Otra vez la discriminación, la xenofobia y el racismo dejaron al desnudo el discurso vacío de la multiculturalidad y la inclusión en la política salteña. Un concejal calificó a los habitantes senegaleses en Salta de "indocumentados", los acusó de "causar problemas" con la venta ambulante y pidió a Migraciones "poner las cosas en orden y en su lugar". Aliou Kane, referente del colectivo que contiene a menos de 50 inmigrantes de Senegal en la provincia, responde al estigma con voluntad: "no estamos aquí para hacer daño, venimos a trabajar".
Quien recibe un nombre recibe un destino, escribió Marechal, y a Aliou Kane le tocó el del guerrero. Casi 20 de sus 45 años los vivió en Argentina y los últimos 12, en Salta. El origen, dice en una charla con Salta/12, está en Diourbel, Senegal. Allá están su madre y ocho de los 10 hijos que viven con ella, cada uno con sus familias, en una casa inmensa como una aldea. "Tenía un almacén allá, había estudiado, pero dejé todo para mejorar mi vida y ayudar a mi familia", cuenta.
La historia de su viaje a la Argentina resume el de miles de senegaleses que siguieron la huella de los primeros que llegaron al país para buscar la vida como vendedores ambulantes en Buenos Aires, la costa, las ciudades más turísticas y de a poco se fueron instalando sin abandonar la idea de que la migración no sería para siempre. "Queremos sobrevivir y ayudar a nuestros familiares. Venimos a trabajar, no para hacer daño ni pelear", dice, subraya, repite, en una respuesta que logró despojar del enojo y la tristeza que provocaron en su comunidad los dichos del concejal Ángel Causarano.
En una entrevista radial con FM Profesional, el edil salteño, del interbloque Un Cambio para Salta, había dicho que "hay un censo" -que no citó ni dio referencias-, "me decían que hay 260 senegaleses en Salta de forma ilegal", señaló Causarano, sin tampoco detallar quiénes se lo habían dicho ni en base a qué estadísticas. "Yo creo que también tiene que intervenir Migraciones. Si hay gente indocumentada trabajando y que causa problemas, poner las cosas en orden y en su lugar", dijo.
"Cuando lo escuché pensé que en realidad no llegamos ni a 50 personas. Dice que somos ilegales y nada que ver, la mayoría tiene sus papeles y los otros están haciendo sus trámites en migración", responde Aliou. "No estamos en las calles robando ni lastimando, ni tomando, ni drogándonos. Solamente nos dedicamos a nuestro trabajo, terminamos y volvemos a la casa. Es difícil a la noche ver a un senegalés en la calle. Si salgo es por algo muy importante y enseguida vuelvo a mi casa. Me molestó mucho lo que dijo, no sé de dónde sacó esa información. Nunca va a escuchar que un senegalés lastimó a nadie. Vamos a ir donde sea para desmentir todo lo que dijo. No somos 260 senegaleses, somos legales como corresponde y todo lo que compramos y vendemos lo compramos en la Argentina, en Buenos Aires y Salta", señala.
La costumbre de pegar al extranjero no es ajena a la idiosincrasia reaccionaria y el proteccionismo mal entendido. La crisis del comercio local está bastante lejos de resolverse con la expulsión de los vendedores ambulantes de las calles salteñas y todavía más con la deportación de cuatro decenas de inmigrantes o refugiados. Pero Causarano insiste en reclamarle a Migraciones que "ponga las cosas en orden y en su lugar". ¿Se referirá a Senegal como el lugar al que deberían volver esas cosas? "No sé qué pasó para que nos hablen así tan feo. No podemos defendernos como corresponde, la mayoría no habla bien castellano y por eso nos atacan, pero no estamos aquí para hacer daño, venimos a trabajar", repite Aliou, uno de los denominados "puntos estables" de la diáspora senegalesa salteña.
Desde la sede local del Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo, la respuesta fue un llamado contra la estigmatización. "Expresamos nuestra preocupación por la situación que está atravesando la comunidad senegalesa en la ciudad de Salta, declaraciones como las del Concejal Ángel Causarano sostienen estigmas discriminatorios sobre las personas migrantes y contribuyen a reforzar un estereotipo racial respecto de los migrantes de Senegal, en lugar de buscar una solución real para ellas", escribieron en su cuenta de Facebook.
Desde 2017, la comunidad está representada en la Argentina por la Asociación de Residentes Senegaleses y desde allí difunden y promueven la cultura afro y la visibilización de sus miembros en suelo nacional. La barrera idiomática es una de las fronteras más difíciles para los inmigrantes y Aliou explica que allí está uno de los obstáculos más complicados para la inserción. En general, los senegaleses que llegan a Salta lo hacen a través de vínculos familiares o sociales y se instalan en pequeños grupos de dos o tres convivientes que comparten techo, comida y religión.
"Somos todos musulmanes", cuenta Aliou y agrega que la mayoría son hombres y algunos formaron parejas con mujeres argentinas. "En todos lados hay discriminaciones, no podemos escapar de eso. Alguno te trata bien, otros vienen con mala onda para hacerte sentir mal, pero siempre estamos re tranquilos porque gracias a Dios desde que llegué nunca me llevó la policía".