Los monstruos de carne y hueso están más cebados que nunca. El escritor chaqueño Miguel Ángel Molfino, víctima del terrorismo de Estado, recibe un mensaje tan espeluznante que hiela la sangre por el modo en que reproduce la retórica de las amenazas de la Triple A. “Como portavoz ocasional del Espíritu Argentino hago llegar a Miguel Ángel Molfino, traidor a la Patria, parte de la canalla asesina que fuera abatida en los años 70 del siglo pasado en su intento de cambiar nuestra Bandera por el trapo rojo comunista, la evocación de la fecha de la Victoria contra la Subversión, 24 de Marzo de 1976. Gabriel Ruiz de los Llanos. Sociedad Argentina de Escritores. Socio Activo 4789. Mayor información en Google con el nombre y apellido del suscripto. Otro sí digo: Ni los 7.900 Desaparecidos reconocidos por el Estado más los muertos en combate de las formaciones guerrilleras juntas, llegan a equivaler la vida del Tte. Gral. Pedro Eugenio Aramburu”. Este es el texto que le envió al escritor, mediante un mensaje privado por Facebook, Gabriel Ruiz de los Llanos (foto inferior), un prolífico narrador, poeta y ensayista de la extrema derecha argentina –que adhiere al nazismo y celebra la última dictadura cívico militar, especialmente a través de la figura del genocida Jorge Rafael Videla, a quien le dedicó una oda–, autor de títulos de pura cepa fascista como las novelas El antisemita, Avanza el enemigo, A paso redoblado y La patria, esta última prologada por el ex militar carapintada Mohamed Alí Seineldín.
Aunque Molfino nació en Saladillo (Buenos Aires) en 1949, es chaqueño por adopción. En los años 70 militó en el PRT-ERP y fue amenazado por la Triple A, que no sólo intentó secuestrarlo sino que le voló un auto, un Siam Di Tella 1500. Vivió en la clandestinidad entre el 74 y el 79, hasta que fue secuestrado en Buenos Aires y brutalmente torturado en el centro clandestino de detención “Coordinación Federal”. Luego fue trasladado a Chaco, donde continuó el calvario de torturas, hasta que fue legalizado. Su madre, Noemí Esther Molfino de Gianetti, fue secuestrada en Perú en 1980, en el marco del Plan Cóndor de coordinación de las fuerzas represivas en el continente, y apareció asesinada en España. Una de las hermanas del escritor, Marcela Molfino, militante de Montoneros, fue secuestrada y desaparecida cuando tenía un mes de embarazo junto con su compañero Guillermo Amarilla. En cautiverio tuvo a Martín, que fue recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo en 2009. Cuando Molfino realizó la denuncia en la Fiscalía Federal de Resistencia, le dijeron que posiblemente lo que activó a Ruiz de los Llanos haya sido el documental Extramuros de Liv Zaretzky, que cuenta la historia de Molfino. “Es público y notorio que milité en el PRT-ERP, nunca lo oculté, pero esto que pasó me llama la atención porque somos muchos los ex presos políticos que estuvimos en esa organización y me ha elegido a mí, honestamente no sé por qué”, confiesa el escritor a PáginaI12.
“Pude averiguar algunas cosas de la vida de este hombre, una es que vive en la habitación número 12 del Hotel San Miguel, en Recoleta, sobre la calle Arenales. Sé que sale a correr casi todas las mañanas y que es un tipo de 72 años que escribió en la revista El caudillo, que fue un órgano de difusión de la Triple A. Si uno entra en su página de Facebook, se va a encontrar con una numerosa retahíla de joyas del fascismo vernáculo escritas por él. Con la amenaza, me mandó también una oda a Videla. Hay un reportaje donde él afirma que Dios es nazi. Es fascismo explícito”, define Molfino. Unos versos de esa oda “¡Dios te salve, oh Videla!” despliegan la ideología de Ruiz de los Llanos: “Dios te salve, oh Videla/ oh azote sacrosanto/ que fuiste tajo y espanto/ del zurdo en su cantinela,/ de la subversión que apela/ al crimen y al vasallaje/ vos le sacaste pasaje/ sin regreso al más allá/ para dejar limpio acá/ el terreno de salvajes”.
Molfino aclara que el texto de la amenaza está fechado el 10 de abril, “pero como soy muy desatento con las comunicaciones que me llegan, lo encontré el sábado pasado”.
“Un amigo me comentó que en el documental Parapolicial negro: Apuntes para una prehistoria de la Triple A aparece Ruiz de los Llanos recitando un poema”, revela el autor de la novela Monstruos perfectos (2010), finalista del Premio Hammett de la Semana Negra del Gijón. El poema que recita en ese documental sobre la Triple A es “Rompan todo”, incluido en El mejor enemigo es el enemigo muerto, un poemario dedicado al “mártir argentino” José Miguel Tarquini, que perteneció a la Triple A y fue asesinado en un atentado atribuido a Montoneros. “Cuánta humillación a manos de la canalla usuraria./ Despleguemos generosos nuestro odio múltiple y multicolor./ Demos paso a nuestro odio blanco y negro./ Fuego y fuego./ Subamos nuestro odio todo rojo./ Ese odio magistral para sacar mercaderes de los templos”, se lee en una parte del poema. El escritor esboza una hipótesis. “Yo creo que es como esos japoneses que después de treinta años los encontrás en la selva porque creían que seguía la guerra. Este tipo es un facho perdido en la selva. O no… Eso es lo que me inquieta”.
–¿Es un facho perdido en la selva o hay un clima político que lo estimula y alienta?
–Hay condiciones objetivas que se han creado desde que Mauricio Macri explicitó que iba a terminar con “el curro de los derechos humanos” y con el desmantelamiento paulatino de toda la organización de los juicios de lesa humanidad. La política amistosa que tiene el secretario de Derechos Humanos, (Claudio) Avruj, con Cecilia Pando y toda esta ultraderecha derecha gritona, está planteando la teoría de los dos demonios, que forma parte de este clima y que está enrareciéndose a partir de la dureza del gobierno. Estos tipos están chochos con que les peguen palos a los manifestantes, eso es propio de los fachos. Desde La Liga Patriótica hasta la fecha, la derecha argentina está integrada por tipos de armas a tomar, golpeadores, rompe huelgas, etcétera. Yo no dejo de inscribir la actitud de este individuo en este contexto. Por otra parte, soy testigo de un juicio de lesa humanidad que se viene ahora, antes de fin de año, en donde se va a juzgar a un ex juez federal (Luis Ángel Córdoba) y un ex fiscal de la dictadura (Roberto Domingo Mazzoni), y también estoy por declarar en otra causa por delitos de lesa humanidad en el Chaco, en la que no soy solamente testigo sino víctima. Quizá esto puede traer agua al molino de este señor o de los señores que están detrás de él.
Molfino entró al Programa de Protección al Testigo desde el pasado miércoles 19 de abril. “Me van a entregar un celular especial, con botón antipánico. No sé muy bien, todavía me tienen que explicar. Me ofrecieron tener custodia en la puerta de mi casa, de Gendarmería o de Policía Federal, y la rechacé porque es dormir con el enemigo. No cambia demasiado estar bajo la protección de este programa porque sigo viviendo en el mismo lugar y no me pienso mudar. Después de todo lo que pasé, ahora no me voy a ir”, subraya el escritor y destaca que en la provincia del Chaco el movimiento por los derechos humanos es muy fuerte. “Acá recibí una solidaridad sin límites en estos días, con la gente que me viene a ver a casa, a mi oficina, o por Facebook o mail. En ese sentido, me siento protegido”.