En el día internacional de lxs trabajadorxs, la inequidad de género también se sigue reflejando en el ámbito laboral. El Observatorio de Violencia Contra las Mujeres, señaló que en Salta, la participación de las mujeres siempre fue menor respecto a los varones y además indicaron que las condiciones de desigualdad en los ingresos y en el acceso al trabajo son violencia de género indirecta. Además desde el gremio ATE y la Asociación Bancaria, sostienen que sigue habiendo un techo de cristal. El teletrabajo en la pandemia también habría extendido las brechas de desigualdades.
El OVCM difundió datos del INDEC respecto a las mujeres, sostuvieron que siempre su participación ha sido menor en el mercado laboral pero además durante 2020, como consecuencia de las medidas de protección adoptadas frente a la pandemia de COVID-19, la participación se redujo. "La actividad de las mujeres se ubicó en 44,7% en el segundo trimestre, y alcanzó una recuperación de 5,8 puntos porcentuales en el siguiente", especificaron.
La vocal de la comisión directiva de ATE, Gabriela Ochoa, indicó a Salta/12 que el INDEC toma el trabajo registrado, y no la realidad de las trabajadoras estatales. "En la administración pública, muchas compañeras han empezado a realizar trabajo como monotributistas, prestan servicio al Estado", señaló. Explicó que había muchas trabajadoras en provincia y municipios no registradas, y precarizadas ya desde el gobierno de Juan Manuel Urtubey.
Con el saencismo, contó que se les ha propuesto a las trabajadoras adherirse al monotributo. "Pasamos de una precarización extrema a ser prestadoras de servicio". Ochoa especificó que esta situación es la que se da sobre todo en el Ministerio de Desarrollo Social y en las trabajadoras de los dispositivos proteccionales y programas de cuidados de infancias, adolescentes y adultos mayores que en su gran mayoría son compañeras mujeres las que desempeñan estas tareas. "El Estado interpreta que son las mujeres las que deben cubrir esos espacios", manifestó, planteando la vigencia de ese estereotipo que asocia a las mujeres a los cuidados de otrxs.
Ochoa explicó que la realidad de las monotributistas en Desarrollo Social, también en el Ministerio de Salud, es que cumplen "horario, perciben un monto fijado mensualmente, solo ganaron ART y obra social. Que no venían teniendo". También indicó que en Desarrollo Social recién este año se alcanzaron sueldos que van de 28 a $32 mil, el más alto suele ser de las profesionales, "pero pagan AFIP y Rentas", detalló.
La gremialista afirmó que hay alrededor de 600 trabajadores en el Ministerio de desarrollo social y que un 95% son mujeres.
Ante la COVID-19, Ochoa contó que a las trabajadoras de Salud y Desarrollo Social se las consideró esenciales, y muchas tuvieron que ir a trabajar "a pesar del miedo , incertidumbre y falta de recusos porque no les daban insumos. Todo el tiempo había que estar discutiendo y solicitando, por estar en situación de precarización".
También indicó que hubo despedidas, que pedían licencias por estar en grupos de riesgo. "A pesar del decreto que nos permitía a las que teníamos niños o adultos mayores a cargo no concurrir a los lugares de trabajo, en el primer trimestre de la pandemia, solo el 20% pudo acceder de todas las que presentaron".
En el período de distanciamiento, indicó que ya dejaron de otorgarse las licencias. "Las compañeras no tenían con quien dejar a los hijos. Muchas veces quedaban solos, a cargo de niños más grandes aunque a nivel nacional seguía vigente el decreto que permitía las licencias", aseguró Ochoa.
Además indicó que ahora las docentes han vuelto a trabajar y que fueron quienes tuvieron que reinventarse para enseñar el año pasado en la virtualidad, y ahora enfrentan los riesgos de contagio en las aulas.
"Somos las mujeres las que vamos siempre al frente, organizamos la pelea, estamos más sensibilizadas en la problemática social, entendemos que somos parte de una clase. Las compañeras que hacen la economía popular, que venden algo en la feria, las que vienen de planes sociales, tenemos que poder crear una fuerza importante en Salta, a todas nos atraviesa la situación de que somos mujeres y nos cuesta llegar a lugares de decisión", manifestó Ochoa.
La vocal de Ate indicó que hay 16 mil afiliadas en la provincia y que en su mayoría son empleadas administrativas, enfermeras, agentes sanitarias, trabajadoras sociales, psicólogas, algunas médicas, inspectoras, operadoras, docentes, de servicios generales como limpieza o cocina. "Está marcado el techo de cristal", señaló.
La referente gremial de la Asociación Bancaria, Soledad Caminos, indicó que hay una mayoría de trabajadoras de base en los bancos de Salta, si bien señaló que la brecha salarial es imposible por los acuerdos que se establecen a nivel nacional sí hay vigente un techo de cristal. "Los altos cargos en su mayoría están ocupados por varones, los gerentes en Salta son en su mayoría hombres", contó.
Caminos señaló que las mujeres que quieren militar por sus derechos no encuentran lugares en los gremios de Salta, "nos cierran las puertas". Destacó que en las últimas paritarias a nivel nacional se vio en la Bancaria a un 50% de mujeres gremialistas y que incluso se aprobó un protocolo para abordar la violencia de género.
Asimismo, la integrante de la Red Periodistas de Argentina en Red (Red Par), Maru Rocha Alfaro dijo a Salta/12 que ya desde el año pasado, vienen señalando el impacto del teletrabajo implementado en pandemia y consideró que este debería legalizarse. "Sostenemos que el teletrabajo ha ido en detrimento de nuestros derechos laborales. En algunos casos la pérdida del contacto directo con empleadores; como así también provocó la disminución de la calidad de notas periodísticas y/ o pérdida de espacios en medios", precisó. Además sostuvo que según los últimos datos vinculados al teletrabajo y las mujeres "la pandemia abrió las brechas de género".
"El Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) toma un informe de la consultora Quiddity que señala que, en las mujeres, en muchos casos es inviable cumplir una jornada laboral de ocho horas y además cubrir los roles profesionales y de cuidadora: es difícil congeniar los distintos roles porque las horas del día son limitadas”.
En lo que respecta a los hogares monoparentales, Rocha Alfaro, indicó que "todo recae en una sola persona, en su mayoría mujeres que tienen el mismo ritmo de trabajo y con niñes a cargo en la casa. El descanso y otras actividades no entran en la agenda de las mujeres. La pobreza del tiempo es hoy la moneda corriente de las mujeres en todas las profesiones", y esta es también la realidad que viven las periodistas.
El Observatorio de Violencia Contra las Mujeres, en su informe anual de 2020, especificó en base a datos del Indec que en el segundo trimestre de 2019 y en el primer trimestre de 2020 las mujeres de hasta 29 años tuvieron una participación relativa de 41,7% y 36,8% respectivamente, mientras que la tasa para varones del mismo grupo etario se ubicó en 54,2% y 56,5%. También se señalan asimetrías entre las mujeres de 30 a 64 años (74% y 72,5%) y los varones del mismo rango (93,9% y 92,1%).
En relación a las condiciones generadas por la pandemia de COVID-19, hubo una tasa de actividad general del aglomerado Salta del 39% para el segundo trimestre de 2020. Esto supone una variación de casi 8 puntos menos en relación al primer trimestre del mismo año. "Desafortunadamente, las características que tuvo el relevamiento no permiten desagregar esa cifra por subgrupos, sin embargo, no hay motivos para pensar que la dinámica anteriormente descripta se haya visto modificada".
Es decir, es probable que las
mujeres, en general, hayan tenido una participación menor, y, en
especial, que las mujeres de hasta 29 años continúen siendo las que
registran menor actividad", señaló el OVCM. Al analizar la tasa de empleo "se observa que las mujeres
tuvieron una diferencia de 13,5 puntos con respecto a los varones
en el segundo trimestre de 2019 y de 14,5 puntos en el primer
trimestre de 2020. Del mismo modo, las mujeres de hasta 29 años
alcanzaron la menor tasa en ambos períodos (32,1% y 28,7%). En el
segundo semestre de 2020, en el marco de las restricciones a ciertas
actividades y a la circulación establecidas en el ASPO, la tasa de
empleo general cayó, ubicándose en 33,6%. Es importante
señalar que, por el momento, no se puede conocer cómo se vieron
afectados los diferentes subgrupos".
También se especificó que en en el primer trimestre de 2020, la proporción total de precarizadxs en el aglomerado Salta alcanzaba el 45,9%. Al analizar a las mujeres asalariadas, se evidenció que un 47,3% realizaba un trabajo en condiciones de precariedad, contra un 44,6% de los varones en las mismas condiciones.
Entre los empleos que registraron mayor precarización se encuentra el trabajo doméstico, las mujeres acceden a este tipo de trabajo
en mayor proporción que los varones. "En el primer
trimestre de 2020, el 18% de las mujeres ocupadas prestaban
servicio doméstico, mientras que entre los varones solo el 0,2%".