Desde hace décadas, familiares de desaparecidos en México salen al terreno con picos y palas para buscar a sus seres queridos. A esas familias, muchas veces ignoradas por el Estado, busca ayudar el libro "Nuevas tecnologías en búsqueda forense: Recursos para la crisis de desapariciones en México", presentado este jueves y editado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDHEM). "No es un informe sino mas bien una guía de trabajo. Ojalá pueda ayudar a subir el nivel tecnológico de la búsqueda de personas en México", expresa en diálogo con PáginaI12 Mercedes Doretti, miembro fundadora y directora para Centro y Norte América del EAAF. No es menor el desafío para un país con más de 85 mil desaparecidos y cerca de cuatro mil fosas clandestinas.
La publicación, que a partir del jueves está disponible en el sitio web del EAAF, contiene y amplía los contenidos de un extenso taller sobre la misma temática que se realizó entre el primero y el cuatro de julio de 2019. Además de presentar un estado de la cuestión de la búsqueda de desaparecidos en México, el texto repasa "las tecnologías que en general vienen de otras áreas como el petróleo o la explotación espacial, y con el tiempo empezaron a ser usadas en el área forense", destaca Doretti. Los georadares, la resistividad o la multiespectrometría son conceptos que suenan muy distantes, pero refieren básicamente a tecnologías donde la información se puede recolectar a distancia.
Daniel Del Cogliano, doctor en ingeniería de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata, maneja a la perfección una de ellas: la tecnología LIDAR. "Está basada en el escaneo láser y lo que se consigue es una suerte de modelo en tres dimensiones. La propiedad más importante que tiene esta tecnología frente a anteriores es que nos permite ver, por ejemplo, qué hay debajo de las vegetaciones", explica Del Cogliano.
"PáginaI12 lo destacó en una nota cuando hicimos un vuelo el 18 de enero sobre las cinco mil hectáreas de Campo de Mayo. Uno puede encontrar allí rastros de enterramientos o de construcciones que han sido destruidas. Eso genera ciertas anomalías en el terreno que podés detectar", sostiene el ingeniero mientras espera que esas prácticas puedan replicarse en México.
Plataforma Ayotzinapa
Hasta el momento el EAAF participó en el desarrollo de dos plataformas digitales interactivas, disponibles al público a través de su sitio web. Una de ellas es "Nicaragua: Cartografía de la Violencia". El trabajo presenta un grupo de mapas, diagramas, videos y textos, ordenados cronológicamente, que documentan la represión ejercida a través de la policía nacional y grupos paraestatales contra manifestantes entre el 18 de abril y el 30 de mayo 2018. La segunda es la "Plataforma Ayotzinapa", que reconstruye la trágica noche del 26 al 27 de septiembre del 2014 en la ciudad de Iguala en donde desaparecieron 43 estudiantes, seis personas fueron asesinadas y más de 30 fueron heridas de bala por las fuerzas de seguridad y posibles miembros del crimen organizado.
"Nos gustaría de cada caso hacer una plataforma porque la verdad son instrumentos que ayudan enormemente. Son instrumentos de síntesis, ayudan a entender o ver cosas que en la enorme cantidad de datos que se manejan muchas veces se pierden", explica Mercedes Doretti. Actualmente el EAAF está trabajando en otro caso en el estado de Chihuahua, ubicando los lugares en los que desaparecieron más de 500 personas. "Cuando hemos tenido una identificación de restos de desaparecidos, tratamos de establecer en qué momento específico se usaron determinados lugares para depositar restos, o en qué momento se trasladaron a otros lugares", agrega una de las fundadoras del EAAF.
Más de 85 mil desaparecidos desde 2006
El gobierno mexicano informó el pasado ocho de abril que existen 85.006 reportes de personas desaparecidas del año 2006 a la fecha. Además en 2020 se localizaron 559 fosas clandestinas en el país de las que se recuperaron 1.086 cuerpos, en medio de una espiral de violencia ligada al crimen organizado. Ante la falta de respuestas de los distintos gobiernos (federales, estatales, municipales), las familias de desaparecidos asumieron la tarea de hallar el paradero de sus seres queridos a través de búsquedas comunitarias y excavaciones forenses en presuntas fosas.
Una de las asociaciones civiles que colabora con esa tarea es el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM) con sede en Chihuahua. "Fue inicialmente creada para atender violencias de género, solo que nuestra organización coincidió con lo que se conoció como la declaración de guerra del entonces presidente Felipe Calderón en contra del narcotráfico. Y fue en Chihuahua en donde se hizo el experimento de militarizar al país y al estado en particular. Esto trajo aparejado un incremento de los crímenes, lo que motivó que a nuestra organización empezaran a llegar víctimas de otros delitos, pero particularmente familiares de personas desaparecidas", comenta Gabino Gómez Escárcega, cofundador del CEDHEM.
La búsqueda en pandemia
La dinámica de búsqueda de personas no se detuvo ni con la emergencia sanitaria derivada del coronavirus. "Trabajar en tiempos de pandemia en un inicio fue difícil, la misma Fiscalía General de la República envió un comunicado diciendo que las búsquedas se suspendían, a lo cual nosotras junto con otras organizaciones hicimos un llamado diciendo que no era posible y no debían dejar de buscarles, era su obligación continuar con la búsqueda, obviamente cuidando la salud de todas las personas que acudieran a una búsqueda en campo", relata a este diario Angélica Orozco, integrante de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL).
Para agilizar las búsquedas, las mujeres de FUNDENL se capacitaron en técnicas y en el uso de herramientas. "Las primeras salidas al campo en 2015 eran con las herramientas tradicionales, más fáciles de adquirir como varillas, machetes. Después fuimos adaptando herramientas tecnológicas. Empezamos a usar el detector de metales y el GPS", recuerda Orozco. En 2016 pudieron comprar un dron gracias a una rifa y posteriormente aprendieron a usar herramientas como Google Maps o Google Earth.
El papel del gobierno federal
Desde su asunción en diciembre de 2018, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador reconoció la crisis y puso a la búsqueda de personas como prioridad de gobierno. En el tercer día de su presidencia, López Obrador firmó un decreto que creó la Comisión Presidencial para la Verdad y el Acceso la Justicia para coordinar los esfuerzos en la investigación del caso Ayotzinapa. Además se implementó la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda y se destinaron recursos económicos como nunca antes en la historia. Pero todavía falta mucho, y las organizaciones que colaboran en la búsqueda de desaparecidos son muy críticas.
"Hoy aquí en Chihuahua seguimos manifestando que aún cuando se han creado diversas instancias y leyes producto de las movilizaciones de familias, los esfuerzos estatales siguen siendo insuficientes", advierte Gómez Escárcega. "Lamentablemente las instituciones siguen en la misma inercia de simulación en la búsqueda. También han faltado sanciones, porque la impunidad es la que ha permitido que estos hechos sigan sucediendo", asegura en el mismo sentido Orozco. Por eso, la integrante de FUNDENL valora que en un momento de tanta complejidad se haya publicado el libro: "Puede contribuir a que todo el mundo conozca la lucha de las familias de personas desaparecidas, y ayudar a que las instituciones adopten de una buena vez estas herramientas".