La mayoría de la junta médica que analizó la muerte de Diego Maradona firmó el dictamen oficial que demolió a quienes trataron al astro en sus últimos días. De los 22 peritos médicos, 17 apoyaron las conclusiones. Además de las rúbricas de los once peritos oficiales, el dictamen tuvo también la firma de los dos peritos que representaron a Dalma y Gianinna Maradona, algo lógico, los dos forenses que actuaron en nombre del jefe de enfermeros, Mariano Perroni, y los dos que intervinieron por la parte de la supervisora médica de Swiss Medical, Nancy Forlini.
Los legistas y forenses de Leopoldo Luque presentaron, curiosamente, un segundo texto en disidencia porque de forma inaudita, en sobre lacrado, presentaron un primer informe el mismo dia que empezó la junta médica. O sea, opinaron antes que empiecen los deliberaciones y ahora volvieron a opinar.
Los demás peritos, uno del psicólogo Carlos Díaz y dos de la psiquiatra Agustina Cosachov, pidieron prórroga y seguramente se les otorgará hasta el jueves o viernes.
Como adelantó Página/12 hace un mes, el peritaje oficial es lapidario con quienes trataban al Diez: consideró que la muerte era evitable, confirmó lo señalado por este diario --hubo doce horas de agonía, con Maradona seguramente inconsciente-- y estableció que al astro se le suministraba medicación contraindicada. Todo va en camino a que los fiscales imputarán a Luque, Cosachov y tal vez al psicólogo Carlos Díaz por el delito de homicidio simple con dolo eventual, que tiene una pena de ocho a 25 años de prisión. De acuerdo a las versiones que circulan en la fiscalía, no habría pedido de detenciones.
Los hechos más extraños ocurridos este lunes fueron dos:
*Por un lado, que los peritos de Luque, el legista Antonio Martín Maya y el forense Antonio José Maya, padre e hijo, hayan entregado un segundo dictamen. Lo más raro de todo es que ambos habían entregado un primer informe antes de que empezaran las deliberaciones de la junta médica, a principios de mayo. Es un hecho que nunca se vio antes, porque precisamente las juntas médicas son una elaboración de conjunto, aunque haya discrepancias. Aquel primer informe, por esa irregularidad, no se abrió: se selló y se guardó. Ahora se ve que los Maya decidieron agregar o corregir y por eso se entregó un segundo informe. Por supuesto que los dos dictámenes de los forenses de Luque son en disidencia con el peritaje oficial.
*El segundo hecho extraño es que los profesionales que representaron a Forlini y Perroni, ambos imputados por los fiscales, firmaron el peritaje oficial que, en verdad, los perjudicaría. En esencia, el dictamen dice, por ejemplo, que Maradona tuvo una agonía de 12 horas, por lo que la enfermera Dahiana Madrid mintió en su informe, dado que puso que lo escuchó ir al baño. Eso perjudica a su supervisor, Perroni. Además, se hicieron agregados al informe después de la muerte. Y algo parecido ocurre con Forlini, ya que el lugar donde estaba Maradona era muy inadecuado, no se coordinó a médicos y psicólogos y no se atendió a las alarmas que surgieron por la retención de líquido del Diez.
A última hora del día, el equipo de fiscales --Laura Capra, Cosme Irribarren y Patricio Ferrari, coordinados por el fiscal general John Broyard- acusó al perito de la defensa de Agustina Cosachov, Aníbal Areco, de haber filtrado el peritaje oficial . Identificaron al autor de la filtración porque cuando se distribuyó el texto se hicieron "marcas" en cada copia que se envió por whatsapp. Los fiscales explicaron que corresponde denunciar porque todos los peritos habían firmado un compromiso de confidencialidad.
Como se hizo público, el estudio de 70 páginas, respondiendo 25 preguntas de los fiscales, es demoledor para el equipo médico que estaba encargado de la salud de Maradona en sus últimos días. Mario Baudry, pareja de Verónica Ojeda y representante de Dieguito Fernando, lo redondeó así: "los médicos vieron que Maradona se moría y no hicieron nada".
Este diario anticipó hace ya un mes que las conclusiones iban a ser catastróficas para Luque, Cosachov, Díaz y el resto de los imputados. Habrá que ver las fundamentaciones exactas, pero los médicos aseguran que el equipo que atendió a Maradona fue temerario al llevarlo a un lugar inadecuado como la casa en el Tigre e indiferente al no prestarle atención a los síntomas de retención de líquido que eran un indicio del peligro de colapso cardíaco. Página/12 reveló en su momento que la autopsia estableció una agonía de aproximadamente 12 horas, período en el cual Diego estaba sin conocimiento, pero ese dato deja al descubierto que los enfermeros mintieron en sus informes y que nadie vigilaba de cerca qué pasaba con Maradona. La precaria habitación donde estaba alojado el Diez no tenía siquiera un llamador y los enfermeros estaban de guardia en el living, a unos 15 metros de la cama del ídolo.
Hubo una larga serie de advertencias de los peligros, incluyendo la frase del kinesiólogo Nicolás Taffarel -–“tiene los ojos hinchados como una teta”--, con el agregado de que Taffarel no tiene matrícula como kinesiólogo, lo que exhibe la falta de seriedad del tratamiento general que se le daba a Maradona. Hubo días enteros en que el Diez no se levantó de la cama y, pese a semejante cuadro, no hubo reacción.
En el listado de negligencias aparece que el 12 de noviembre, 13 días antes de la muerte, lo visitó un médico clínico que ordenó varios estudios y análisis. El galeno volvió el 18, Maradona no lo quiso recibir, y ya el 19 no volvió a entrar a la casa. El punto ahí es que el paciente tiene derecho de rechazar tratamientos, pero la junta médica estaría señalando que Maradona no estaba en condiciones mentales de decidir. Eso lo debió advertir Cosachov que, según la evidencia, vio a Maradona una sola vez en sus 15 últimos días. Sin embargo, el abogado de Cosachov ya adelantó la línea de su defensa: "Diego estaba en pleno uso de sus facultades mentales y era el que decidía". A primera vista no es lo que se vio el 30 de octubre, el día de su cumpleaños, cuando fue evidente que Maradona no podía hablar ni caminar.
Tras la entrega este lunes de las conclusiones de la junta médica y cuando se completen las disidencias -posiblemente el viernes-, los fiscales formularán las imputaciones que, como se anticipó, serán por homicidio simple por dolo eventual: es decir que los que intervinieron sabían que su negligencia podía terminar en la muerte de Maradona. Eso se expresa en los mensajes en los que decían “vamos a ir presos”, “puedo perder la matrícula”, “hay que emprolijar la historia clínica”, y otras frases similares. La idea de los fiscales no es pedir detenciones porque, según ellos, los imputados se mantuvieron a derecho y no parecen tener chances de alterar la investigación. De todas maneras es algo que estudiarán en los próximos dias. En San Isidro se dice que el juez Orlando Díaz respaldará la imputación que formularían los fiscales.