¿Cuánto le importa la educación a Horacio Rodríguez Larreta? Según sus discursos, es la prioridad en pandemia, el último lugar que debería cerrar. Pero los números fríos hablan de otra realidad. Según un relevamiento que hicieron legisladores y auditores de la oposición porteña, en el Boletín Oficial constan una serie de licitaciones dadas de baja que corresponden a obras nuevas, ampliaciones y refacciones en las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires por un total de 528 millones de pesos. Este recorte perjudica principalmente a escuelas de las comunas 4 y 8, en el sur de la Ciudad. A la poda del presupuesto, se suman informes de la Auditoría General de la Ciudad que advierten sobre situaciones de riesgo para la comunidad educativa y licitaciones poco claras. Un segundo informe advierte sobre cómo impacta la falta de conectividad en los barrios populares: un 54 por ciento de los jóvenes tuvieron contacto con la escuela solo por Whatsapp mientras que un 58 por ciento tiene solo un dispositivo digital que se comparte entre toda la familia. El Gobierno porteño no invirtió en conectividad para esta población, pese a que hubo hasta fallos judiciales que se lo ordenaron.
El recorte de 528 millones de pesos no se produjo de un tirón, sino por la acumulación de resoluciones burocráticas que van dando de baja obras en las escuelas. Muchas de fueron publicadas a mientras iban saliendo por este diario: pero la suma refleja el impacto de una política de recorte, más de 500 millones sustraídos del sistema educativo. En el análisis de los opositores sumaron la subejecución en infraestructura escolar, que en el cuarto trimestre de 2020 llegó al 48 por ciento.
Las licitaciones suspendidas frenan la reparación o la construcción de escuelas. En noviembre de 2020, por ejemplo, se dejó sin efecto el llamado a la licitación pública para la Escuela de Danzas 2, en Lope de Vega y Murature. Lo hizo mediante la resolución 2333. También dieron de baja la licitación para construir la escuela primaria de Creación Estación Buenos Aires (Distrito Escolar 5), en Suárez y Monasterio. Y frenaron el trabajo de mantenimiento sobre la instalación eléctrica del edificio de la Escuela 33 (Distrito Escolar 18), en Álvarez Jonte 5075. Un cuarto decreto da de baja la restauración externa e interna del edificio de la Escuela “Delfín Gallo” (Distrito Escolar 16), en Fernández de Enciso 4451. La lista sigue y sigue.
El argumento que da el Gobierno porteño para dar de baja estas obras es, en la mayoría de los casos, "el agravamiento de la situación epidemiológica a escala internacional" y la ley que le permitió a Larreta reorganizar el presupuesto. Sin embargo, estas obras fueron planificadas en años anteriores -entre 2017 y 2019-, por lo que se encontraban provisionadas y con fondos asignados mucho antes de que se dé la discusión por el recorte de la coparticipación porteña y que la pandemia existiera. "La baja de las obras es una decisión política del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires", advirtieron desde el bloque de legisladores porteños del Frente de Todos que compilaron, una por una, todas las obras que se dieron de baja.
"Desde el bloque de legisladores del Frente de Todos hemos solicitado un pedido de informes que explicite el motivo para desfinanciar la construcción y refacción de escuelas de las cuales el 80 por ciento corresponden al sur de la Ciudad, donde más hace falta inversión en educación", señaló a este diario la legisladora María Bielli.
“Desde que gobierna el Pro en la ciudad se han perdido 10 puntos del presupuesto educativo lo que equivale a 60 mil millones de pesos. Pero además se subejecuta ese presupuesto recortado llegando a ejecutarse sólo el 30 por ciento de lo destinado a infraestructura escolar en el 2020 y ahora se suspenden obras mientras se gastan 1400 millones en obras para construir torres de lujo en la costanera o 4000 millones en veredas”, comparó el legislador Matías Barroetaveña.
A la denuncia del recorte a la infraestructura escolar, desde el Frente de Todos sumaron una serie de informes de la Auditoría porteña que muestran los resultados del desfinanciamiento que ha afectado la infraestructura de las escuelas públicas. Los informes que citan hablan de "fallas en el sistema de mantenimiento edilicio de establecimientos educativos que genera el deterioro de los edificios, situaciones de riesgo para la comunidad educativa, falta de transparencia en las licitaciones y contrataciones, incumplimiento de los pliegos; falta de rigurosidad en el cobro de multas a las empresas responsables y redeterminaciones de precios en las contrataciones que no constan fehacientemente en los expedientes o no se permitió a Auditoría acceder".
El auditor porteño Lisandro Teszkiewicz remarcó que "el gobierno porteño suspende y paraliza obras utilizando como argumento la emergencia sanitaria, sin embargo desde antes de la pandemia vienen teniendo una política permanente de retrasos de obras de infraestructura escolar"."Hay un comportamiento estructural a lo largo del Gobierno de Larreta que venimos reportando en informes de la Auditoría por lo menos desde el 2016, donde se detallan recortes presupuestarios en materia de infraestructura escolar así como también suspensión de nuevas obras", puntualizó Teszkiewicz. "Por eso, la baja de licitaciones por 528 millones no sorprendente: se inscribe en una política sistemática de destrucción de la escuela pública iniciada por Macri y que profundizaron Larreta y Acuña desde el mismo día que asumieron”.
Barrios populares
Un segundo problema es el acceso a la educación en los barrios populares. Hubo hasta fallos judiciales que le ordenaron al Gobierno porteño invertir en computadoras y conectividad para que quienes viven allí puedan acceder a la educación virtual. Pero Larreta tomó otro camino: intentar por todos los medios que la presencialidad sea la regla este año. La imposibilidad de acceder a la educación virtual no surge de la naturaleza sino que es el resultado de una política pública.
Así lo refleja un relevamiento que hizo el área de educación de la Universidad Popular de Barrios de Pie (Somos) y contempla una muestra de 1006 encuestados, en un total de 9 barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué se encontraron? Que el 54,2 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que viven en barrios populares de la Ciudad mantuvieron contacto con la escuela únicamente a través de Whatsapp; en el 58,8 por ciento de los casos, hay un solo dispositivo que se comparte entre todos los miembros del hogar. El 14,6 % directamente no tuvo acceso a internet.
“A más de un año de comenzada la pandemia en nuestro país, en el distrito con mayor presupuesto, no se ha querido resolver el problema de los dispositivos y la conectividad para que todos y todas las estudiantes puedan continuar educándose desde sus hogares”, aseguró Laura Velasco, presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud de la Legislatura porteña, quien recordó que el Gobierno porteño, lejos de promover la digitalización, recortó 371 millones de pesos al Plan Sarmiento y envió esos fondos a las escuelas privadas.