A nadie se le escapa que el pasado 10 de diciembre significó, entre otras cosas, el comienzo de un intenso cambio en la hegemonía política de la Argentina. Conceptos, ideas, sentidos y significaciones que ordenaban la vida social de la Argentina comenzaron a cambiar. Nociones como las de patria, salario, tarifas, empleo, o las referidas a acciones como organizarse, protestar, cortar una calle, militar políticamente, comenzaron a manifestar abiertos procesos de cambio de sentido de los que, obviamente, los medios masivos fueron promotores o detractores. Los grandes medios de comunicación y sus dueños se han fortalecido recientemente como mediadores precisos entre la realidad (incluidas las políticas de gobierno) y los ciudadanos. También los denominados líderes de opinión, que influyen (y construyen) la opinión pública con sus juicios y valores. Un poco menos claro aparece el novedoso rol que asumieron y asumen ciertos periodistas como agentes de promoción de dicho cambio de tendencia discursiva. Y menos todavía, cuando esos periodistas son pocos, “comparten” los espacios mediáticos influyentes y actúan como bloque. El objetivo de esta columna no es analizar las razones de esa actuación conjunta (sincronía que puede deberse a incentivos económicos, ideológicos, políticos, o incluso de clase) sino a presentarla y describirla brevemente. 

Seguramente el proceso que mencionamos en estos párrafos haya comenzado antes del 10 de diciembre de 2015. Pero su importancia y determinación se modificaron con el cambio de gobierno desatado en esa fecha y su actuación tomó otro cariz en tanto ese nuevo gobierno impulsó transformaciones profundas sobre el sistema de medios. La derogación de la ley de servicios de comunicación audiovisual (LSCA) y los decretos posteriores restituyeron y aumentaron el poder de los grupos en términos económicos, normativos y políticos. 

Pocos emisores generan superabundancia de información y refuerzan el  “cerco informativo” del que hablaba Ignacio Ramonet: hay noticias que no logran instalarse en la agenda porque la mera circulación de otras impide su acceso. En la imposición de esos temas pero también en sus maneras de entenderlos, el “bloque de periodistas” sigue jugando hoy un papel fundamental, construyendo ese anillo de sentido con fuerte sincronización política.

Veamos un ejemplo concreto para cristalizar nuestra idea. Uno de los temas que está instalado en la agenda desde febrero es la paritaria docente. Qué es la paritaria, quiénes son los gremialistas que participan de su reclamo, cómo debe ser entendida la actuación gremial y cuál es la razón de la falta de acuerdo se viene forjando desde la mañana hasta la noche y de lunes a lunes por una decena de periodistas: Jorge Fernández Díaz (La Nación TV, Radio Mitre), Guillermo Kohan (Radio Mitre), Marcelo Longobardi (Radio Mitre), Alfredo Leuco (Canal 13, Radio Mitre, TN), Diego Leuco (Canal, 13, Radio Mitre, TN), Luis Novaresio (América TV, Infobae, La Red), Jonatan Viale (América TV, América 24, La Red), Ernesto Tenembaum (Radio Con Vos, Canal 13, Canal 9), E. Feinmann (A24, El Mundo, América), Alejandro Fantino (La Red, América TV), Maximiliano Montenegro (Continental, Canal 9, Canal 26) y María O’Donnell (La Nación TV, Continental, FM Metro). El número puede variar según los temas y, quizás, a partir de quienes sean más funcionales a la nueva corriente hegemónica (adicionándose a los tradicionales Joaquín Morales Solá, Eduardo Van Der Kooy, Carlos Pagni o Marcelo Bonelli entre los más orgánicos). En conjunto, y sobre la paritaria docente, produjeron entre el 27/2 y el 13/3 más de mil minutos de contenido audiovisual y numerosas notas escritas notoriamente inclinadas a estigmatizar el reclamo salarial, alcanzando potencialmente una audiencia de 19 millones de personas, al mismo tiempo que se invisibilizaba, por ejemplo, el conflicto salarial de los docentes universitarios.

Como se ve, no aparecen los típicamente denominados “antikirchneristas” sino que el bloque es más global. En conjunto actúan en la generación de un sentido público sincronizado sobre los issues mediáticos, potenciándose y potenciando su dominancia. Los relatos que involucran a otros cientos o miles de medios y periodistas pierden poder significante y se tornan periféricos cuando no marginales (salvo el caso de C5N, Radio 10 y Del Plata) debido a su escasa preponderancia en el rating diario. 

La realidad cambió, y el bloque de periodistas ha decidido explicarnos cuánto ha cambiado.      

* Docente Carrera de Ciencias de la Comunicación, UBA @diegoteve 

** Docente Carrera de Ciencias de la Comunicación, UBA.