Human Rights Watch (HRW) denunció este miércoles que Francia expulsa cada mes a Italia a decenas de niños no acompañados, en lo que representa una violación del derecho francés e internacional, ya que no ofrece protección y atención a los menores.
La ONG de derechos humanos afirmó a través de un comunicado que la policía fronteriza gala "no tiene autoridad legal para decidir quién es y quién no es menor de 18 años", pero que aun así suele anotar en los documentos oficiales edades o fechas de nacimiento diferentes a las declaradas por los menores.
HRW detalló además que las autoridades también devolvieron "sumariamente" a adultos, incluidas familias con niños pequeños, sin decirles que tienen derecho a solicitar asilo. La denuncia se basa en entrevistas realizadas a fines de 2020 con seis menores y 27 adultos expulsados de Francia. También incluye los testimonios de abogados y grupos de ayuda que trabajan a ambos lados de la frontera ítalo-francesa.
Uno de los lugares apuntados es el paso fronterizo entre Menton (ciudad francesa a 30 kilómetros al este de Niza) y Ventimiglia. Trabajadores del comedor comunitario de la localidad italiana, que ofrece comidas y la posibilidad de recargar los teléfonos a los expulsados, afirman haber recibido en febrero pasado a más de 60 chicos sin acompañantes que dijeron haber sido enviados desde Francia. Fue el pico: en los tres meses anteriores y en marzo y abril registraron "al menos" 30 casos".
Antes de ser enviados a Italia, los chicos suelen pasar la noche en una de las tres unidades prefabricadas existentes, cada una del tamaño de un contenedor de transporte, donde aseguran que no les dan de comer ni hay calefacción. A lo que se suma que no se respeta la distancia necesaria para evitar posibles contagios de coronavirus.
HRW recordó que el Consejo de Estado, órgano de contenciosos en Francia en materia de derecho administrativo, reconoció en abril que las condiciones de detención en esas unidades podían "socavar la dignidad humana", pero concluyó que no se daban los requisitos legales para ordenar su cierre.
Francia restableció los controles fronterizos con los otros países de la Unión Europea en noviembre de 2015, justo después de que una serie de atentados y tiroteos en París y la vecina Saint Denis mataran a 130 personas. No obstante, la policía fronteriza está obligada a ofrecer a cualquier persona, incluidos los niños no acompañados, la opción de solicitar asilo en Francia.
"Las autoridades francesas deben ordenar a la policía de fronteras que cumpla con la legislación francesa y acepte la edad declarada de una persona si existe una posibilidad razonable de que sea menor de edad. Deben ser transferidas a la atención de las autoridades francesas de protección de menores", señaló HRW.
La ONG destacó que Francia debe garantizar también que los centros de detención fronterizos para adultos cumplan con las normas mínimas de derechos humanos, y que niños no acompañados y familias con hijos no sean retenidos en celdas.