Ivanka Trump debutó ayer en el extranjero como asesora del presidente estadounidense, Donald Trump, al intervenir en un foro de mujeres en Berlín en el que defendió la postura de su padre en cuestiones de género, en medio de algunos abucheos provenientes del auditorio.
Junto a la canciller alemana, Angela Merkel, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y la Reina Máxima de Holanda, Ivanka Trump encabezó un panel de la Women20 Summit (W20), un foro que reúne a representantes de los países integrantes del G20, así como organizaciones internacionales. “Miles de mujeres que trabajando con y para mi padre durante décadas cuando estaba en el sector privado son testimonio de su creencia y sólida convicción en el potencial de las mujeres y en su capacidad de hacer el trabajo tan bien como los hombres”, aseguró la hija de Trump, que había sido invitada a participar del foro por Merkel, durante la visita de la canciller a Washington en marzo.
Donald Trump ha sido varias veces cuestionado en lo que se refiere a su actitud con las mujeres. Antes de asumir la Presidencia, se filtró un video en el que hablaba despectivamente de las mujeres y su forma de tratarlas, mientras que al llegar a la Casa Blanca, una de sus primeras medidas de gobierno fue cortar los fondos para las organizaciones internacionales que brindan educación sexual y reproductiva en el exterior.
La hija favorita del presidente, de 35 años, defendió a su padre al asegurar que creció sin obstáculos y que su padre “hizo todo lo posible” para que ella pudiera tomar el camino que quisiera: “No hubo diferencias entre mis hermanos y yo”, aseguró la joven. Al ser consultada sobre si viajaba a Berlín como “Primera Hija”, como asesora del presidente o como empresaria, fue rotunda al asegurar que no está allí como empresaria aunque relativizó su rol como asesora presidencial.
“Apenas estoy empezando. Este papel es nuevo para mí. Estoy escuchando, aprendiendo, buscando el consejo de mujeres y también de hombres”, comentó ante la mirada sorprendida de Merkel y Lagarde.
Por su parte, la canciller alemana anunció que aprovechará su rol como presidenta interina del G20 para impulsar la creación de nuevas “facilidades financieras” para que las mujeres accedan al crédito, como fórmula para combatir las actuales desigualdades. Merkel subrayó que pese a que aproximadamente el 50 por ciento de la población es femenina, este porcentaje no se ve reflejado en el mundo empresarial ni laboral.
La canciller aseguró que espera incorporar esta propuesta a la temática que será debatida a escala de líderes en la cumbre del Grupo, que tendrá lugar el 7 y 8 de julio en Hamburgo, en el norte del país, y subrayó que espera contar con el apoyo de Estados Unidos, Holanda y Canadá, cuya ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, también integró el panel.
Al ser consultada sobre si era “feminista”, Merkel discrepó con sus compañeras del foro y rechazó arrogarse un título que, dese su punto de vista, llevan las mujeres que han trabajado toda su vida por los derechos de las mujeres y la igualdad. Sin embargo, recordó algunas medidas aprobadas por su gobierno, entre ellas la ley de transparencia salarial y las cuotas de mujeres en los consejos de supervisión de las grandes empresas.
Trump, en cambio, dijo que sí se “etiqueta” a sí misma como feminista por su apuesta por la igualdad social, política y económica entre los distintos géneros y subrayó la “obligación” de las mujeres de apoyarse unas a otras.
Sobre la desigualdad de género en su país, consideró que si bien existe, estimó que los problemas probablemente sean menores que los que ocurren en otras partes del mundo, aunque subrayó que “falta mucho para llegar a la meta”.
El reencuentro entre Merkel y Trump se da un mes después de la visita de la jefa de gobierno alemana a Washington, cuando ambas mujeres se conocieron e intercambiaron opiniones en un encuentro con representantes del mundo empresarial. En esa ocasión fueron fotografiadas juntas en una visita en la que las fotos fueron uno de los temas centrales por el lenguaje corporal que reflejaron algunas de las imágenes, con el presidente que parecía hacerse el distraído cuando Merkel se ofrecía a estrecharle la mano.
La agenda oficial de Ivanka Trump en Berlín incluye una visita al monumento en recuerdo a las víctimas del Holocausto y una cena de gala en un museo de arte de propiedad del Deutsche Bank. Ese evento estará marcado por la presencia, afuera, de una manifestación convocada por activistas que calificaron de “hipócrita” a la hija favorita del presidente Trump, por decir que defiende los derechos de las mujeres mientras su padre corta los fondos para organizaciones de salud reproductiva.