El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reivindicó este lunes la masacre perpetrada el último jueves por la policía en la favela Jacarezino, de Río de Janeiro, donde mató a 27 civiles en una operación contra el tráfico de drogas, el procedimiento más letal de la historia de la ciudad maravillosa que está bajo investigación de la Corte Suprema y provocó denuncias de violación de derechos humanos.
"Al tratar como víctimas a los traficantes que roban, matan y destruyen familias, la prensa y la izquierda los igualan al ciudadano común, honesto, que respeta las leyes y al prójimo. Felicito a la policía de Río de Janeiro", dijo ex militar en sus redes sociales.
La operación tuvo "indicios de ejecución arbitraria", según el juez del Supremo Tribunal Federal Edson Fachin, quien ordenó a la fiscalía federal de la república abrir una investigación contra la Policía Civil (investigaciones) que el jueves perpetró la mayor matanza de personas en una operación antidrogas en una favela.
Jacarezinho, zona norte de Río y famosa porque allí se crió el senador y exastro del fútbol Romario, está en el centro de las políticas de mano dura del gobernador Claudio Castro, un cantor de gospel de la ultraderecha evangelista que es socio político del presidente Bolsonaro.
Castro era vice de Wilson Witzel, un exbolsonarista destituido del cargo por sobrefacturación en las compras de emergencia de los hospitales de campaña para pacientes con Covid-19.
Bolsonaro calificó a los 27 muertos en la operación como "criminales" y rindió "homenaje" al único policía fallecido en la operación, André Leonaro Mello.
"Será recordado por su coraje así como todos los guerreros que arriesgan sus vidas en la misión diaria de proteger al ciudadano de bien", agregó el presidente,
Este lunes, el mandatario defendió que la población rural se arme "para evitar invasiones" en sus tierras, al hablar con sus seguidores al frente del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.
La Defensoría del Pueblo de Río de Janeiro denunció que hubo ejecuciones y manipulación de la escena del crimen.
El sábado, 6 detenidos en Jacarezinho relataron ante la fiscalía que fueron obligados a trasladar los cadáveres de 24 de los 27 muertos.
La operación estuvo basada en la investigación de redes sociales de supuestos integrantes del Comando Vermelho (comando Rojo), que están acusados de reclutar niños y adolescentes para perpetrar robos.
Por otra parte, el bolsonarismo se juega gran parte de su capital político en Río de Janeiro, sobre todo porque públicamente tanto el presidente como su hijo, el senador Flavio, han defendido desde hace más de 15 años el accionar de los grupos paramilitares que supuestamente ofrecen seguridad en las comunidades más pobres.
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