A la fecha, ya se inmunizó al menos con una dosis el 75% de los mayores de 80 años, el 82% de aquellos que tienen entre 70 y 79 años y el 58% de los que tienen entre 60 y 69. En medio de una nueva ola mucho más explosiva en números de casos y fallecidos que las anteriores, el avance de la inmunización representa una buena noticia, en la medida en que la mortalidad de los adultos mayores comienza a reducirse. En CABA, por ejemplo, el análisis que aporta el senador provincial y analista de datos Martín Barrionuevo muestra una disminución de la proporción de los mayores de 70 en el creciente número de fallecidos: de implicar el 80,8% pasaron a constituir el 69,3%.
De manera reciente, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) realizó una encuesta a nivel nacional que incluyó los datos aportados por profesionales de la salud. Del estudio participaron 163 unidades de cuidados intensivos (84 públicas y 79 privadas), que representan un total de 3.332 camas. El informe arrojó una tasa de ocupación del 90% en el país y un 95% en el AMBA, con lo cual, a diferencia del escenario en 2020, la chance de un colapso sanitario se encuentra cada vez más cercana. En este marco, el dato distintivo fue el promedio de edad de los pacientes internados: 53 años, cuando durante el 2020 el promedio era de 70 años.
Aunque, a priori, no existe un estudio que pueda confirmar las causas de esa baja en la edad promedio de los pacientes internados, los especialistas consultados por Página 12 coinciden en que el fenómeno se produce porque buena parte de la población de adultos mayores está inmunizada. La hipótesis alentadora que suele proponerse es que, como efecto, los pacientes más jóvenes dan más batalla a la covid y ello podría conducir a la disminución de la letalidad --es decir, la cantidad de muertos en relación a los casos confirmados-- en el mediano plazo. “Fallecidos jóvenes hubo siempre. Ahora bien, cuando la mayoría de los adultos mayores completen la inmunidad efectiva al menos con una dosis, los menores de 60 años pasarán a ser mayoría de los decesos”, dice Barrionuevo.
“El índice de letalidad aparente bajó mucho para esa franja etaria en el último tiempo. Si bien este índice varía según los casos reales que se detecten en cada momento, en el caso de los mayores de 70 años puede considerarse más estable porque en general se suele detectar a la mayoría de los adultos mayores contagiados con covid-19 porque son los que más sintomatología presentan”, apunta Mario Lozano, virólogo del Conicet y especialista en vacunas.
Luego, el exrector de la Universidad Nacional de Quilmes aporta más detalles acerca del informe elaborado por la SATI. “También determinaron que de las internaciones en Unidades de Terapia Intensiva a nivel nacional, solo un 6,5% de los internados había sido vacunado, siendo que los vacunados representan alrededor de un 15% de la población y que estamos hablando de la población que con mayor probabilidad llega a las UTI en caso de enfermarse”, cuenta Lozano. Y continúa con su razonamiento: “Un 93,5% de los pacientes UTI no estaban vacunados, un 5,4% están vacunados con una sola dosis y solo el 1,1% tuvieron las dos dosis. En definitiva, lo que podemos decir una vez más es que las vacunas funcionan. Lo fundamental será ganar tiempo para evitar que la variante de Manaos se distribuya tan ampliamente que ponga en duda la protección que confieren”.
Restringir y vacunar
Con las vacunas no alcanza. También se requiere de incrementar los cuidados ya que con el actual promedio semanal de infectados, no hay manera de que el sistema sanitario aguante. Y si colapsa, tal como se ha observado en otras partes del mundo, los problemas se multiplican. Bajo esta premisa, el Presidente anunció la extensión de las medidas que tendrán vigencia hasta el 21 de mayo. “Tanto a nivel de contagios como a nivel de terapia intensiva y fallecidos se advierte claramente una disminución en la proporción relativa de los adultos mayores. Aunque en el caso de terapia y de muertes continúan siendo la mayoría, se puede ver los efectos benéficos de la vacunación”, señala Barrionuevo.
Después sigue con su descripción a partir de cifras que grafican este fenómeno. “Si bien hoy tenemos más del 80% de los adultos mayores entre 70 y 79 años inmunizados y el 75% de los mayores de 80 años, quienes adquieren inmunidad son aquellos que se vacunaron hace 20 o 25 días, y no los que lo hicieron esta semana. Eso también es importante verlo porque hace 20 días, los adultos mayores entre 70 y 79 años inmunizados llegaban al 50%”, sostiene.
Cuidados
“Al respecto de la distribución de los fallecidos según la edad, la mayoría está en la población de adultos mayores. Normalmente un 83% de las muertes se registran en la población mayor de 60 años. Sin embargo, es cierto que en lo que va de esta segunda ola, desde febrero hasta mediados de abril, se detectó una disminución en el porcentaje de los fallecidos que corresponden a este grupo etario. En los mayores de 70 pasó de un 81% a un 69%”, expresa Daniela Hozbor, bioquímica e Investigadora Principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata.
En este marco, las razones --como describía Barrionuevo-- deben hallarse en la vacunación pero también existen otros factores. “Los motivos pueden ser diversos. Tenemos un alto porcentaje de esta población inmunizada, pero también es verdad que tienen una actividad social más restringida en términos de contacto con otras personas. Se cuidan más y están protegidos, por ello se reducen las muertes que corresponden a esta franja”, destaca Hozbor. Desde este punto de vista, completa Lozano: “El hecho de que baje el porcentaje de fallecidos pertenecientes a una determinada población puede deberse al efecto de la vacunación y también a otros factores, como un mayor aislamiento o una mejora en la política de cuidados entre esa población”. Después continúa: “Sin embargo, como los adultos mayores son la población que más se estaba cuidando durante toda la pandemia, la que menor movilidad tuvo y la que más aislada de otras personas permaneció, es muy probable que este índice haya descendido fundamentalmente gracias a la vacunación”.
Ejemplos que ilusionan
Los países en los que el proceso de inmunización está más avanzado son los que exhiben una mayor disminución en las tasas de mortalidad. “Israel es un ejemplo claro de que las vacunas funcionan. Con el 60% de la población vacunada con al menos una dosis, el 23 de abril tuvo el primer día sin fallecimientos por covid desde que empezó la pandemia. A partir de ese momento, registró entre una y cuatro muertes por día”, destaca Lozano. “Además, pasó de reportar 8600 casos diarios como promedio semanal a mediados de enero, a unos 120 casos diarios en la actualidad”, comenta. De acuerdo el sitio OurWorld in Data, Israel ha inmunizado al 63% de su población (de 9 millones) y, como resultado, redujo en dos tercios los casos graves en mayores de 70 años. “Un dato que estudiaron los equipos científicos de aquel país es que antes de que se iniciara la vacunación, por cada caso grave en menores de 50 años, había por lo menos seis casos graves en los mayores de 70. Después de la vacunación, registraron que por cada paciente joven grave solo reportaban dos casos graves en los mayores de 70”, aporta Hozbor.
La especialista, luego, completa con los datos que arrojan los últimos estudios de otra de las naciones que, por estar más avanzada en la campaña de inoculación masiva, permite generar ilusiones en territorio doméstico. “En Inglaterra (50% de vacunados), por ejemplo, estiman que gracias al programa de vacunación se previno la muerte de más de 10.400 personas mayores de 60 años. 9 mil son individuos de más de 80 años, 1200 tienen entre 70 y 79 años y el resto entre 60 y 69”, precisa. “Desde el 8 de diciembre hasta fines de marzo se vacunaron más de 15 millones de personas por encima de los 60 años y allí es donde se estima que se previno esa cifra enorme de defunciones”, remata y genera expectativas a nivel doméstico.