Estados Unidos vs. Billie Holiday                 4 puntos

The United States vs. Billie Holiday, EE.UU. 2021.

Dirección: Lee Daniels.

Guion: Suzan-Lori Parks, sobre el libro de Johann Hari.

Duración: 130 minutos.

Intérpretes: Andra Day, Trevante Rhodes, Natasha Lyonne, Garrett Hedlund y Rob Morgan.

Estreno en Amazon Prime Video.

El afroamericano Lee Daniels nació el 24 de diciembre de 1959 pero, según ha contado, su infancia estuvo lejos de ser una fábula navideña. Aquellos años estuvieron marcados por la violencia de su padre, un policía poco adepto a la idea de apoyar las decisiones de su hijo. Quizás por esa crueldad constitutiva es que casi todas las películas vinculadas con su trabajo no hayan sido precisamente sutiles a la hora de mostrar el sufrimiento ajeno: el primer hit de su productora, Lee Daniels Entertainment, fue Monster’s Ball, que le valió un Oscar a Halle Berry por su doliente y ultra lacrimógena interpretación de una mujer cuyo marido era condenado a muerte. Su segundo largo ocupando la silla de director fue Preciosa, cuya imagen sobre la comunidad afroamericana dividió aguas durante la temporada de premios 2009 entre aquellos que veían un ejercicio de porno miseria y quienes terminaban llorando a mares con las desventuras de la protagonista. Y de sufrimiento, justamente, está hecha Estados Unidos vs. Billie Holiday, que acaba de llegar a la plataforma Amazon Prime Video.

El opus seis de Daniels se inscribe con orgullo en el grupo de películas contemporáneas que proponen un revisionismo crítico de un enfrentamiento entre una referente de la cultura afroamericana y el Estado, encarnado en esta ocasión por una de sus agencias de seguridad. Lo mismo que El infiltrado del KKKlan y Judas y el Mesías negro, por citar dos ejemplos recientes, aunque aquí la voluntad acusadora se impone a todo aspecto cinematográfico. Lánguida, académica y con sus excesos dramáticos funcionales al lucimiento de su protagonista (Andra Day), Estados Unidos vs. Billie Holiday es una biopic centrada en un periodo particular de la carrera de la genial cantante de jazz. Todo arranca con una entrevista en 1957 en la que, flashbacks reglamentarios mediante, repasa sus últimos diez años. Una década de excesos y persecución, en tanto desde principios de los 40 la mujer, adicta a la heroína, estuvo bajo la mira del Gobierno por su canción Strange Fruit, que describe, de manera explícita y dolorosa, el linchamiento de un afroamericano en el sur de los Estados Unidos.

En 1947, mientras Holiday cantaba en cabarets neoyorquinos, la agencia antidrogas estaba encabezada por un blanco que lo primero que dice es que las drogas y los negros son lo peor del mundo. Y Holiday era negra y drogadicta. Es así que en uno de los shows se infiltra el agente Jimmy (Trevante Rhodes, de Luz de Luna) haciéndose pasar por admirador para agarrarla con las manos en la masa. O en la jeringa. No pasa media hora de película para que el operativo dé sus frutos y la cantante termine tras las rejas. Pero Jimmy seguirá revoloteando en su vida incluso luego de la cárcel, dejando la duda de si quiere espiarla o, como él dice, renunció a la agencia para seguir junto a ella. En cualquiera de los dos casos, su entorno no parece contento con la presencia de ese hombre ajeno al círculo sanguíneo. Daniels le imprime a la inevitable caída de Holiday por los círculos del infierno una impronta exagerada y declamativa funcional a la búsqueda de lucimiento de Day, que llora, grita y sufre de tal forma que, obviamente, fue nominada a Mejor Actriz en los Oscar.