Las pinturas de Javier Velasco podrían verse como una relectura de la obra de Cándido López (1840-1902), pasada por el filtro de la revista Billiken y de la versión escolar de la historia argentina.
En el caso del citado Cándido López, transcurridos los años desde que él tomó sus bocetos (mientras participaba en la injusta y feroz guerra contra el Paraguay), hasta que transformó esos apuntes y sus recuerdos en pinturas apaisadas, las escenas y detalles bélicos terminaron recomponiendo una guerra inscripta en el paisaje. En el contexto de un entorno que oficia de escenario y telón, el fragor de la batalla y la violencia de los combates quedan subsumidos en un ecosistema bucólico. Los combatientes con sus uniformes, los caballos, las banderas, las armas, la sangre, los pertrechos, todo se reduce a una escala liliputiense.
Si se hiciera una traspolación al mundo del cine, para citar la sabiduría de Chaplin, el primer plano se corresponde con la tragedia y el plano general con la comedia.
Las proporciones y escalas construyen sentido: la cercanía o lejanía del punto de vista transforma los horrores bélicos en una secuencia amansada por el contexto de la naturaleza, porque el paisaje excede el conflicto.
En el caso de Javier Velasco, la distancia establecida no lo es tanto con aquella desproporcionada que lo separa de los acontecimientos históricos, sino con la que media con los años de su propia etapa escolar. Por eso la exposición se titula “Manual de Historia Argentina I”.
Como escribe Ral Veroni en el desplegable que oficia de presentación de la muestra, cuando se está ante los cuadros de Velasco “lo primero que sobreviene es un recuerdo de la escuela, lugar en el cual se nos indicó en qué creer, cómo interpretar y cómo sentir los sucesos de la Historia Argentina. Estas indicaciones respondían a las necesidades del Estado que buscó armar desde finales del siglo XIX un panteón de héroes con los cuales inculcar un sentimiento de Patria sobre una población heterogénea que debía formar a la nueva Nación”.
La cercanía, en cada cuadro, muchas veces tiende a cumplir con el rigor histórico y otras con el desacartonamiento que ofrece el humor. Los detalles tanto pueden ceñirse a los sucesos como a causar risa. Por una parte los uniformes, los combates cuerpo a cuerpo, la sangre, los heridos, la confusión. Por la otra, un soldado sostiene con sus brazos a un caballo que está a punto de tirarle encima al “enemigo”. El sargento Cabral, por ejemplo, es un héroe negro de Corrientes, como lo consigna la historia, y no un mártir de piel blanca, como quiso hacernos creer la versión escolar de la historia.
En la presentación, Ral Veroni también escribe: “Una reminiscencia a caballo entre el comic y el pintor Cándido López reverbera en estos registros. El imaginario de una escuela paralela decantada por la vida adulta luego de haber cursado en los años de una pos dictadura”.
Algunas de las batallas y epopeyas exhibidas en la muestra, que Velasco narra pictóricamente son: las batallas de Pavón, Salta, Tucumán y Chacabuco; el combate de San Lorenzo, el cruce de los Andes y la muerte de Güemes. En todos los casos, la mirada con lupa ofrece esa combinación entre las diversas fidelidades que practica el pintor: a la historia, a la pintura y al humor.
* En la galería Mar Dulce, Uriarte 1490, hasta fin de mayo. Para ver la exposición y por razones de protocolo sanitario, es necesario hacer una cita. Escribir a: whatsapp +5491153193597, o [email protected], galeriamardulce.blogspot.com.
Itinerario de Javier Velasco
Javier Velasco nació en Buenos Aires en 1977 y estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón (1996-1999). Vive y trabaja en Buenos Aires. Dicta talleres de dibujo e historietas para niños y adultos. Expone con Galería Mar Dulce desde el 2016. Otras exposiciones: Jardines y otras desventuras, Muhu (2019); Zona Germinal, MAC de Córdoba (2019); Arte Argentino de los últimos siglos, El Bucle, (2018); Javier Velasco Pinturas, Punc (2016); Milo Espacio de Arte (2015); Galería Editorial Desplegable (2015). Publicaciones: La Barranca de la Muerte y otras historias (Editorial Maten al Mensajero, 2018); Grandes Vestimentas (Galería Editorial, 2013); Chupetes de Luna (Guión de José Urriola y Ilustraciones de Javier Velasco, Thule Ediciones, 2012). Antologías: Informe: Historieta Argentina del Siglo XXI (Ed Municipal de Rosario, 2015), Ilustración de tapa El Volcán, un presente de la Historieta Latinoamericana (Emr y Musaraña Editora, 2017).