La situación epidemiológica que atraviesa el país hizo necesaria la implementación de nuevas restricciones que volvieron a encender luces de alarma en distintos sectores. Sin dudas el de la cultura es uno de los más afectados por las consecuencias de su paralización. En este contexto, la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET), que reúne a productores y dueños de sala comerciales, decidió adoptar una postura propositiva. Después de que Alberto Fernández anunciara que las actividades culturales continuarán suspendidas hasta el 21 de mayo, la entidad presentó una alternativa para mantener sus espacios abiertos. La propuesta es concreta: la habilitación de un “pasaporte cultural”, documento que les permita realizar funciones y con el fin de que artistas, técnicos y espectadores asistan y circulen en horarios restringidos de forma segura. Es decir, un permiso temporal con el que se podría circular camino a casa sin problemas.
“Desde el inicio de la pandemia, AADET tuvo claro y transmitió la premisa: priorizar la salud y defender el trabajo”, expresó Carlos Rottemberg (el nuevo presidente de la entidad) en relación al “delicado equilibrio que lleva más de un año puesto en práctica” y que continúan sosteniendo. “Lo que estamos proponiendo -explica- es un pasaporte cultural que se ha implementado en otras capitales del mundo (fundamentalmente en Europa) con éxito. Y no es otra cosa que poder tener como salvoconducto la entrada de un espectáculo de ese día para poder regresar a casa, movilizarse, incluso en horarios donde la restricción de circulación se impone”. Lo que sostiene el empresario teatral es que “con esta propuesta atacamos el problema de la circulación porque en todo este tiempo no estuvo en discusión nuestra actividad protocolizada presencial en las salas”.
En un comunicado que AADET difundió el 30 de abril ratificó lo dicho en otro hace dos semanas atrás: "el teatro y la música en vivo protocolizados han demostrado ser seguros y no ser foco de contagio. Abogamos por reanudar la actividad reprogramando las funciones de los espectáculos y manteniendo los mismos niveles de cuidado y prevención que hemos aplicado hasta el momento".
Inspirados en España y otros países europeos donde el “pasaporte cultural” funcionó para mitigar las consecuencias de los cierres por la pandemia, los teatristas buscan el apoyo del gobierno para ser exceptuados de la franja horaria restringida. Entendiendo la situación sanitaria, pero a la vez considerando la necesidad de trabajar tras varios meses cerrados, el productor teatral y miembro de AADET Sebastián Blutrach considera que “la actividad está muy golpeada y necesita volver y relacionarse con sus audiencias”. Fundamentalmente, “para que no se rompa un vínculo que después va a ser muy difícil reconstruir”.
Por su parte, Rottemberg aseguró que la propuesta tuvo "una buena recepción" desde el Ministerio de Cultura de la Nación. Y concluyó: "Hay unánimes ganas de esto", en una clara referencia a la expectativa que mantiene una parte del sector de poder regresar al trabajo.
Hasta el momento, la iniciativa del “pasaporte cultural” sumó el apoyo del Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público (Sutep), la Unión de Maquinistas de Teatro, la Asociación Argentina de Actores (AAA), el Sindicato Argentino de Músicos (Sadem) y la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores).