En la provincia de Catamarca avanza el juicio contra el cura Juan de Dios Gutiérrez, sacerdote de la localidad de Belén, imputado por abuso sexual con acceso carnal agravado por su cargo como representante de un culto religioso. Al momento del delito la denunciante tenía 15 años. Este viernes, tras los alegatos, los jueces de la Cámara Penal de Tercera Nominación darán su veredicto. Las audiencias comenzaron el viernes 23 de abril, después de tres postergaciones y seis años de espera. "Esperamos una sentencia condenatoria ejemplar para que el daño pueda empezar a sanar", señaló a este diario Silvia Barrientos, abogada querrellante. Con la declaración del imputado, este jueves fue la última audiencia del juicio.

La denunciante, Agustina Moreno, oriunda de la ciudad de Belén, en el interior de la provincia de Catamarca, tenía 14 años cuando conoció al cura Gutiérrez en el grupo juvenil de la Parroquia Nuestra Señora de Belén, que él tenía a cargo. Según relató la joven en diálogo con Página/12, el sacerdote se acercó a ella cuando le contó lo afectada que estaba por la ausencia de su padre, a quien sentía lejano a pesar de que vivía en la misma localidad, a lo que él respondió que la iba a ayudar. Desde entonces, poco a poco logró aislarla del resto de su familia, conformada por su madre y sus dos hermanas. "El la manipuló haciéndole creer que era su papá. Así logró aislarla de todos y abusar de ella", relató Barrientos. En octubre del 2015, luego del episodio, Moreno sufrió un ataque de convulsiones en la escuela. En medio de la desesperación su madre encontró la computadora encendida, y tras una breve búsqueda leyó mensajes que el sacerdote le escribía a su hija a través de Facebook. Recién entonces ella pudo contar lo que le había pasado. Luego de hablar con su hija, la madre realizó la denuncia ante la Fiscalía departamental, a cargo de Jorge Alberto Flores.

"Lo que ha hecho es terrible, ella ya venía con vulneraciones por sus problemas de personalidad y le hizo creer que estaba sola. La separó de sus hermanas, de su madre, sus abuelos. La dejó destruida", relató Barrientos. Después de la denuncia la vida de Agustina fue un calvario. "Tuvo seis intentos de suicidio y la internaron más de una vez. No hay nada que haga que las cosas vuelvan hacia atrás, pero al menos durante el juicio la vimos sonreír, como una esperanza de empezar su recuperación", señaló la abogada que acompaña a la denunciante y a su familia y advirtió que, en los alegatos "como querella vamos a pedir la pena máxima, de 20 años". 

Luego de seis años de espera, el Tribunal, a cargo de Patricia Olmi, Rolando Palacios y Marcelo Soria, escuchó a la denunciante, a su madre, sus hermanas, una docente de la institución donde la joven estudia actualmente y a varios amigos y compañeros del grupo joven al que la denunciante asistía. También declararon dos curas, el padre Víctor Vizcarra y el ex cura Luis Delgado. "Dentro del expediente están todas las cartas manuscritas que el cura le mandaba a ella, donde le decía barbaridades sobre la suerte que ella tenía de tener a un hombre como él, Dios en la tierra, al lado suyo", advirtió Barrientos. Con un pedido de último momento, el sacerdote Gutiérrez decidió declarar, en una audiencia "sin preguntas" que se llevó adelante de manera virtual este jueves. "Se contradice constantemente. Habla de enamoramiento, y a la vez habla de haberla adoptado como una 'hija del corazón'. ¿Qué padre se enamora de su hija? No tiene sentido", relató la abogada de la denunciante, que escuchó, acompañada por su familia, toda la declaración del imputado, y agregó que "el cura no niega que hayan ido al lugar de los hechos -un descampado a 20 kilómetros de la casa de la joven-, pero sí niega que allí la sometió. Dice que conversaron y miraron las estrellas".

Este miércoles tuvieron lugar las declaraciones de los peritos técnicos, psicólogos y psiquiatras que analizaron al sacerdote. En las jornadas previas declararon también la psicóloga Liliana Rodríguez, integrante de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos y el psicólogo tratante de la joven. "Lo que hacen los abusadores es elegir a las víctimas conociendo sus puntos vulnerables. Eso es exactamente lo que hizo Gutiérrez, detectó un padre ausente y le dijo que él ocuparía ese lugar, haciéndola sentir la preferida, la elegida", señaló a Página/12 Rodríguez y advirtió que "ahí empieza la telaraña de manipulación, de tejer confianza en ella para luego llegar a los extremos de crueldad a los que ha llegado". Respecto de la declaración del cura sobre un "enamoramiento" entre él y la denunciante, la especialista aclaró que "jamás se podría hablar de amor cuando hay un abuso de poder como el que ejerce el cura sobre una adolescente de 15 años".

El sacerdote Juan de Dios Gutiérrez fue el segundo caso de abuso sexual eclesiástico que se denunció en Catamarca. El primero fue el del cura Renato Rasgido, sucedido en 2012 y cuya causa se ha elevado a juicio ya tres veces, aunque el proceso aún no pudo llevarse a cabo. Este miércoles el Juzgado de Control de Garantías rechazó la oposición de la defensa ante el requirimiento de juicio contra el cura, acusado de haber cometido cuatro hechos de abuso sexual contra un menor de edad. Posteriormente, en 2019, el párroco Moisés Pachado fue denunciado también por abusar sexualmente de una niña de 9 años. 

"Técnicamente el juicio terminaba el miércoles, pero al final de la audiencia la defensa pidió lugar para la declaración del imputado", afirmó Barrientos. El proceso, que iniciaba originalmente el 14 de abril, se postergó tres veces, la última porque el abogado defensor, Gustavo Martínez Azar, no se presentó en la primera audiencia. Ya comenzado el juicio con un nuevo defensor, Orlando del Señor Barrientos -a quien durante la segunda jornada de audiencias se sumó Marcos Gandini como codefensor-, el lunes 26 de abril el cura aseguró haber estado en contacto estrecho con una persona con coronavirus, y el Tribunal tuvo que activar el debido protocolo sanitario. Tras el fugaz paso de Gutiérrez por el Hospital, donde le dieron un certificado de aislamiento, los jueces confirmaron la continuación del juicio, que el cura siguió de manera virtual desde la casa parroquial de la localidad de Santa Rosa, donde se aloja. Finalmente, este viernes serán los alegatos de ambas partes, así como del Ministerio Público Fiscal, a cargo de Miguel Mauvecín. 

Informe: Lorena Bermejo