El juez Ricardo Farías dispuso la detención del suspendido comisario general de la Policía de la Ciudad, José Pedro Potocar, quien esta mañana se había presentado en los tribunales de Talcahuano para ponerse “a disposición” de la Justicia. El jefe policial que Horacio Rodríguez Larreta puso al frente de la flamante fuerza de seguridad local es investigado por presunta asociación ilícita y cobro de coimas a “trapitos” y comerciantes del barrio porteño de Núñez a cambio de “protección”. 

Potocar se negó a declarar esta tarde y presentó un escrito de descargo ante el juzgado de Farías tras lo cual quedó detenido en el edificio Centinela de la Gendarmería Nacional.  La acusación que le leyó el juzgado a Potocar, sin la presencia del fiscal de la causa, José María Campagnoli, indica que "según una marcada división de tareas y en abuso del poder público que se les confió a efectivos policiales" los delitos por los que está imputado se desarrollarían desde el mes de enero de 2016.

El jefe de la Policía de la Ciudad fue señalado por los ex comisarios Marcelo Stefanetti, detenidos por esos ilícitos cometidos cuando Potocar estaba al frente de la Dirección General de Comisarías (DGC), y Hernán Kovacevich, beneficiado con una falta de mérito. Además, en el inicio de la investigación ya se habían secuestrado cuadernos de la oficina del por entonces jefe de la seccional 35°, comisario Norberto Villarreal, actualmente prófugo. 

Esa documentación probatoria fue la que impulsó el pedido de detención del fiscal Campagnoli. La investigación fue iniciada a mediados del año pasado, pero el gobierno porteño recién separó a Potocar provisoriamente del cargo el último fin de semana, ante la inminente decisión de Campagnoli de requerir su arresto.

Según la reconstrucción de la causa a partir de los documentos hallados en la oficina de Villareal y los testimonios de los excomisarios, un grupo de policías subalternos eran "los responsables de recaudar el dinero semanalmente, el cual ascendería entre los dos mil y tres mil pesos por mes, de los comercios y empresas de la zona para luego concurrir a la sede policial y rendirle cuentas a su jefe, Norberto Villarreal, quien a su vez lo hacía con (Susana) Aveni y Potocar". Aveni, detenida y procesada en la causa, se desempeñaba como comisaria mayor y, de acuerdo a la investigación, en los cuadernos de Villareal aparece como "Gorda". 

Según la declaración de Stefanetti ante el Juzgado Criminal y Correccional N°14, Potocar y el comisario Villareal se llevaban “entre 25 mil y 40 mil pesos mensuales cada uno”. Y precisó que, además de los montos requeridos a los comercios para brindarles “protección”, a los “trapitos” se les exigía entre 400 y 500 pesos para no multarlos por la contravención.

Durante una entrevista radial dada esta mañana, el acusado ser manifestó “sorprendido” por el pedido de detención en su contra y dijo que su involucramiento en el caso es promovido por quienes lo quieren “estigmatizar” y señalar como “corrupto”. 

"¿Por qué me van a acusar de coimero?", se preguntó Potocar, quien minimizó la relevancia de una de las pruebas en su contra: "Hay un papel que dice DGC, entre otras cosas. Lo único. Es estigmatizarme”, se defendió.

Además, dijo a radio Mitre que la acusación en su contra es una “afrenta” y sostuvo que fue vinculado en el caso por el cargo que ocupaba. "Hay gente que hizo cagadas y me involucran a mí por ser director de Comisarías. Hasta diciembre no estaba involucrado, pero ahora que soy jefe, sí", dijo y entre sollozos añadió: “No voy a quedar detenido porque soy policía.”

Ante el escándalo, el Ministerio de Seguridad porteño, a cargo de Martín Ocampo, anunció el sábado la suspensión de Potocar en el cargo para “para preservar la investigación judicial” y defendió al ahora detenido jefe policial: a través de un comunicado, se dejó claro que la suspensión no era un pase a disponibilidad y que a pesar de la investigación judicial regía sobre él “el principio de inocencia”.