El teatro sale y toma las calles. Ese es el espíritu con el cual El Extranjero, uno de los espacios más reconocidos del circuito off porteño, le hace frente a un contexto amargo en el cual los teatros volvieron a cerrarse sin fecha cierta de reapertura. Y Zoraida. La reina del Abasto es, precisamente, una de las propuestas que ayudan a sostener la actividad, al aire libre y sin descuidar los cuidados sanitarios que la actualidad demanda.
Una obra de teatro, pero también una invitación a internarse en las calles del Abasto de la mano de una “guía turística” que acompaña este recorrido performático urbano donde la historia se centra en la vida de Zoraida Saldarriaga, inmigrante colombiana que vive en la Argentina desde hace más de una década. La cita es todos los sábados a las 18, en la puerta de El Extranjero (Valentín Gómez 3378), con grupos limitados, barbijos, distanciamiento y unos auriculares especiales que se reparten a cada espectador, debidamente desinfectados. Y lo más importante: si llueve, no se suspende porque ¡también hay paraguas!
En clave de biodrama, la originalidad de la experiencia se basa en su ambientación sonora 8D que tiene como protagonista a la voz en off de Zoraida, quien marca con frescura los tiempos y espacios del relato (que cuenta con versión en español y en inglés). Y aunque curiosamente la iniciativa es ideal para estos tiempos de distanciamiento, su origen lleva algunos años tal como comenta su director Mariano Stolkiner.
“Para el FIBA 2019 se organizó una edición especial de Teatro Bombón Vecinal, y ahí me convocaron para que hiciera un trabajo que tenía que contar una historia que sucediera en el Abasto y que tuviera como protagonistas a vecinas y vecinos del lugar. Y lo primero que pensé fue en trabajar con Zoraida, porque hace muchos años ella trabaja con nosotros en el teatro y es una vecina del barrio. Y como también yo quería hacer un biodrama, entendí que en su vida había una historia que valía la pena ser contada”, cuenta el también dramaturgo.
La realidad de Zoraida en Buenos Aires estuvo atravesada casi desde el comienzo por el mundo de la cultura, como cuenta en la obra. Comenzó haciendo limpieza en el cine Arteplex y luego sumó más trabajo en el Teatro La Casona y en El Extranjero, donde ya lleva casi once años. Pero, aun así, jamás imaginó protagonizar una pieza teatral. “Fue una sorpresa”, admite al respecto. “Cada función es como si fuera la primera. Y a veces todavía me pongo nerviosa (risas). Me siento feliz de que el público conozca mi historia, y de poder compartir también parte de mi cultura”, asegura Zoraida.
Durante la media hora que dura el recorrido, su testimonio evoca anécdotas memorables de su vida y también recuerdos más oscuros y dolorosos. Es que, como ella misma dice a través de los auriculares, “la vida tiene momentos hermosos”, aunque también hay sinsabores, y ahí el recorrido sorprende con una confesión sobre vivencias de violencia de género que se revela como un mensaje inspirador de resiliencia y empoderamiento.
“Me siento vinculada con muchas mujeres que viven situaciones parecidas pero callan. Yo vivía escondida y con miedo a salir al trabajo, pero hablar de eso con amigos y familia me sirvió de apoyo. Creo que son cosas de las que hay que hablar, y por eso lo hablo en la obra. Porque cuando algo sana, ya es más fácil contarlo. Y es bueno que las mujeres que hoy se sienten sin libertad sepan que pueden salir de esa situación”.
En un momento en el que el sector teatral, sobre todo el independiente, vuelve a sufrir las inclemencias de la pandemia, Zoraida es una de las pocas ofertas culturales presenciales de la ciudad que ayudan a mantener viva la llama. “Para un montón de gente esta es una buena oportunidad para conectar con el teatro en este contexto”, sostiene Stolkiner. “Lo lindo de este proyecto es que cuando el espectador camina con sus auriculares, y transita las calles del Abasto, por momentos es como si todo lo que estuviera alrededor se transformara en una especie de ficción o película que ocurre por fuera de la realidad cotidiana. Mucha gente nos dice que si tuviera que hacer el mismo recorrido sin los auriculares quizá no se animaría, porque hay una idea de que algunas zonas del Abasto pueden ser peligrosas, pero con el acompañamiento de la guía, del grupo y de los auriculares todo eso se convierte en una forma de protección, y eso permite conocer algo que de otro modo no se conocería”.
La historia de Zoraida no es sólo la de una mujer, sino también la de una mujer inmigrante. Y ese deseo de una vida mejor, con sacrificio y progreso, también es lo que atraviesa a la obra. “Yo quería hacer algo que estuviera relacionado con la identidad del Abasto, y lo que hoy circula en términos identitarios es, sin dudas, por un lado la cultura autogestiva independiente, porque es una zona de la ciudad que está repleta de teatros y de centros culturales, y por otro lado la inmigración, porque acá conviven muchas colectividades de Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia, China y Paraguay. Y Zoraida es una de esas inmigrantes, y una gran luchadora que tiene muchas ganas de progresar. Ella crió a sus dos hijos en soledad, y actualmente estudia el CBC para la carrera de arquitectura”, revela el director.
Para Zoraida, la experiencia teatral es, según manifiesta, un reconocimiento al país que la recibió. “Cuando empezamos con las funciones en 2019 vinieron muchos turistas, especialmente de Perú, y ellos se sintieron felices e identificados con lo que cuento. Y eso es muy lindo. En la Argentina nos abren las puertas a todos los inmigrantes, y mostrar eso es lo que más feliz me hace de esta obra”.