La Asociación Argentina de Trabajadorxs de la Danza (AATDa) remarcó que la pandemia de Covid-19 "ha visibilizado la histórica precariedad" de los artistas del sector. Precariedad que atraviesa a los ámbitos no oficiales, graficada en "cierres de espacios, desaparición de proyectos" y en los cientos de personas que tuvieron que recurrir a "trabajos temporales y ayudas del Estado"; pero que también se evidencia fuertemente en el ámbito oficial.
En un comunicado emitido el Día del Trabajador, la Asociación denunció que "varias compañías de danza estatales tomaron la decisión de convocar a concursos y dejar sin trabajo a sus bailarines, pasando por encima de decretos nacionales que resguardan a les trabajadores en el contexto de crisis". Ocurrió en el Ballet Estable Clásico y el de Danza Contemporánea de Tucumán y también en el Ballet Clásico de Salta. El conflicto sólo se destrabó en el primer caso. "Han intentado revalidar o reemplazar a sus actuales integrantes y a través de este mecanismo desvincularon sin causa justificada a integrantes de estas compañías", explicó la asociación. Hubo situaciones similares en La Rioja y Mendoza.
No se trata de casos aislados. Hay un tema de fondo. "La actividad no tiene ningún régimen específico, ni para los trabajadores autónomos ni para los que están en relación de dependencia. A los que tienen como patronal al Estado se los inscribe como trabajadores de la administración pública, pero no cuentan con los derechos y la estabilidad de otros: cada dos, tres años tienen que presentarse a audiciones y renovar contratos", detalla a Página/12 Cintia Sepúlveda, integrante de AATDa, de Santiago del Estero. "Es una situación casi prehistórica a nivel laboral, cuando hoy se analizan regulaciones sobre situaciones más novedosas como el teletrabajo. Queremos que haya un régimen específico para nuestra actividad", concluye.
Algunos de los trabajadores desvinculados en Salta tenían una antigüedad de diez años. No contaban con ART. En Tucumán tuvieron que ensayar sin protocolo. Todos tenían contratos precarios. "A pesar de estas realidades, en el imaginario social las compañías oficiales son aquellas que darían mayor formalidad al trabajo de la danza, extremadamente inestable y frágil en sí mismo, incluyendo el pluriempleo y el monotributismo como sus características principales", protestó AATDa.
Por otra parte, el 29 de abril se conmemoró el Día Internacional de la Danza y la comunidad artística hizo visible una vez más el hecho de que la disciplina no cuenta en el país con una ley de fomento. El proyecto para que esto suceda perdió estado parlamentario cinco veces. El año pasado ingresó nuevamente al Congreso y requiere de la firma de Diputados para ser tratado.