El gobernador Gustavo Sáenz y la intendenta de la Ciudad de Salta, Bettina Romero, llegaron para el banderazo de salida de la carrera masculina de elite. La jefa comunal fue la encargada de ondear la bandera de largada mientras el escaso público presente –organizadores, policías, bomberos- aplaudía al unísono la partida del pelotón bajo la lluvia multicolor de papeles metalizados.

Pasaban minutos de las diez de la mañana cuando la intendenta dejó la bandera a cuadros y, al trote, llegó a la camioneta con la que acompañó a los ciclistas. “Las mujeres que ya compitieron se quejaron del estado de las calles, ¿qué puede decirles al respecto?”, le preguntó Salta/12 mientras Romero cerraba la puerta. Bajó el vidrio, y repreguntó: “¿Usted ya estuvo indagando?”. Rápida de reflejos y mientras la camioneta arrancaba, aclaró que “no se puede solucionar velozmente un problema que viene de gestiones anteriores”. Y antes de perderse con el pelotón de apoyo argumentó “que su equipo trabaja intensamente para solucionar el tema”.

A pocos metros, el gobernador cerraba su conversación con la prensa acreditada, cuando lo interpeló este medio: “Las mujeres se quejaron del estado de las calles y la intendenta sostiene que es un problema de gestiones anteriores, ¿cuál es su opinión?”. Sorprendido, tomó a la cronista del brazo y respondió: “Mire, la verdad no sé a quién le adjudica la intendenta, porque las calles siempre estuvieron en condiciones para la Clásica”. Y remató con un consejo: “no hay que echarle la culpa a los otros: hay que hacerse cargo”.

Estamos haciendo

La tarde del viernes 30, la avenida Uruguay estaba cortada. Cuadrillas del municipio capital rellenaban baches con ripio bituminoso frente al Monumento a Güemes. Venían trabajando desde temprano en la mañana. “Cuando salimos temprano a pedalear para recorrer el circuito, nos encontramos con los obreros arreglando los pozos en las calles”, contó Mirta Franzoi, la multipremiada corredora cordobesa que finalizó sexta en la competencia. “Uno de ellos nos recomendó tener cuidado con la Avenida Independencia”.

Mirta Franzoi, Vanesa Rolle y Carolina Maldonado, en el Monumento a Güemes. 

Salta/12 la encontró al mediodía del último día de abril subiendo las escalinatas del Monumento a Güemes junto a dos compañeras: Carolina Maldonado y Vanesa Rolle, ambas cordobesas. Durante la charla, Franzoi describió las particularidades de la carrera y fue muy clara: “aquí, con el estado de las calles y el pelotón compacto de mujeres, uno va atenta a los pozos, las posibles caídas, y no tocar a una compañera porque puede ser fatal para todas”. Conocía muy bien el estado histórico del circuito urbano capitalino.

Carolina Maldonado es una referente argentina. Se consagró Campeona Mundial en 2019 en su categoría (masters) en la competencia disputada en Canadá. Sin saber lo que ocurriría al día siguiente, opinó: “Las caídas en ruta son muy feas. Vas a mucha velocidad y no se usan protectores como en el mountain. Personalmente, me dan más miedo las competencias en ruta que los circuitos del MTB”. En su primera Clásica, finalizó tercera.

Vanesa Rolle, compañera de Maldonado y Franzoi, abandonó la competencia del sábado 1 de mayo a poco de concluir. No se recuperó de la caída que sufrió –debido a un bache- por la avenida San Martín y la calle Boedo. El médico de SAME que la atendió detalló a Salta/12 que la ciclista sufrió traumatismos leves en miembros superiores e inferiores. Por la tarde, sus compañeras de ruta confirmaron que “fue un golpe duro, pero está bien”.

Cuando terminó la carrera, la opinión de las competidoras no cambió. Sofía Marteli, de Vicente López (Buenos Aires) y miembro del team D´Amico, charlaba con sus compañeras de equipo, Yamila Palacios (Mendoza) y Jazmín Gómez (Buenos Aires). Extenuadas, tras finalizar cincuenta kilómetros de carrera a toda velocidad, intercambiaban pareceres sobre el estado de las calles. Yamila, sentada junto a Jazmín sobre el cordón de una vereda, comentó: “¿Sabés que pasa? así no podemos levantar velocidad. Nos da miedo. Las curvas tenían piedras y ese ripio fino que, cuando doblamos a velocidad, se pone peligroso. Además había mucho barro y agua en distintos tramos del circuito”. Marteli, que finalizó segunda en la competencia remató: “a eso sumale las boca de tormentas, porque tienen rebordes peligrosos”.

Ludmila Aguirre, hermana de Maribel Aguirre, la ganadora de la competencia. 

Al cerrar la primera vuelta, dos competidoras abandonaron. Una de ellas, la tucumana Valentina Coronel (15), le explicaba a su padre los percances que sufrió con la bicicleta. “Se aflojó toda, mire”, se quejaba mientras sacudía el rodado. “Se aflojó toda por los baches”, remató su padre mientras la abrazaba. Pocos metros más abajo, Ludmila Aguirre (17), con gotas de transpiración en su rostro, miraba fijo la avenida Uruguay. Estaba preocupada por la suerte de su hermana, Maribel. “Bordeó un bache y se le pinchó una rueda. Le cambié su bicicleta por la mía. No sé cómo sigue. Yo me detuve porque ya no puedo alcanzarlas”. Maribel Aguirre, finalmente, ganó la competencia.

Igualdad de género

Cierre de la Clásica. 

Necesitamos igualdad de oportunidades porque en calendario de carreras, mujeres no es igual al de los hombres”, explicaba con la mañana aún fría, Sofía Marteli, del team D'Amico. Abogada de profesión, apuntó: “Nosotras podemos crecer mucho más, pero hace falta generar los espacios”. Una de las ciclistas miembro del equipo Raleigh, explicó, apresurada por el inminente inicio de la competencia, el panorama del deporte en Argentina. “En nuestro país, ninguna mujer es profesional. Muchas de nosotras solo podemos entrenar tres horas como mucho. Trabajamos y también nos ocupamos de nuestras familias”.

Débora Doric, dirigente salteña del MTB, se quejó del trato que recibe de los barones del ciclismo salteño. “Soy la única mujer en la Asociación Salteña de Ciclismo”, contó mientras esperaba la llegada de las mujeres. “El machismo es un gran problema. Empecé con el ciclismo de ruta, pero ahora la moda es el MTB. Hay cosas que no cambian”, se quejó, “los hombres nos ponen palos en las ruedas”. “¿Por qué no hay más salteñas en La Clásica? ¿falta cultura ciclista?”, le preguntó Salta/12 a Doric. “Muchas salteñas entrenan en ruta, lo que pasa es que son pocas competencias y La Clásica asusta”.

La mayoría de las 25 ciclistas que participaron en La Clásica opinaron que hace falta igualar los premios (algo que ya pasa en Europa) y generar un calendario de competencias para mujeres. Los pelotones femeninos en las carreras del centro del país crecen. Salta le adeuda a sus ciclistas más visibilidad. De las cuatro salteñas que participaron, solo una figura entre las diez (Claudia Maldonado). Daiana de los Ángeles Silva, Mercedes Ávalos y Agustina Castañon pasaron inadvertidas por la prensa que sólo mira la elite masculina. Quizás la Intendenta llegue en 2022 a ondear la bandera de salida de las mujeres ciclistas y el gobierno, municipal y provincial, apoye por igual a cada deportista local en La Clásica.