El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se mostró cauto ante la posibilidad de imponer sanciones a los clubes que apoyaron el proyecto de la Superliga Europea, al señalar que "hay que pensar en las posibles consecuencias".
El dirigente volvió a rechazar la idea "separatista" de una Superliga, pero dejó "abierta" la puerta de su organismo para tratar nuevos proyectos "con respeto a las instituciones y con los valores que hacen del fútbol el deporte con más seguidores del mundo", expresó en declaraciones al diario francés L' Equipe.
Infantino advirtió que "algunas acciones deben tener consecuencias y todos deben asumir sus responsabilidades, pero siempre hay que tener cuidado al hablar de sanciones". Y en ese sentido aclaró: "¿De qué sanciones estamos hablando? Rápidamente se dice que es necesario castigar, incluso es popular o populista, pero también hay que pensar en las consecuencias de posibles sanciones porque al castigar a un club también se hace a jugadores, entrenadores, aficionados, que no tienen nada que ver con eso", remarcó Infantino.
Por otro lado, el titular de la FIFA también se mostró en contra del léxico con el que se describió el conflicto entre los clubes poderosos y los entes rectores: "Debemos evitar hablar de 'guerra' cuando hablamos de fútbol y cuando el mundo sufre una pandemia sin precedentes".
Los clubes europeos que intentaron avanzar con el proyecto -por ahora trunco- de la Superliga son los ingleses Liverpool, Manchester United, Manchester City, Chelsea, Arsenal y Tottenham; los italianos Inter, Milan y Juventus; y los españoles Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid, el principal impulsor de la idea.