El gobierno nacional publicó ayer en el Boletín Oficial el nuevo Reglamento de Prevención contra la Violencia en Espectáculos Futbolísticos, reaccionado a un contexto de recrudecimiento de la violencia en el fútbol argentino. Recuérdese que el sábado fueron detenidos barras de Racing con armas, entradas apócrifas y documentos robados, el domingo apresaron a barras de Boca en la previa del encuentro ante Rafaela y el lunes la barra irrumpió en el entrenamiento de Atlanta y le rompió el tabique nasal al futbolista Ezequiel Rodríguez (ver aparte).

En el nuevo protocolo, que entró en vigencia ayer y que se aplicará en todos los partidos organizados por la AFA, la Conmebol y la FIFA en nuestro país, el Gobierno se reserva para sí la potestad de determinar quién tendrá prohibido el ingreso a las canchas, como lo había solicitado la nueva conducción de la AFA en una reunión con funcionarios nacionales a los pocos días de asumir. En esta línea, el organizador del evento “deberá comprobar la identidad de los concurrentes al espectáculo futbolístico a través de la presentación del Documento Nacional de Identidad (DNI) o pasaporte”. Además, otro de los artículos de la norma establece que los menores de 16 años deberán concurrir al estadio acompañados de un mayor. También se establece que “quien comercialice las entradas” para un partido de fútbol “deberá requerir la identificación” del comprador. 

Otro de los artículos más relevantes de la resolución pasa por la aplicación de la “Restricción de Concurrencia Administrativa” a las personas que integren las listas de personas con derecho de admisión que  serán confeccionadas por el Estado y no por los clubes, como hasta ahora. Así se podrá denegar el ingreso a “condenados, procesados o con auto de elevación a juicio” por hechos de violencia en el fútbol. La prohibición de ingreso “será por un período no menor a seis meses y no mayor a veinticuatro meses” y en caso de que repita un hecho de violencia “se podrá aplicar una restricción de hasta cinco años”. También serán pasibles de la aplicación del derecho de admisión quienes “dificulten el normal desenvolvimiento de un espectáculo futbolístico” o cometan una contravención “durante las concentraciones o entrenamientos”.

Más allá de que los clubes ya no tendrán la obligación de aplicar el derecho de admisión, sí deberán “facilitar a los organismos públicos competentes toda la información disponible sobre los grupos de simpatizantes”. A su vez, los dirigentes tendrán que informar a la Dirección Nacional de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos, a cargo de Guillermo Madero y que estará en la órbita del ministerio que conduce Patricia Bullrich, con una antelación no menor a diez días hábiles, la fecha de aquellos eventos considerados “de alto riesgo”.

La nueva normativa también pondrá énfasis en las “medidas técnicas de seguridad en los estadios”, como por ejemplo sistemas de comunicación, señalización, control de aforo y circuitos cerrados de televisión.

En cuanto a las banderas, sólo se permitirá el ingreso a las que no sean superiores a 1 x 1,5 metro “y que no contengan mensajes ofensivos, discriminatorios o que inciten a la violencia”. También se sancionará a quienes entonen cantitos que inciten a la violencia o la xenofobia.

El nuevo protocolo también pone el foco en la actitud de los protagonistas (futbolistas, DT, auxiliares, dirigentes, empleados de clubes), ya que se tomarán como  incitación a la violencia “la emisión de declaraciones y/o la transmisión de información por parte de algún protagonista, contribuyendo de ese modo a un clima hostil, antideportivo o que promueva el enfrentamiento”, así como “la facilitación de medios técnicos, económicos, materiales, informáticos o tecnológicos que den soporte a la actuación de las personas o grupos que promuevan la violencia o que inciten, fomenten o ayuden a los comportamientos violentos”.