El gobierno de Alberto Fernández repudió las maniobras militares que se reportaron en las Islas Malvinas entre el 26 y el 28 de abril y las calificó como “una injustificada demostración de fuerza”, la misma semana en la que la presidenta de Juntos por el Cambio propuso "canjear" el archipiélago por vacunas Pfizer.
Un comunicado oficial de la Cancillería asegura que los operativos incluyen el lanzamiento de misiles Rapier y “nuevamente hacen caso omiso de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan tanto a la Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía”.
El texto sostiene que el Gobierno ya sabía de antemano que esto iba a ocurrir y por ello había mostrado su “contundente” protesta al país europeo, que ignoró el rechazo pese a que la situación incluso había sido denunciada ante Naciones Unidas y la Organización Marítima Internacional. La Argentina había mostrado su preocupación por el tráfico marítimo en la zona, que podía ser puesto en peligro por los ejercicios británicos.
“Estas maniobras militares demuestran una vez más que la ocupación ilegítima de Malvinas es la excusa para el establecimiento de una desproporcionada base militar. Actualmente cuenta con 1200 efectivos en Monte Agradable y otros 300 civiles que prestan servicios realizando tareas de apoyo. Las Islas Malvinas representan uno de los territorios más militarizados del mundo, teniendo en consideración la cantidad de militares por habitante”, agrega. el texto.
“Las Fuerzas Británicas en las Islas del Atlántico Sur resultan desproporcionadas si se tiene en cuenta la persistente voluntad de diálogo expresada por el Gobierno argentino y su deseo de resolver la disputa territorial por medios pacíficos”, continúa.
Desde la cartera que conduce Felipe Solá advirtieron además que la presencia militar y el lanzamiento de misiles contradice la resolución 41/11 de la Asamblea General que exhorta a los Estados de todas las demás regiones a que respeten la región como zona de paz y cooperación.
Por su parte, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería, Daniel Filmus, destacó hoy que “la base y la desproporcionada presencia militar británica en el Atlántico Sur de ninguna manera tiene un sentido defensivo” sino asegurar “el acceso y el control británico” para que el país pueda seguir explotando los recursos naturales.
En términos de la discusión por la soberanía de las Islas, no fue una buena semana para el Gobierno. La ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, expresó esta semana su brillante "idea" de canjear las islas por vacunas Pfizer y recibió el repudio de dirigentes políticos, sindicales y, va de suyo, de asociaciones de ex combatientes. También recibió una denuncia penal por haber ofendido un símbolo patrio y el diputado Nicolás Rodríguez Saá presentó un proyecto de ley para multar a quienes nieguen la soberanía argentina de las islas.