Un oficial auxiliar a cargo de la dependencia de la Brigada de Investigaciones 2 de Orán, otros dos oficiales, un suboficial principal y cuatro sargentos que estuvieron en la guardia del 8 de abril fueron detenidos, acusados por privación ilegítima de la libertad, torturas y lesiones.
Los policías aún no fueron imputados, se espera que ese trámite se realice en estos días, por ello la Fiscalía de Derechos Humanos que interviene en la causa prefirió no difundir las identidades de los acusados. Con estas detenciones se contabilizan once en relación al mismo caso, ya que hace una semana fueron aprehendidos un oficial y dos sargentos.
El Juzgado de Garantías 1 de Orán hizo lugar a un nuevo pedido de allanamiento, detención y secuestro requerido por la fiscala penal de Derechos Humanos, Verónica Simesen de Bielke. Los procedimientos estuvieron a cargo del personal de la Unidad Especial de Investigaciones del Cuerpo de Investigaciones Fiscales.
Los policías están acusados de haber citado a un hombre a la Brigada de Investigaciones para prestar una declaración testimonial tras un robo que hubo en el Supermercado Comodín de Orán. Sin ninguna orden judicial privaron de la libertad a este hombre, a quien retuvieron desde las 18 del 8 de abril, hasta las 2.30 de la madrugada del día siguiente, esposado y sin que pudiera irse de la dependencia policial.
Con el hombre demorado, los efectivos habrían procedido a aplicarle torturas, con tormentos físicos y psíquicos, para intimidarlo y obligarlo a una confesión para implicar a otras personas en el robo del supermercado. La fiscala señaló que los policías pretendían esto en "función de las líneas investigativas que resultaban en beneficio de la intención del personal para resolver la causa".
Al hombre denunciante, según narró, le aplicaron el "submarino seco", lo amenazaron con herirlo con un taladro, lo llevaron a un recorrido en un vehículo perteneciente a la fuerza de seguridad por las calles del barrio 20 de Febrero, donde lo amenazaron con llevarlo al basural, lugar en el que manifestaron que lo iban a matar y le advirtieron que se cuidara de denunciarlos, porque la iba a pasar mal, él y su familia.
La fiscala sostuvo que además uno de los policías está sospechado del "delito de falsedad ideológica", por haber falseado una declaración del torturado donde le endilga la responsabilidad por el robo al supermercado a las personas que los policías querían que incriminara.