La Municipalidad le ganó la batalla judicial a una de las empresas que aterrizó en Rosario y amenazó con alborotarle el sistema de transporte público de pasajeros a pesar de que le había prohibido tal actividad. La Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial le dio la razón al Ejecutivo local y dio por tierra con la intención de Cabify SA de operar en la ciudad, ya a la par de los taxis y remises. 

En un fallo divulgado ayer en Tribunales, los jueces Edgar Bacarat, Juan Bentolila y Avelino Rodil rechazaron el amparo que Cabify había interpuesto a principios de 2020 para que la Municipalidad le permitiera continuar con sus operaciones de servicio de viajes a través de su aplicación tecnológica. El Ejecutivo la había suspendido e inhabilitado cuando detectó –por denuncia de taxistas– que había saltado a un rubro para el que no tenía autorización municipal. Según la empresa, la sanción le cayó "sin haber sido previamente informada de los motivos".

En el dictamen del tribunal se consigna que esta empresa fundada en 2011 en España, y extendida por buena parte de Latinoamérica había interpuesto un amparo contra la sanción municipal, porque consideró que se la prohibió cuando "la vía administrativa se encontraba aún inconclusa", es decir, cuando faltaban trámites por completar. Y esgrimió arbitrariedad por parte de la autoridad local al dar por sentado que la actividad de este servicio interactivo de viajes es ilegítimo. Por lo tanto, alegó la empresa que el municipio "violó su derecho de defensa y debido proceso en sede administrativa". 

Cabify cruzó una línea prohibida en enero de 2019, cuando el municipio tomó cartas en el asunto e intimó a esta y a Easy Taxi SA, a través de la Dirección General de Licencias y Habilitaciones, a que se abstuvieran de alterar su forma de prestación de servicios con la que venían funcionando hasta 2018. Cabify desconoció esa intimación y el conflicto se agravó.

La situación siguió entre tironeos y mensajes a través de notas en la prensa. En julio de 2019, Cabify arremetió con una campaña de relanzamiento. El municipio le hizo ver que los operadores no estaban a tono con la reglamentación vigente del transporte público, y que la campaña publicitaria que había encarado en redes sociales y cartelería en transportes públicos  que también infringía la normativa vigente. En ese entonces, el municipio dictó la primera suspensión preventiva a la autorización que antes había otorgado a Cabify, y luego se la rescindió de manera definitiva.

La plataforma para el transporte llevó la disputa a la Justicia. En febrero de 2020 interpuso un recurso de amparo en el juzgado civil y comercial n° 5, al considerar que "había sido suspendida e inhabilitada sin que se conociera la imputación que se le efectuaba ni acceder previamente al expediente para poder efectuar un descargo o subsanar su situación". El juzgado aceptó el amparo y Cabify volvió a operar de manera provisoria.

La Municipalidad apeló la medida e insistió en segunda instancia con la ilegitimidad de Cabify en Rosario. Y fue el viernes pasado cuando los camaristas hicieron lugar a la apelación y revocó el fallo favorable a la empresa. De esta manera, 

El municipio rechazó el amparo y emprendió una disputa legal que tuvo resultado favorable, ya que –con fecha 23 de abril– la sala 4ª de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial compuesta por los jueces Edgar J. Bacarat, Juan J. Bentolila y Avelino J. Rodil, hizo lugar a la apelación, revocó la sentencia y en su lugar, dispuso el rechazo del amparo, por lo que Cabify no podría continuar funcionando en Rosario.