Cuatro de cada diez dólares de deuda que tomó el Gobierno en el mercado durante el primer trimestre dieron la vuelta como en una calesita, ya que se utilizaron para financiar la fuga de capitales. Durante ese período salieron del sistema financiero el equivalente a 7820 millones de dólares, un 39,1 por ciento de los 20.004 millones que hasta mediados de abril el macrismo emitió en bonos y letras del Tesoro. Según un informe del Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (UMET), el modelo de endeudamiento de Cambiemos genera un “subsidio implícito a inversores y sectores de ingresos altos que destinan dólares baratos al turismo externo o directamente a la fuga de capitales, creando tensiones en todo el sistema económico”. Esta situación se ve agravada por el incremento en las tasas de interés internas y la alta flexibilización de los controles al flujo de capitales. Esto favorece la especulación financiera mediante el ingreso de dólares con el único objetivo de obtener una renta en pesos y luego convertir esa ganancia a moneda extranjera para retirarla nuevamente del sistema.
El apresurado acuerdo con los fondos buitre inició una etapa expansiva de colocaciones de deuda. Desde entonces, el gobierno nacional, las provincias y las grandes empresas incrementaron las colocaciones de títulos en 78.829 millones de dólares. Ese total se reparte en 42.847 millones de dólares por parte del gobierno nacional, más el equivalente a otros 18.084 millones de dólares pero emitidos en pesos, 10.015 millones de dólares de las provincias y 7883 millones de las empresas. “Con una deuda emitida por unos 80 mil millones de dólares en apenas 16 meses, en un contexto de una economía estancada o con algún nivel de recesión, el Gobierno no va a poder cerrar el déficit fiscal y va a seguir emitiendo deuda el año próximo en vista a los problemas de fuga de capitales y de las importaciones”, señaló el director del Observatorio de Deuda, Arnaldo Bocco.
Desde principio de año y hasta mediados de abril el gobierno nacional emitió bonos en moneda extranjera por 9167 millones de dólares, y letes por 10.837 millones. A esto se suman 55.325 millones de pesos de deuda en moneda local. “Si en enero-marzo de 2017 se fugaron 7820 millones de dólares podemos entender que claramente la emisión de bonos en moneda extranjera (que genera entrada de divisas) se utiliza casi exclusivamente para financiar la fuga de capitales”, destaca el informe. “Transcurridos sólo tres meses de 2017 la fuga de capitales alcanza una cifra récord en un ciclo de fuerte expansión de la deuda externa”, advirtió Nicolás Trotta, rector de la UMET.
De acuerdo con el Balance Cambiario de Banco Central, en los primeros tres meses de este año se fugaron divisas en concepto de Formación de Activos Externos del Sector Privado no Financiero por 4796 millones de dólares; un 32 por ciento por encima de igual período del año pasado y 149 por ciento más que en el mismo trimestre de 2015. Si se analizan sólo los egresos brutos por formación de activos externos, “entre enero y marzo de 2017 egresaron unos 10.085 millones de dólares; un 68 por ciento más que en igual período de 2016 y un 342 por ciento más que en 2015. En concepto de giros de divisas al exterior por utilidades, dividendos y rentas, se fueron en el trimestre otros 325 millones de dólares, un 532 por ciento por encima de los mismos meses de 2015. Y en Turismo se calcula una fuga de capitales de 2699 millones de dólares y por pago de intereses de deuda, otros 758 millones de dólares. Todo esto explica la fuga de 7820 millones de dólares durante el primer trimestre. Si se adicionan los 19.731 millones de dólares fugados en 2016, la salida total desde diciembre de 2015 a marzo último ascendió a 30.274 millones de dólares. Con los intereses de la deuda, la fuga de divisas al exterior desde que asumió el macrismo alcanzaría los 44.428 millones de dólares.
“El gobierno se muestra incapaz de resolver muchos de los problemas que ha creado, y lo único que mantiene al modelo sin resquebrajarse es el acceso a una fuente (por ahora) ilimitada de endeudamiento externo e interno que parece superar cualquier barrera imaginable”, alertó Trotta. Si el tipo de cambio atrasado se combina con recesión en el consumo y apertura de la economía, los efectos sobre la vida en comunidad productiva, empleo y distribución de ingresos se hace la más regresiva y temerosa de los últimos 40 años, de acuerdo con el relevamiento del Observatorio. Esta política de continuar cubriendo parches presupuestarios con deuda genera un círculo vicioso derivado por las crecientes necesidades de recursos para pagar los compromisos. Sólo para este año se estiman vencimientos de deuda del Tesoro en moneda extranjera por 29.096 millones de dólares.