Deep Water (estreno de TNT Series el próximo viernes a la medianoche, también disponible en Flow) no es estrictamente un “kitchen sink drama” aunque sus escenas más relevantes sucedan alrededor de una bacha: discusiones hogareñas, dinero que falta, la crianza que quema y hasta sexo sucio arriba del lavabo del baño. Aquí tres mujeres aparentemente distintas, o mejor dicho con realidades diversas, batallan con las complejidades de su día a día. Kate, Lisa y Roz serán las encargadas de sopesar su lo personal con lo profesional, ocultar chanchullos, lidiar con hombres e infidelidades. No es Big Little Lies aunque la entrega creada por Anna Symon (Mrs. Wilson) se parezca -y muchísimo- a su par estadounidense.

Si aquella ocurría en el placentero paraje de Monterey, esta historia acontece en el no menos idílico Lake District del noreste inglés, lleno de lagos, montañas, bares en la costa donde la gente toma vino exclusivamente en copas altas. Al menos esa es la realidad de Kate (Rosalind Eleazar), una auténtica hembra alfa, con una casa intagrameable y cuya máxima preocupación es el de ser una gran anfitriona de eventos. Detrás de esa envidiable postal aparecen Lisa (Anna Friel) y Roz (Sinéad Keenan), dos mujeres trabajadoras presas de una rutina caótica. Esta última es una fisioterapeuta que recibe la propuesta indecente y lucrativa de un cliente. De aceptarla podría salir de la bancarrota. La otra va de aquí para allá con un sinfín de perros y criaturas ansiando el contexto de Kate. Los hijos e hijas del trío -compañeros de la misma escuela- forzarán el encuentro y los conflictos que marcarán a este relato. Los maridos, como es de imaginar, se llevan la peor parte: hay un ludópata, un insensible y otro “demasiado” perfecto.

Además de los escenarios bucólicos, aquí también hay “grandes pequeñas mentiras” encadenadas. Es difícil encontrarle un eje a la narrativa de Deep Water aunque la desaparición de la hija de Kate sirve de vértebra argumental. Las acciones se apelotonan en el relato como las frases de manual (“¿qué clase de madre eres?”, “Estoy exhausta, ¿no lo ves?”, “ella no satisface mis necesidades”) siempre con las mujeres en la mira. Lo mejor está en las interpretaciones femeninas. Friel vuelve a encarnar otra heroína rendidora y abnegada como en Marcella, mientras sus compañeras ofrecen matices e imperfecciones a contraluz.

Su showrunner y guionista no le esquivó el bulto de las similitudes con la ficción protagonizada por Nicole Kidman, Reese Witherspoon y Shailene Woodley. “Creo que estamos en el desarrollo de un zeitgeist. La gente está empezando a decir 'queremos historias femeninas, queremos escuchar historias creíbles sobre mujeres que tengan un argumento excitante'. Si se trata de algo, es sobre la experiencia de estar en la familia, ya seas hombre o mujer. Estamos más dentro de la cabeza de esas mujeres que de los hombres, pero está diseñado para todos”, dijo la guionista. Sus responsables describieron al producto como un “thriller emocional” y, al menos en el comienzo de Deep Water, no hay un asesinato por resolver.