En la cuarta jornada del juicio que se sigue por el crimen de Jimena Salas la bioquímica del Servicio Biomolecular del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), Alejandra Guinudinik, informó que en el lugar del asesinato se encontró ADN de dos hombres que todavía no hay sido identificados pero se pudo establecer que son parientes.
La bioquímica declaró en el juicio oral y público (solo en parte ayer) que en la Sala VII del Tribunal de Juicio de Salta se sigue contra el marido de Jimena Salas, Nicolás Cajal Gauffín, acusado de encubrir el crimen cometido el mediodía del 27 de enero de 2017, y a Sergio Vargas, acusado como partícipe secundario del homicidio. Los autores materiales no han sido identificados todavía.
Guinudinik, que analizó muestras de la escena del crimen y del cuerpo de la víctima, detalló que los ADN masculinos hallados, referenciados como "Hombre 1" (H1) y "Hombre 2" (H2), tienen un ancestro en común también masculino, aunque se descartó el vínculo padre e hijo, y el de abuelo-nieto, pero no el de tío-sobrino, medio hermanos o primos hermanos.
Los perfiles genéticos de H1 y H2 "presentan una patrilínea común. Es decir que el arquetipo del cromosoma es el mismo. Tienen un ancestro masculino en alguna generación (en común)", explicó la bioquímica.
Señaló que las muestras del Hombre 1 fueron sobre todo de manchas de sangre que se encontraban en muchos lugares de la casa. Mientras que el perfil del Hombre 2 se encontró en células epiteliales de las uñas de la mano derecha de la víctima y en la carcasa de goma del celular de Salas. En el vidrio partido del teléfono también se encontraron rastros de ambos hombres, y de la joven. Los perfiles genéticos también se encontraron en el armario y en un estante de la habitación principal.
"Podemos decir que al menos uno de ellos estaba lastimado, del otro no podemos determinarlo. De H2 encontramos solo células epiteliales y en otras tres muestras de perfiles mezclados, que contenían sangre", sostuvo la bioquímica. Ante la repregunta de la fiscala Salinas Odorisio respecto a si se encontraron muestras de sangre de H2 y si estaba lastimado, la profesional concluyó luego que estaba lastimado.
Guinudinik también se refirió a la infructuosa búsqueda de coincidencias con perfiles contenidos en datos genéticos. Especificó que las muestras de H1 y H2 fueron cotejadas con 96 muestras indubitadas y dieron resultados negativos. Además, hicieron un cotejo con 2500 muestras de los registros de la base de datos genéticos de Salta que funciona desde 2018 y no obtuvieron coincidencias. Tampoco hubo coincidencias en la base de datos que tiene Córdoba. Y mandaron muestras a otras 5 provincias que tienen bancos genéticos pero no pudieron hacer el cotejo por falta de la tecnología.
La bioquímica añadió que con las 96 muestras indubitadas y las de H1 y H2 se hicieron pruebas de parentesco familiar y arrojaron datos negativos. También se analizaron esas muestras y las posibilidades de vínculos por parte de madre, pero tampoco hubo avances.
Asimismo, sobre los vellos y cabellos no se pudo hacer "análisis de ADN nuclear pero sí se podía llegar a realizar un ADN mitocondrial. Entiendo que se enviaron algunos cabellos a testear a la provincia de Córdoba, al laboratorio de genética y arrojaron resultados negativos con las muestras testeadas", dijo la bioquímica.
Ayer también declaró el licenciado en criminalística Maximiliano Bermúdez, quien se valió de un video con imágenes en 3D para ubicar los distintos ambientes de la vivienda los indicios encontrados. En la grabación no se muestra una casa tan desordenada como había descripto el médico Bruno Molina, solo se ve una silla caída en el comedor cerca del cuerpo de Salas. Jimena Salas fue atacada en su casa del barrio San Nicolás, en la localidad de Vaqueros, cuando se encontraba con sus dos pequeñas hijas.
Un auto negro y un hombre alto
Sobre el final de la audiencia declararon tres vecinas del barrio San Nicolás, donde residían la víctima y Cajal Gauffín. Las tres dijeron haber visto un automóvil negro que llegó al mediodía y estacionó cerca de la vivienda de Jimena Salas.
Ana Ríos relató que a las 12.20, cuando regresaba a su casa de comprar, vio un auto negro que estacionó a dos casas de la de Salas. Del vehículo bajó un hombre alto, con camisa a cuadros, que tenía un perro caniche toy de pelaje negro.
La madre de esta testigo, María Guzmán, relató que cuando pasó con su hijo por la casa de Salas, vio un auto negro estacionado cerca, con vidrios polarizados, y que vio una sombra que habría sido la figura de un persona en el asiento del volante. Y la vecina Fanny Cruz también dijo haber visto un auto negro estacionado alrededor de las 13.
Además, las tres vieron a Vargas en el barrio el día del crimen. Ríos dijo que lo vio vendiendo en el barrio y recordó que llegó por su casa ofreciendo sandalias, y que lo atendió su madre, María Guzmán. A su vez, esta testigo lo identificó como un vendedor que le ofreció sandalias artesanales ese 27 de enero de 2017 y recordó que el hombre le preguntó por una tal Andrea López, nombre que ya referenciaron otros testigos.
La última testigo, Fanny Cruz, recordó que Vargas fue a su domicilio el día del hecho, para venderle medias, bombachitas y unas sandalias. Contó que le respondió que no estaba interesada y le indicó que frente a su casa vivía una señora que tenía nenas, que quizás ella se las podía comprar. En la declaración brindada en fiscalía, Cruz había precisado que Vargas le preguntó por una tal Jimena, que tenía dos hijas y también mellizas, que le había encargado las sandalias.
A puertas cerradas
La audiencia comenzó ayer con la declaración del médico y perito del Servicio de Tanatología Forense del CIF, Daniel Chirife, quien realizó la autopsia de la víctima, y luego siguió con el testimonio del licenciado en criminalística José Antonio Carrizo, aque estuvo a cargo de la inspección ocular en la escena del crimen.
Chirife anunció que se iban a exponer imágenes sensibles, en ese momento Cajal Gauffín pidió retirarse. Después, por pedido de la fiscala Ana Inés Salinas Odorisio, les periodistas y todo el público tuvo que retirarse de la sala. La fiscala consideró que esas imágenes o información podrían "filtrarse" y, contradiciendo que se trata de un juicio "oral y público", llegó a decir que estas declaraciones no eran de interés para el público.