Abrir el mapa, desplegarlo. Es cierto que Dios atiende en Buenos Aires, pero también que está en todos lados. Por ejemplo en Entre Ríos. Por ahí –Paraná, puntualmente-- pasó el hombre hace casi cincuenta años, con una viola eléctrica, un teclado, una quena y ganas de romper lo establecido. Los ungidos fueron tres pibes que tomaron el desafío: Alberto Felici, Alfredo Ibarrola y Osvaldo Aguilar. El trío armó un grupo cuyo nombre plasma la conversión –Magma--, y la cosa no quedó ahí. También extendió sus inquietudes hacia una agrupación de gestión musical independiente y federal: la nutriente Alternativa Musical Argentina (AMA). La cosa va por dos, entonces. Por un lado, Magma, la banda de rock en castellano más antigua del litoral. Por otro, AMA.
De una y de otra instancia hablarán entonces Felici, Ibarrola y Aguilar con PáginaI12. Prima empezar por grupo y disco nuevo. Se llama El camino. Tiene ocho piezas. Incorpora al rock tracción a sangre de la década de los setenta aires de raíz folkórica, y un talante poético nada despreciable. Despliega Felici: “El disco se fue cocinando durante un par de años, con la idea de retornar sonoramente a los orígenes eléctricos del Magma de los setentas del que no ha quedado registro sonoro porque lo primero que editamos fue Canto para una consagración, que ya sonaba a rock sinfónico con influencias del folclore”, especifica el cantante y compositor entrerriano.
El flamante disco del Magma ampliado (suman hoy el guitarrista Nardo González, el baterista Cacho Bernal, el pianista Martín Aguilar, y el bajista Roy Valenzuela) es el noveno de una saga que, además del mencionado, incluyó dos estupendos trabajos cruza folk-rock progresivo como Musiqueros del silencio y El hermanador. “El nombre del disco obedece a que el camino es la suma de aportes que las distintas generaciones van dejando en el devenir de una sociedad, de un pueblo… todo lo viejo que se transforma en nuevo y lo nuevo en clásico va conformando una especie de camino por donde, mal que nos pese, necesariamente vamos a transitar”, explica Felici, al tiempo que Ibarrola, tecladista pionero, aporta su mirada. “El camino está enmarcado en la búsqueda de una sonoridad eléctrica pero más actual, a la hora de vestir canciones inspiradas en rítmicas folclóricas como el rasguido doble, el chamamé, la guaraña, la chacarera, el gualambao o la chamarra. Esto nos conecta con nuestros orígenes, porque nuestra generación nació en la búsqueda, en la diversidad de contenidos. Luego todo se volvió más técnico, y el contenido se empobreció”.
Se destacan del nuevo disco dos temas. Uno huele a chamarra, se llama “Nada es”, y proviene de la pluma de Aguilar, guitarrista y aerofonista. “Este tema está en un ritmo de nuestra región, aunque desprejuiciado en las formas y el texto”, dice. El otro tema a señalar fuerte se llama “Las noches”, y le pertenece a Felice. “Esta canción está inspirada en los noventa, cuando el poder doblegó las convicciones inspiradas en las más variadas ideologías. Todo tuvo un precio, claro: la recorrida por los microcentros de las grandes ciudades luego de algún concierto era tremenda… los pueblos sin la llegada del tren fueron condenados a desaparecer. De hecho, el ritmo del gualambao que aparece en el tema da a una especie de folclore moderno con la intención de vestir aquella tragedia nacional”.
--¿De qué manera ha repercutido esta situación que contás en el acontecer de Paraná, el epicentro de la agrupación?
Alfredo Ibarrola: --La situación no es diferente a la del resto del país. Hay pocos espacios, poca decisión política de apoyar propuestas de búsqueda por fuera de los circuitos estrictamente comerciales. Pesa que aquel público de los ochenta y comienzos de los noventa se haya ido desmovilizando y, por razones obvias del paso del tiempo, haya llegado a edades que son decisivas, porque hacen mella en la dinámica y la participación activa.
--Dinámica y participación, palabras clave que llevan a AMA. ¿De qué manera podrían sintetizar el devenir de la agrupación?
A.F.: --La experiencia que nos dejó el armado de la AMA nos convirtió en productores con oficio en un lugar muy cuesta arriba como Paraná. Tuvimos la oportunidad de incorporar conocimientos y contenidos de gestión que el medio no nos ofrecía. Pero también hay que decir que AMA, en cierta medida, perjudicó a Magma, porque nos limitó el ego al convertirnos en líderes de una movida nacional que nos excedía.
A.I.: --La AMA se ha mantenido a través de apariciones puntuales en algunas ciudades argentinas, a partir de seguir sosteniendo una forma de trabajo, y unas convicciones que nos animan desde el comienzo. Sabido es que las condiciones para organizar movidas grandes se han deteriorado año a año y, por consiguiente, la idea se sostiene con el compromiso de muchos músicos que adhieren a formas de producción independiente.
--Parte del disco lo mostraron en el programa de Lito Vitale, por la TV Pública. No es casual. ¿Cuánto ha gravitado MIA en ustedes, y viceversa, en términos de autogestión e independencia?
A.I.: --A Lito lo conocemos desde 1974 cuando, siendo muy joven, ya giraba en el pais con la idea de MIA. El emparentamiento con la idea posterior de la AMA fortaleció ese vínculo. Son ideas ambas, MIA y AMA, que presentan similitudes en el concepto de independencia, autogestión y encare de un proyecto de música popular. Incluso, Lito estuvo presente en la grabación de nuestros dos primeros discos, además de compartir escenario alguna vez.
--¿A qué se debe que, salvando excepciones en especial vinculadas a los grandes músicos populares, Magma no se haya instalado con más fuerza en el imaginario de la música popular argentina?
A.I.: --Magma es desconocido por gran parte del público, sí. Creo que el camino elegido, los condicionamientos de un pais centralista, y nuestra propuesta artística lejana a los estándares de la industria, son factores que explican esta situación, que en cierta medida ha sido salvada con frecuentes giras entre fines de los ochenta y mediados de noventa, en circuitos alternativos, centros culturales y pequeñas salas, lugares en los que ha quedado evidenciado que mucha gente nos vio, nos aceptó, y nos recuerda muy bien. Pero ha sido por elección y no hay reclamo.