"Venimos a ratificar nuestros acuerdos con Europa para que nos acompañen en el desarrollo argentino", dijo el presidente Alberto Fernández, en diálogo con el grupo de periodistas que lo acompaña en su gira por Europa, al finalizar la primera jornada en la ciudad de Lisboa, en la que este domingo se reunió con el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa. Los objetivos centrales de la gira que comenzó ayer, según explicaron fuentes muy importantes de la comitiva, son tres: obtener apoyos presidenciales para la negociación con el FMI; lograr conseguir más tiempo para los pagos al Club de París, y "evitar un shock negativo para la economía antes del 31 de mayo" y fortalecer las relaciones bilaterales que ya existen con esas naciones. Existe la posibilidad de que el viernes, más allá de lo programado en la agenda, haya una reunión entre el Presidente y la titular del FMI, Kristalina Georgieva, ya que ambos coincidirán en Roma. Desde el Gobierno, en tanto, informaron que a la vuelta del viaje Fernández tendrá una reunión virtual con la Canciller alemana, Angela Merkel, a quien el mandatario no pudo visitar durante esta gira por las fuertes restricciones sanitarias que transita Alemania.
El Presidente tiene un especial afecto por Portugal ya que durante diez años dio clases en la ciudad de Salamanca (España) y con mucha frecuencia viajaba manejando su auto a Oporto, una ciudad portuguesa que queda a unos 200 kilómetros de la ciudad española. Fernández, en aquel entonces, tomaba una ruta que bordea casi en su totalidad la costa de Portugal e iba frenando en las distintas playas como la de Nazare --conocida por los surfers por tener grandes olas-- para descansar. Eso fue lo que le comentó a Rebelo de Sousa cuando iban bajando por las escaleras del Palacio de Belem, donde se reunieron ayer por la tarde y también mientras caminaban por los jardines del palacio que funciona como residencia presidencial, por más que el actual mandatario no viva allí.
El Palacio de Belem es impactante: un edificio enorme de color rosa, construido en 1559, y que cuenta con unos jardines muy amplios similares a los que se encuentran en el palacio de Versalles. Está ubicado a unas cuadras de las costas del Río Tajo, en el corazón de Lisboa. Las calles empedradas y los tranvías son característicos de la ciudad, al igual que las casas coloridas y los enormes puentes como el denominado "25 de abril" --que lleva ese nombre por la revolución de los Claveles que se dio en 1974--. Los que conocen la ciudad antes de la pandemia, dicen que es impactante verla tan vacía por la ausencia de turistas. Eso mismo le sorprendió al Presidente argentino, según comentaron las personas que estuvieron con él recorriendo la ciudad luego del aterrizaje de su vuelo. "No podía creer ver la plaza del comercio con tan pocas personas un domingo", expresaron miembros de la comitiva.
Mientras recorrían los jardines del palacio, Fernández también le contó al presidente de Portugal que el lugar donde, según sus palabras, "se sintió más pequeño en el mundo" fue a 80 kilómetros de Lisboa, en un sitio que se llama Cabo De Roca, que es punto más al oeste de todo Europa. Allí hay un gran acantilado y se puede ver la grandeza e inmensidad del océano atlántico. De Sousa se mostró agradecido por los elogios a su país y Fernández lo invitó a visitar Argentina, propuesta que fue recibida con entusiasmo por De Sousa.
Los temas económicos, el plato fuerte del encuentro
En una primera reunión estuvieron el canciller argentino, Felipe Solá, el Canciller portugués, Augusto Santos Silva, y los embajadores: argentino en portugal, Rodolfo Gil y portugués en Argentina, José Federico Viola. Luego, los dos mandatarios ingresaron al palacio solos y tras la firma de Fernández en el libro de honor, ingresaron al salón más importante a tener la reunión de trabajo. Media hora más tarde ingresaron al salón el ministro de Economía, Martín Guzmán y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. "El tema central fue económico y fundamentalmente se habló de la negociación con el Fondo", expresaron fuentes importantes de la comitiva.
Uno de los ejes fue el apoyo que Portugal dio a la Argentina en su reclamo para que el FMI no cobre a los países miembro que toman préstamos muy elevados los sobrecargos de la tasa de interés. El presidente de Portugal destacó ese tema porque en la última Cumbre Iberoamericana el país apoyó la suspensión de los sobrecargos que impulsa Argentina y que es un tema que se tratará en el FMI en el mes de octubre.
La postura argentina sobre este tema se basa en que consideran que los accesos excepcionales no son, justamente "excepcionales" porque muchos países piden préstamos superiores a las cuotas en el valor que se establece como excepcional. Es decir, consideran que se está castigando con los sobrecargos a los países que están en las situaciones macroeconómica más adversas y consideran que eso tiene el efecto contrario al de fomentar la estabilidad económica global, menos aún en un contexto de pandemia. Si esto se logra, Argentina este año, por ejemplo, se hubiera ahorrado unos 952 millones de dólares.
La pandemia fue otro tópico del encuentro de los presidentes. Portugal tuvo un momento difícil durante enero y febrero, pero gracias a la reducción de la circulación hoy se encuentra en una situación más aliviada.
El tercer eje de la conversación giró en torno a el exitoso --y poco convencional-- programa que adoptó Portugal con el FMI. "Argentina busca un programa que también tenga como premisa central la recuperación económica. Buscamos tener un ordenamiento de las cuentas, pero que desde el punto de vista del gasto público haya un rol expansivo", expresaron desde el Gobierno y aseguraron que "Portugal apoya esa idea".
Mañana, antes de la reunión que el Presidente sostendrá con el Primer Ministro portugués del Partido Socialista, António Costa, Guzmán se reunirá con su par, el ministro de Finanzas de Portugal, João Leão.