro de la Producción Daniel Costamagna le sugirió que la acepte de inmediato- y caso cerrado, con acción solidaria y medio salario. Pero ayer, ante la escalada de indignación, Perotti cambió el plan: aceptó el consejo de su ministro y despidió al subsecretario de Comercio Exterior.
La sanción ejemplar apuntaba para precedente. Candioti era el primer funcionario de la provincia que asumía el costo de participar en una fiesta clandestina y reparaba la acción con tres meses de trabajos sociales y el 50 por ciento del sueldo. Pero no. Fue el segundo del gobierno de Perotti que renuncia después de un cumpleaños, como le sucedió a la docente Romina Indelman, ex directora regional del Ministerio de Educación, que festejó el día del amigo en un bar de Rafaela, la filmaron bailando cumbia y eso le costó el puesto. Romina pidió disculpas, sus compañeros, los supervisores y hasta la ministra de Educación Adriana Cantero pidieron por ella, pero Perotti la removió del cargo. Con Candioti no podía hacer otra cosa.
Los tres meses de medio sueldo –alrededor de 300.000 pesos- que Candioti iba a destinar a una entidad vinculada con la salud pública pone en foco las multas a los organizadores de fiestas clandestinas que hoy son irrisorias: 13.500 pesos. El 8 de febrero, Perotti mandó al Senado un proyecto de ley para actualizar esas multas que saltarían a 135.000 y 225.000 pesos, según los casos. Cifras inferiores a lo que donaría Candioti. Pero los senadores que responden a Armando Traferri y sus colegas del Frente Progresista cajonearon la iniciativa desde entonces, hace ya dos meses y medio. El 15 de abril, el bloque Lealtad que responde al gobernador pidió tratar el asunto lo antes posible, le concedieron preferencia para dos sesiones que no se sabe cuándo se realizarán.
El gobierno dejó trascender el despido de Candioti alrededor de las 13. Una fuente de la Casa Gris la confirmó a las 13.46, ante una consulta de Rosario/12. Un rato antes el diputado radical Fabián Palo Oliver –que sobrevivió al coronavirus pero sufre secuelas para caminar y escribir- le reprochó a Perotti la demora. “Que el irresponsable de Lucas Candioti siga siendo funcionario después de participar de una fiesta clandestina es inmoral y ofensivo para quienes perdieron la vida o atravesamos el covid. Y sobre todo es perjudicial para el gobierno de Santa Fe que en nombre del Estado dispone medidas restrictivas”, dijo el legislador.
“Es un verdadero mamarracho que Perotti lo sostenga en su cargo. Eso pasa, entre otras cosas, cuando se pagan favores y compromisos de campaña. Hay que dar el ejemplo. Pero como es costumbre en Omar, esperamos, especulamos con los tiempos y vemos las reacciones. Hoy es martes (por ayer). El lunes, ya lo debería haber echado del gabinete. Mucha tibieza y especulación. Vale, pero la lentitud para dar mensajes claros, es una forma de gobernar”, pasó la factura Palo Oliver.