El vuelo chárter de Aerolíneas Argentinas que trasladó a Alberto Fernández y Martín Guzmán con destino a Europa, para avanzar en la renegociación de la deuda, dejó atrás una semana marcada por el peor conflicto interno que tuvo el Frente de Todos desde el inicio de la gestión. El round Guzmán-Basualdo expuso las tensiones que existen dentro de la coalición en temas específicos como el descongelamiento de las tarifas, la implementación de un nuevo IFE o el destino de los fondos que llegarán del FMI. También despertó debates sobre cómo se definen y procesan las decisiones de gobierno. Desde La Cámpora remarcan que es una deuda del espacio no haber generado una mesa interna que sintetice posturas en conjunto. En Casa Rosada responden que están abiertos a escuchar planteos de todos los sectores, pero aclaran que las decisiones las toma Alberto Fernández. En medio de los cruces, el fallo de la Corte Suprema fue un golpe que sirvió para ordenar el tablero. ¿Y Massa? Acompaña en silencio.
En contraposición a quienes interpretan la multiplicidad de posturas como una debilidad, en el Gobierno están convencidos de que el mestizaje los fortalece. Del mismo modo, entienden que la jugada de la Corte Suprema a favor de Rodríguez Larreta fue un baño de realidad sobre hacia dónde hay que enfocar las energías, y la foto de unidad en Ensenada (con Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof, juntos), la demostración de que ante la adversidad el acto reflejo es abroquelarse.
Sin embargo, fue el propio ministro de Economía quien se aseguró de que la llama de la disputa por las tarifas no se termine de apagar. El mensaje que envió en la reunión del Consejo Contra el Hambre tuvo como destinatario no sólo al subsecretario de energía Federico Basualdo, a quien no pudo echar, sino también a Kicillof y compañía. “A veces “el conflicto es inevitable”, apuntó y lanzó: “En un país con 57% de pobreza infantil, tenemos un sistema de subsidios energéticos que es pro-ricos”. Así, con un tono mesurado, le pidió al kirchnerismo una autocrítica. En la misma mesa, Alberto Fernández lo escuchaba atentamente. El respaldo del Presidente, en ese sentido, es absoluto. A pesar del enojo por la forma en la que se filtró a los medios el pedido de renuncia a Basualdo, la gira de ambos por Portugal, España, Francia e Italia es la ratificación de un rumbo y funcionará como un espacio de contención. No hay plan alternativo a Guzmán, menos en medio de una negociación con el FMI y en un año electoral. “Sería un tiro en el pie”, resume un experimentado dirigente kirchnerista.
¿Sabía la vicepresidenta que iban a echar a Basualdo, el sociólogo que pasó días enteros en el Instituto Patria elaborando los informes contra los tarifazos de Macri? “Cristina estaba al tanto del conflicto y dijo que había que buscarle una vuelta. Dentro de esa solución, una posibilidad era que Basualdo se vaya, pero no a las patadas.”, explicó a Página/12 un alto funcionario de Balcarce 50. El visto bueno de Alberto Fernández estaba, faltó cintura política y, sobre todo, paciencia. En la organización que conduce Máximo Kirchner se mostraron sorprendidos por la decisión del ministro de Economía aunque le bajaron el tono al conflicto: “Nos llamó la atención porque hasta la semana pasada teníamos un diálogo fluido con Guzmán. Lo mejor siempre es que las discusiones se salden hacia adentro, cuando trascienden empiezan a operar otros intereses”, señalaron y dieron por cerrado el capítulo.
Por si quedaban dudas acerca de las miradas de reojo que existe dentro del Frente de Todos, el jueves por la tarde, senadores del oficialismo, encabezados por Oscar Parrilli, le dieron dictamen a un proyecto de declaración para pedirle a Guzmán que no utilice para cancelar vencimientos de deuda los 4.350 millones de dólares que va a desembolsar el FMI por Derechos Especiales de Giro (DEG). Según Parrilli es “un apoyo al ministro” frente a lobistas que presionan para que el giro se deposite en cuentas de acreedores internacionales, en lugar de atender las consecuencias sociales del Covid. Fuentes cercanas al Presidente plantean que el proyecto es “innecesario”porque "las DEG serán para reforzar reservas".
En el Gobierno están convencidos de que hay integrantes de la coalición que lanzan consignas porque “suman políticamente”; en la lista anotan también el pedido de distintos dirigentes para que regrese el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
En medio del ruido, Sergio Massa se mantiene en silencio. El presidente de la Cámara de Diputados protagonizó la foto de la unidad en Ensenada, y acompañó con aplausos los dardos de Alberto Fernández y Kicillof contra la Corte Suprema. El líder del Frente Renovador mide cada aparición pública. “Sergio elige en qué temas meterse y en dónde no, pero nunca se desentiende”, explican allegados al excandidato a presidente. El pacto de gobierno lo cumple y suma a partir de sus vínculos con sectores del Poder Judicial, el mundo empresario y funcionarios estadounidenses. La relación con Máximo y Cristina se mantiene firme y, por estas horas, se anota haber logrado junto a “Wado” de Pedro postergar el cronograma electoral.
El calendario avanza y en el Frente de Todos aseguran que las rispideces circunstanciales de ninguna manera ponen en crisis a la coalición política. “A pesar de los problemas y las dificultades, todo siempre se ordena”, sostienen y auguran que la unidad se traducirá en más de 40 puntos en las urnas y un contundente triunfo electoral.